Una vida normal. Siendo el preparador de un equipo de baloncesto y gestionando la cantera de un club israelí. Lo que viene a ser ahora un head coach en categoría juvenil. El vallisoletano Félix Alberto de Fuentes, de 33 años, después de pasar por equipos como el Carramimbre CBC Valladolid, el CB Zamora o CB Palencia, hace dos temporadas decidió dar el salto de su vida. Se fue a Israel.
Había trabajado como preparador muchos años en España a nivel profesional tanto en LEB oro como en LEB plata, y con las categorías inferiores de la selección española, pero tenía ganas de salir de España y conocer otros sitios y otras culturas. Una oportunidad que no podía dejar pasar. Sin embargo, nunca pensó que todo acabaría así. En Beersheva, una ciudad que está a una hora de Tel Aviv en coche y con una gran cultura de baloncesto. Es una ciudad de unos 250.000 habitantes y que está en proceso de expansión.
Los deportistas que entrena están en un abanico entre los 11-12 años y los 18 años. Los entrenamientos son en inglés y prácticamente toda la población habla en este idioma. Sin duda una gran experiencia que se ha visto empañada por lo que le ha tocado vivir. Se ha tenido que volver de Israel por culpa de la guerra que ahora afecta a este país contra el grupo terrorista de Hamas. El sábado comenzó la pesadilla. Escuchó sirenas y mucho jaleo, además, justo al lado de donde él vivía, en el hospital. Un ataque de Hamas que pilló por sorpresa a todos. “Es cierto que en marzo ya hubo un bombardeo, pero se avisó, ahora no lo han hecho y esto ha sido una masacre”, denuncia con la voz entrecortada.
Félix Alberto de Fuentes regresa ya a Valladolid desde Madrid en tren. Y lo hace roto. Justo en este momento se acaba de enterar de que el padre de uno de los hijos que entrenaba ha fallecido. Tuvo que ir a la guerra reclamado por su país. “Todos tenían una vida normal, eran felices y ahora les toca a ir a defender a su país”, asegura destrozado.
El vallisoletano recuerda cómo pasó el pasado sábado en su vivienda donde reside solo. “Lo hice con mucha angustia. Cada diez minutos durante cuatro horas sonaban alarmas y se escuchaban bombardeos”. Por la tarde el club le llevó, junto a otros compañeros, a un bunker donde estarían más seguros. Posteriormente fueron trasladados al aeropuerto de Tel Aviv. Fueron horas con “mucha angustia” ya que comenzaron a caer misiles muy cercanos. Incluso llegó a pensar que terroristas podrían entrar allí y realizar otra matanza.
"No pienso en mi futuro, pienso en mis amigos"
De la Fuente se encuentra abatido en estos momentos y no piensa en su futuro, solo piensa en lo que ha dejado atrás. “Mi cabeza y mis pensamientos está con mis amigos y con mis compañeros de trabajo. Tengo jugadores que van a ir al frente y alguno puede que muera. Es terrible”, mientras recuerda lo acogido que se ha sentido en otro país que tiene “otra cultura, otra religión y otras costumbres pero que te ayudan a integrarte”. Incluso ha estado en bodas de compañeros y se ha sentido uno más.
Ruega que cese la guerra entre israelís y palestinos y que no entre ningún país más en ella. “No me replanteo nada más en la vida. Solo quiero que todos mis amigos sobrevivan y sus familias también”.