Valladolid es una ciudad con una historia sumamente rica. Este encanto y también el patrimonial, le llevan a ser uno de los lugares que muchos turistas deciden visitar de entre todo el elenco y opciones, de gran calidad, con las que contamos en nuestro país. La ciudad del Pisuerga brilla entre todas.
Como el resto de municipios, nuestra ciudad evoluciona. Se llama progreso. A veces, parte del pasado queda en el olvido, pero, en otras ocasiones, se producen efectos milagrosos y nos encontramos con testigos que permanecen ocultos, de otras épocas y que disfrutaron, en vida, otras personas.
Es el caso del frontón de la calle Expósitos. Tras la puerta que adjuntamos como imagen principal, se encuentra este espacio. Y es que, remontándonos del nuevo al pasado, siglos atrás existía esa afición de jugar a la pelota en estos frontones.
La historia de un lugar histórico para Valladolid
“En el siglo XVI ya había, al menos, un juego de la pelota que se emplazaba en una calle que iba desde Teresa Gil hasta la Iglesia del Salvador. El historiador Matías Sangrador relata que en el siglo XVI los “linajes”, es decir las familias que se repartían los cargos y prebendas concejiles, se reunían en una casa de baños y juego de pelota que había en la calle que primero se llamó del Río y después Expósitos”, explica, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Jesús Anta.
El escritor y conferenciante que está especializado en historia, personajes de la provincia vallisoletana y también de la capital y en patrimonio vernáculo, añade que esto parece “hacer indicar” que “acaso hubiera más de un juego de pelota al mismo tiempo” o que “ambos fueron lugares sucesivos” ya que “a finales del XVI ya se habla de la calle que antes llamaban Juego de la Pelota, refiriéndose a la inmediata, a la Iglesia del Salvador”, explica nuestro entrevistado.
En cualquier, en la calle Expósitos, llega, al menos, desde el siglo XVI. A lo largo de la historia, Valladolid ha tenido otros lugares en los que jugar a la pelota. Cerca de la Iglesia de la Antigua y el más famoso, el frontón de Fiesta Alegre ubicado en la calle Muro, que dejaría de funcionar allá por el año 1915 para adoptar otros usos como el de gimnasio, espectáculos circenses, cine, o incluso novilladas.
Un importante frontón
“El frontón de Expósitos se cubrió en el año 1935, a iniciativa de su propietaria, Sinforiana Dolores de la Higuera. Lo gestionaba la Federación Vallisoletana de Pelota y, en él, se celebraban torneos oficiales. Era un frontón importante en el panorama del juego de pelota español. En él compitieron los mejores pelotaris del país”, afirma nuestro entrevistado.
El 16 de septiembre de 1960, por poner un ejemplo, y en el marco del programa de la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo, se organizó una gala entre 16 afamados pelotaris que procedían de Álava, Vizcaya, Navarra o Burgos, con mención especial también para los vallisoletanos.
“Seguramente, y frontón a un lado, lo más desconocido de lo que había al otro lado de esa puerta, ahora encadenada, del número 1 de la calle Expósitos, es que fue una importante casa de baños que, al parecer, llegó a ser el más antiguo de Valladolid. Desde luego, en el año 1883, se anunciaba como el más antiguo y acreditado de la ciudad”, apunta Jesús Anta.
Una casa de baños que, como apunta nuestro entrevistado, fue reformado completamente en 1888. Se instalaron pilas de mármol, para disponer cuartos frescos y bien ventilados, se introdujo agua corriente, suministrada por el Canal del Duero, que comenzó a funcionar en noviembre de 1886 y se presumía de limpieza. El precio del baño ascendía a una peseta.
“En 1995, la empresa Diursa compró el edificio para que el frontón cerrara sus puertas. La propietaria era Maruja Gómez Higuera. El edificio estaba catalogado por el Plan General de Ordenación Urbana como ‘Espacio dotacional para usos deportivos’, pero la promotora presentó una alegación, y el Ayuntamiento accedió a descatalogarlo para no tener que mantener las instalaciones deportivas”, nos explica el escritor.
Valladolid, una ciudad con mucha historia
La ciudad del Pisuerga, como defendíamos al inicio del escrito, tiene una historia de miles de años. Además de este, hay otros lugares como La Dársena del Canal de Castilla, el Mercado del Val, las Industrias Harineras, la desembocadura del Esgueva o el edificio de la Electa, del Paseo Isabel La Católica, que merecen una mención especial.
“Sin olvidarnos del conjunto patrimonial ferroviario, que tanto parece que estorba ahora, o la Plaza del Coso y la Estación de Ariza junto con otros lugares como el Museo de Filipinas o el de Arte Africano”, añade nuestro entrevistado.
Valladolid, una ciudad con historia, y con cientos de historias, como esta, para contar.