Es tiempo de elecciones, de nuevo. La decisión de Pedro Sánchez de anticipar las generales al próximo 23 de julio ha supuesto un giro de los acontecimientos para todos. Ante esta situación, el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello ha querido realizar una carta pastoral referida a la nueva convocatoria electoral.

En esta ocasión, Argüello entiende que esta campaña electoral “nos vuelve a dar la oportunidad de reflexionar sobre la organización común de nuestra convivencia”. Primero manda un mensaje a los ciudadanos, “estamos llamados a participar -no es legítimo mirar hacia otro lado, y a caer en la cuenta además de que nuestra participación en la vida política no se acaba cuando depositamos nuestra papeleta en una urna, sino que debe ser un compromiso mantenido en nuestra vida ordinaria”.

Y posteriormente a los políticos, a los que pide que “nos traten como personas adultas, que no persigan comprar nuestro voto con promesas cada vez más altas y que tampoco nos consideren personas inmaduras que no son capaces de afrontar sus deberes. Que no nos oculten los problemas de nuestra propia vida social, económica, política… porque ante ellos, todos estamos llamados a responder”.

Argüello hace un listado con los principales problemas que existen ahora mismo en el país. En primer lugar, todo lo que se refiere a “nuestra situación demográfica”, a este “drama” que los sociólogos denominan invierno demográfico. “Cuáles son las propuestas para favorecer la vida; qué comprensión de la persona, de la diferencia sexual, se tiene; qué valor se da a la paternidad y la maternidad; cuáles son las circunstancias de vivienda o las condiciones laborales que pueden favorecer o dificultar la natalidad", se pregunta en su misiva.

Para Argüello también "hay otras realidades alarmantes", como son las de las diversas violencias. "Las diversas formas de muerte, que van desde la muerte provocada por uno mismo en los suicidios, las muertes por accidentes laborales, o las muertes por otro tipo de violencia, que se dan y resuenan de manera singularmente dramática cuando acontecen entre personas que han mantenido vínculos afectivos”.

“Otro indicador de nuestra salud democrática es la articulación entre las diversas administraciones públicas. El estado de una nación que reconoce en su seno nacionalidades y regiones; administraciones cercanas, locales y autonómicas, y administración estatal. Se debe conjugar todo esto con el criterio del bien común que asegure la equidad entre todos los ciudadanos, cualquiera sea el lugar donde habitemos en nuestra nación española.”

Inmigrantes

También opina sobre el Estado del Bienestar: en la educación, en la sanidad, en los servicios sociales, en la atención a los mayores, en nuestro sistema de pensiones… ¿Cuáles son las propuestas de unos y de otros? ¿Qué papel se da a la iniciativa social para poder intervenir en el campo público?

“Hay también que tener en cuenta lo que podríamos llamar puntos de alarma de nuestra vida social, en los que está seguramente concentrado el sufrimiento de muchos.Y hay otras realidades alarmantes, como son las de las diversas violencias. Las diversas formas de muerte, que van desde la muerte provocada por uno mismo en los suicidios, las muertes por accidentes laborales, o las muertes por otro tipo de violencia, que se dan y resuenan de manera singularmente dramática cuando acontecen entre personas que han mantenido vínculos afectivos”. Además, también se muestra preocupado por la salud mental.

Termina haciendo una reflexión a los conciudadanos: “no podemos esperarlo todo de la política. Hay vida, vida social, vida cultural, vida relacional más allá de la dimensión política que tienen muchas de nuestras acciones y actividades. Y a los políticos: no quieran solucionar todos los problemas de la existencia; caigan en la cuenta de que muchos de ellos han de abordarse desde categorías diferentes al corto, al medio o al largo plazo, como las que tienen que ver con el sentido de la vida o con la dimensión religiosa de la existencia, y que toda formación política, toda administración pública, debe de respetar y reconocer”, concluye en su carta.

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