Quintanilla de Arriba es un municipio de la provincia de Valladolid que se ubica junto al río Duero. Dentro de la ruta transversal de Castilla. La que traza la carretera N-122 desde la provincia de Soria a la de Valladolid. Una pequeña población que se ubica a 57 kilómetros de la capital pucelana.
En la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cuenta con una población de 158 habitantes.
Allí se instaló Maria Blanca Rodríguez del Caño, de 61 años, que llegó a Quintanilla de Arriba hace 8 años. Ella nació en otro pueblo vallisoletano: Ciguñuela. Ahora, a su edad, se ha embarcado en la difícil misión de abrir un negocio, una tienda que volverá a dispensar de productos a los vecinos del pueblo. 'La Tiendita', se llama.
La primera vez a los 61 años
“Me considero una persona normal. Muy curranta y emprendedor a mis 61 años. Es la primera vez que afronto el reto de abrir un negocio. He sido cocinera en diferentes restaurantes durante mi carrera profesional y ahora estoy estudiando pastelería porque tengo en mente abrir, en Quintanilla de Arriba, un obrador que hará también de panadería y de pastelería”, ha asegurado María Blanca Rodríguez, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Hace ocho años llegó a Quintanilla de Arriba. Lo hizo porque su marido es nacido en el pueblo pucelano y porque, tras morir sus suegros, se instalaron en el municipio pucelano porque “es muy acogedor”, añade nuestra entrevistada que añade, además, que “hay gente maravillosa”. Se ve que está cómoda en el lugar.
Hasta allí se mudará, también, su hijo de 43 años, cuando acaben la casa que está en construcción. Y para llevar la tienda de cercanía que María Blanca abrió este lunes, 3 de abril, entre los dos.
“He trabajado toda mi vida en la cocina. Hace seis años me operaron de la espalda y me tuve que retirar. Estos seis años he estado parada, pero estudiando para abrir esta tienda y la pastelería. Disfruto mucho elaborando además postres”, explica.
Vendiendo de todo en su nueva tienda
El Ayuntamiento de Quintanilla de Arriba le ofreció abrir un negocio de cercanía en un local de unos 40 metros que se ubica en la bajada del río, al ladeo de la iglesia. Ella ofreció su propuesta y, en apenas tres semanas, su negocio ya está abierto y a pleno rendimiento. No dejan de entrar y salir vecinos.
“Abrimos el lunes. Sentí mucha ilusión. La acogida ha sido muy buena y estamos encantados. Vendo de todo. Es un pequeño supermercado. Vendemos pan, productos envasados, congelados y fruta”, nos confiesa la dueña del negocio.
Tras esta apertura ya espera la del obrador, panadería y pastelería que se instalará en la parte de debajo de la casa de su hijo. “Sigo estudiando y pidiendo permisos para poner en funcionamiento también este negocio”, afirma ilusionada.
Una bendición para un pueblo pequeño
Acostumbrados a contemplar como se cierran bares, negocios, tiendas y demás en estos pequeños pueblos de la provincia de Valladolid, el hecho de que una abra sus puertas es positivo, sobre todo para los vecinos.
“La del negocio de cercanía y proximidad la veo una idea genial. Muchas personas mayores no pueden desplazarse. Es una gran idea. A mí me han puesto todas las facilidades posibles”, afirma nuestra entrevistada.
Ella espera, ahora y tras la apertura, que el negocio “vaya bien” y el que se ponga en funcionamiento en los próximos días, también.
Una emprendedora, a los 61 años, que transmite ilusión y ganas en la provincia de Valladolid.