Valbuena de Duero es uno de los municipios más bellos de la provincia de Valladolid. Se ubica en plena Ribera del Duero y sus vinos son de una calidad única. Espectaculares. De esos que gusta tener en el paladar con un buen queso o la mejor pieza de embutido, que también hay mucho y muy bueno a lo largo y ancho de toda Castilla y León.

Se ubica a 43 kilómetros de Valladolid capital gozando de una privilegiada posición siendo un lugar tranquilo para vivir al estar alejado, en cierta medida, de la N-122 dentro del valle. Sin embargo, es un pueblo que, como muchos en la provincia pucelana, se ven azotados por el acuciante problema de la despoblación. Cuenta, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por ello, en el mes de abril y como les informaba EL ESPAÑOL de Castilla y León por aquel entonces, el Ayuntamiento de la localidad pucelana convocaba un concurso para un contrato de arrendamiento de una vivienda en el lugar para familias con menores que estuvieran en edad de escolarización dentro de las etapas de Educación Primaria e Infantil con el objetivo de ganar población y no tener que cerrar el colegio.

Ha sido Alfonso Velasco Martín-Calero el que ocupará esa casa junto a sus hijos, Tony y Alfonso. El alquiler es de 150 euros en una vivienda que se ubica en la carretera de Renedo a Pesquera, concretamente en el numero 6, que ha sido rehabilitada recientemente con el programa Rehabitare. Cuenta con 188 metros cuadrados divididos en dos plantas. Todo, para revivir un pueblo que no tendrá que cerrar su colegio tras esta brillante iniciativa que ha finalizado exitosamente.

Un trotamundos que apuesta por Valbuena de Duero y el mundo rural

“Me considero una persona extrovertida, alegre, familiar, y amigo de mis amigos. Además de a trabajar, dedico todo el tiempo del que dispongo a estar con mis hijos. Me gusta velos crecer. Considero que mi vida, y mi día a día, se basa en el aprendizaje diario”, asegura en declaraciones a este periódico Alfonso Velasco.

A sus 35 años, este cocinero que acumula 17 años en el mundo de la hostelería, trabaja ahora en Pesquera de Duero, un pueblo cercano a Valbuena. Lo hace como cocinero en un conocido complejo bodeguero como es Dehesa de los Canónigos. El vallisoletano ha vivido en Cádiz, Peñafiel y Cuéllar, dependiendo de la oportunidad de trabajo que se ha ido presentando, pero, sobre todo, lo ha hecho en Valladolid.

“Mi madre leyó la noticia de que el Ayuntamiento de Valbuena de Duero ofrecía una casa en alquiler y yo, ese mismo día me puse en contacto con ellos para presentar mi solicitud”, explica nuestro entrevistado.

Preparativos para instalarse en el lugar

Fue entre el jueves, 22 de junio, y el vienes 23 del mismo mes, cuando firmó la adjudicación y le entregaron las llaves. Ya se ha empadronado en la localidad vallisoletana, junto a sus dos hijos, y se encuentra retocando, con pintura, la que será su humilde morada. La que era la casa del médico. “Tenemos que pintar la casa entera y poner ventanas y persianas nuevas. En cuanto terminemos de preparar la vivienda nos instalaremos allí. Espero que a mediados de julio”, añade.

188 metros cuadrados, como apuntábamos anteriormente, repartidos en cinco habitaciones, dos baños, cocina y salón, en plena Ribera del Duero pucelana, a 15 minutos de Peñafiel que pasa por ser la cabecera de la comarca, a dos de Madrid y a media hora de la ciudad del Pisuerga.

La ‘Casa del Médico’ cuenta también con un desván, un pequeño patio y con una cochera. También con una calefacción que funciona con gasoil. El Ayuntamiento ha dado todas las facilidades del mundo para que el precio mensual del alquiler sea de 150 euros.

El salvador del colegio

“Es una oportunidad muy buena para mis hijos y para que el colegio no se cierre. Llega en un momento muy importante para mis pequeños que tiene, ahora mismo, 7 y 4 años”, asegura nuestro entrevistado, que explica que tanto Tony como Alfonso “están muy ilusionados” con su nueva vivienda.

Nuestro protagonista es un fiel valedor de que la formar un proyecto de vida en el mundo rural es posible. Para él, vivir en un pueblo es hacerlo en “una comunidad sana” compartiendo “experiencias con los vecinos” para “formar parte de la familia de Valbuena de Duero”.

“Mi objetivo y deseo pasan por ver a mis hijos crecer felices”, finaliza Alfonso. Él ha salvado el colegio del lugar y espera impaciente ya para comenzar una nueva e ilusionante experiencia vital de la mano de sus dos pequeños.