“El valor del espacio es innegable. Es obvio que se trata de uno de los mejores claustros renacentistas de Valladolid. Es precioso”, cuenta en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León Manuel Saravia, el que fuera concejal de Urbanismo y Vivienda en el Ayuntamiento de la ciudad del Pisuerga entre el 2015 y el 2023. Todo, hablando de una joya del siglo XV que se ubica en el centro de la ciudad.
La Iglesia de Las Francesas luce aún y es uno de los elementos arquitectónicos que han de ser disfrutados por los turistas que hasta Pucela llegan. Fue objeto de una operación inmobiliaria “radical” en los años 70 del siglo pasado. Tras esto, se establecieron “nuevos compromisos y responsabilidades”, añade Saravia.
El 6 de abril del año 1967, este emblema de la ciudad será declarado Bien de Interés Cultural, y ahora sirve de sala municipal de exposiciones de martes a domingo.
Una joya preciosa del siglo XV
El Convento de las Comendadoras de Santa Cruz, también conocido como de las Dominicas Franciscanas y conocido popularmente como de Las Francesas, es del siglo XV. De la que fue su construcción original solo conservamos, hoy en día, el claustro, que se ha recuperado como centro comercial. La iglesia alberga diferentes muestras cada mes y, en Navidad, es la cuna de alguno de los más bellos belenes monumentales.
La entrada está marcada por la calle Santiago, al lado de una conocida administración de loterías y se encuentra rodeado por viviendas. Fue fundado en el 1487 por las hermanas María de Zúñiga y María de Fonseca. Ambas se integraron en la Orden de Santiago para crear un convento de clausura.
Será en el siglo XVII, cuando se lleve a cabo la rehabilitación del edificio y se construya la iglesia nueva tras la orden de una noble: María Ana Ladrón de Guevara. Tras su muerte, el templo viejo fue sepultado.
Desaparición, actualidad y características de un emblema
Durante la Desamortización el convento desapareció como tal cuando fue cedido a las Dominicas Francesas que lo mantuvo como colegio hasta entrado el siglo XX.
En la actualidad podemos seguir disfrutando de la portada a la calle, el coro, la iglesia y también del claustro que presenta una escalera y una sacristía. Un claustro que nació en el siglo XVI y que construyó el Fernando de Entrambasguas. Cuenta con cuatro lados y tres pisos que están custodiados por arcos carpaneles y antepechos calados. Se corona con una fuente baja de piedra.
El suelo, que está conformado por cantos y huesos de cordero conocidos también como tabas, se conoce precisamente con ese nombre de: ‘Patio de las Tabas’.
La portada, que se ve desde la calle de Santiago, es de piedra y está realizado por Francisco Mora, de estilo clasicista pero austero. El claustro, se puede ver desde el centro comercial accediendo desde la calle Santiago y también desde María de Molina. En la iglesia, se conserva un retablo mayor de corte neoclásico de valor incalculable, obra de Pedro de Ávila.
Bien de Interés Cultural
Esta joya vallisoletana, que se puede disfrutar junto a otros puntos de la ciudad del Pisuerga como La Antigua, o San Pablo, fue declarado Bien de Interés Cultural el 6 de abril del año 1967, por méritos y con merecimiento.
Son muchos los que inmortalizan con el templo de fondo y los que aprovechan para visitar una de las exposiciones que, de martes a domingo de 12 a 14 y también de 18.30 a 21.30, allí se exhiben.