De “capricho” de sus padres a restaurante con 44 años de historia y bodega centenaria en un conocido municipio vallisoletano
La carne a la brasa, los pinchos de lechazo, o el arroz con bogavante y la tortilla destacan entre sus deliciosos platos
24 septiembre, 2023 07:00Noticias relacionadas
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Mojados es uno de los municipios vallisoletanos más importantes de la provincia de Valladolid. Se enclava en un lugar privilegiado, ubicado en el margen del río Cega, que pasa por ser afluente del Duero, y está rodeado por extensos pinares entre los que destacan las variedades negral y albar. Además, cuenta con auténticas joyas con encanto patrimonial y fue lugar de paso de Carlos V. El pueblo se vuelca con el emperador año tras año.
Se ubica a unos 25 minutos en coche de la capital. En la actualidad, cuenta con una población de 3.312 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y se encuentra ya sumergido dentro de sus Fiestas en Honor a Nuestra Señora del Rosario, que comenzarán con los días grandes de los festejos la próxima semana.
En la localidad pucelana, durante estas fiestas y, también, el resto del año, se come de maravilla. La oferta de establecimientos hosteleros en el lugar es amplia. Hoy nos paramos en la calle Pío Basanta número 43. Allí se encuentra el Restaurante El Palomar. Nos espera Cristóbal Cubero Castro para contarnos todos los secretos de un establecimiento con 44 años de historia.
Un “capricho”
“El restaurante nace como un capricho de mi padre. Tenía cinco hijos y debíamos trabajar. Lo hicimos todos en el restaurante. Después, mis hermanos mayores decidieron tomar otro rumbo en la vida, y yo continúe trabajando en el negocio familiar que lleva por nombre Restaurante El Palomar”, asegura Cristóbal, en declaraciones a este periódico.
Nacido en Mojados, y a sus 48 años, él es un profesional que lleva trabajando en el mundo hostelero desde los diez años y que cogió el testigo de sus padres, Jesús y Teresa, para ponerse al frente de un restaurante muy afamado en la provincia vallisoletana, después de tantos años de historia, como nos cuentan además fuentes municipales.
“Me considero una persona normal a la que le gusta su trabajo y que trata de hacerlo lo mejor que puede esforzándose mucho y estando pendiente de todo para que no haya problemas. Llevo aquí desde los diez años”, explica nuestro entrevistado.
Toda una vida en el restaurante
El Restaurante El Palomar es un negocio familiar. De esos de los de toda la vida. Nace hace 44 años y 20 fue gestionado por los padres de nuestro protagonista y también por sus hermanos. Sin embargo, Cristóbal cogió las riendas hace 24 primaveras, junto a su mujer, para seguir adelante con un negocio que acumula una fuerte carga sentimental.
“Llevar un restaurante en un pueblo es un trabajo muy bonito y gratificante, siempre dando calidad y un buen servicio a los clientes. Mi mujer y yo gestionamos el negocio, pero tenemos también dos ayudantes que hacen una gran labor. Aquí nadie es más que nadie y todos nos ayudamos. Somos un equipo”, asegura el dueño del restaurante.
Con respecto a la subida de los precios de las materias primas y de las energías, que tanto están repercutiendo en la labor hostelera en los últimos tiempos, asegura que “buscan apretarse el cinturón” con el fin de que al cliente “le afecte lo menos posible en su cuenta”.
Una bodega centenaria y una ampla gama de platos
“Nuestro restaurante está situado en la calle Pío Basanta número 43 y cuenta con una bodega que es centenaria, espectacular y preciosa y con unos productos de calidad. En la bodega entran unas 80 personas y en el salón, que se encuentra arriba, pueden caber otros 70 comensales”, asegura Cristóbal.
Entre las especialidades del lugar se encuentran las carnes a la brasa, los pinchos de lechazo, las chuletas o el entrecot. También el arroz con bogavante, la sepia, el pulpo, o las croquetas de gambas al ajillo. Además de la tortilla, de la que el dueño afirma que es “la mejo de la comarca”, sin olvidarnos de otros productos como el jamón ibérico o el queso.
“El futuro lo veo complicado. Ha subido la luz, los impuestos… nos están agotando. Sin embargo, mi objetivo y deseo pasan por intentar ser feliz y hacer felices también a todos mis clientes”, finaliza nuestro protagonista.
Otro restaurante para hacer parada y deleitase con lo mejores platos y productos en la provincia de Valladolid.