Dice la hemeroteca que ‘Hacienda’ fue la primera discoteca que abrió sus puertas en España. Concretamente en Javea (Alicante) y en agosto de 1966. Fue la primera registrada porque ya se sabe que en estos temas siempre hay matices y todos quieren ponerse la medalla. Una moda que llegaba desde Europa, con hippies, artistas y bohemios a la cabeza, y que venía a revolucionar el concepto de bar y salas de fiesta que había hasta entonces. Era el momento de bailar hasta altas horas de la mañana, copa en mano y sin mirar el reloj.

A Valladolid este concepto tardó unos pocos años más en llegar, y es cuando emergieron nombres como Atómium en la calle la Pasión, La Cabina en García Morato, La Oka en San Felipe Neri, Caifás en la calle San José o Shout Club en Miguel Iscar, que curiosamente solo abría los domingos por las mañanas. Luego llegaron más, muchas más. Haciendo en los años 80 y 90 de Valladolid, una ciudad donde se repartían por zonas y con diferentes ambientes. No había noche en la que los jóvenes no acabaran en una discoteca.

En la actualidad, muchas de estas discotecas y salas de baile han cerrado, pero son muchos los nostálgicos de Valladolid que sigue teniendo estos lugares en su cabeza. La historia de las discotecas en Valladolid es larga y variada, y ha sido un elemento importante de la vida nocturna y la cultura durante décadas. Hoy en día, estos clubes y discotecas se centran más en la música electrónica, el reggaetón y la música latina, han cambiado de nombres, pero entre sus paredes sigue habiendo mucha historia pucelana.

[El Cuadro: aquellos maravillosos años de una época irrepetible para Valladolid]

Hacemos un repaso a algunas de las más históricas y que ya no están. Seguro que se nos olvida alguna, así que antes de nada, perdón lector. Suponemos que dependiendo de la edad de cada uno, recordará determinada época con un nombre u otro. Montones de anécdotas en formas de risas cómplices que se vivieron en aquellos locales.

Campus

En la calle Colmenares se situaba una de las discotecas más míticas de Valladolid. Tenía dos ambientes, uno por la tarde con las denominadas sesiones light y otra para ‘mayores’ a partir de las ocho. Son muchas las historias que se pueden contar de ella. La entrada era variable si conocías al portero o no. En este establecimiento hubo un tiempo en el que se ponía el himno de España y salías siempre con un sello en la mano. También tiene su leyenda negra. En 2008, dos jóvenes sufrieron heridas de diversa consideración debido a la caída de un falso techo. Un año antes, un joven gallego de 17 años murió por un coma etílico. Pero Campus siempre será recordada porque allí se pudo disfruta de la mítica Ely, asesinada hace un lustro. Hace años que se mantiene cerrada aunque su anagrama sigue en la puerta.

Salida de emergencia de Campus

Mambo

San Felipe Neri, 1 es uno de los lugares más míticos de discotecas. Allí surgió una de las primeras, La Oka. Luego fueron llegando otros nombres como Beverly. Pero fue en los años 90 cuando más atracción tuvo con su denominación de Mambo, o Jaleo si era la hora light. Tenía un aforo de solo 300 personas, que se sobrepasaba casi siempre por su gran éxito entre los jóvenes, y ese fue uno de sus puntos débiles para acabar desapareciendo. En 2015, una sentencia obligó al cierre al constatar que las obras acometidas en la sala para restituirla a la legalidad, en cumplimiento así de un fallo anterior de 2011 del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, no se ajustaban a la normativa medioambiental. Los vecinos de la zona respiraron tranquilos. Y sí, también tiene su historia negra. En 2008 un joven francés, que había venido para unas jornadas en el Liceo Francés, murió de una puñalada a las puertas de la sala tras el asesinato. Dos jóvenes vallisoletanos se declararon culpables.

Exterior de la discoteca Mambo en Valladolid

Kiu & Dalt Vila

La zona del Cuadro merece un capítulo aparte dentro de las discotecas de Valladolid. Una zona de marcha con mucho éxito y que se ha quedado en nada como quedó reflejado en este artículo. Hablar de El Cuadro era hacerlo de muchas discotecas, por ejemplo, Kiu & Dalt Vila, aunque es cierto que anteriormente recibió muchos más nombres, por ejemplo, Varón Rampante. Su apertura fue a finales de los 80 y pronto se convirtieron en dos discotecas muy conocidas. Y es que estaban hermanadas por un mítico pasadizo interior. Ojo, algunas veces estaba tapiado. Esto te permitía pasar de uno a otro sin tener que pasar por la calle. Como curiosidad, las letras de neón anunciado Kiu se veían desde muchas zonas de la ciudad. Muchos djs conocidos pasaron por sus cabinas. Era el denominado ambiente bakala.

Callejón del Cuadro

El Landó

El Landó era una discoteca diferente. Situada en la calle Galatea, era para los vallisoletanos que buscaban algo diferente. Con dos de los dj's más históricos de Valladolid: Viudo y César Picota. Dicen que era de los mejores sitios para escuchar música, donde se mezclaban diferentes estilos de las décadas anteriores con las novedades que llegaron en los 90. Aquí comenzó a escucharse Nirvana, Green Day o los Guns’and’Roses y otros grupos menos conocidos porque no es una discoteca de moda que siguiera las tendencias comerciales. Mucha gente del Landó ha pasado ahora al mítico Asklepios, que ese sí, se mantiene fiel.

Ubicación del Landó en Galatea, 2

Graffiti

Se llamaba así pero todo el mundo lo conocía como el Dos. ¿Por qué? Pues porque estar situada en el calle Francisco Suarez 2. Otra discoteca de mucho éxito en Valladolid pero que muchas veces se quedaba pequeña. Por sus cabinas también pasaron grandes manos.

Zona de El Cuadro

Charlot

Decir Charlot's en Valladolid son palabras mayores. También en el cuadro, aunque en la calle Sancti Spíritu es una de las discotecas con más recuerdos. Siempre hay alguien que ha ido y tiene anécdotas. Era el auténtico after del pasado siglo. Muchos jóvenes de los pueblos iban directos porque era el único lugar que estaba abierto. Luego ha sido famoso por convertirse en una iglesia evangélica y un lugar para grandes celebraciones. La discoteca fue condenada porque una clienta ingirió sosa cáustica allá por el 1996.

Entrada a Charlot

Camarote

José Luis Rubio montó Camarote en el Cuadro. Este lugar es mítico. Su bajada por las escaleras te evocaba a un mundo mágico. Era la época en la que se salía la tarde de los domingos y se disfrutaba de las Tardes de Guerra en Camarote, años después hasta el estilo de este local cambió.

Camarote en el Cuadro

Radiola

En la calle Labradores se encontraba la discoteca Radiola, (en los años 80 fue América) que llamaba la atención por su gran iluminación. Por eso se especializó en conciertos de grupos conocidos por allí pasaron Parálisis Permanente, Loquillo y sus Trogoditas, Sober etc... Nada queda de aquello en esta conocida vía vallisoletana.

Siete Siete

Hay lugares que los vallisoletanos nunca podrán olvidar y esta discoteca es una de ellas. Estaba situada al final de la Calle Rondilla de Santa Teresa en el cruce con Paseo del Renacimiento. Y era una de las más populares allá por los años 90. Sin embargo, la fatalidad quiso que un incendio acabara con la vida cuatro personas el 6 de octubre de 1996. La discoteca quedó totalmente destruida.

Posavaso del Siete Siete

Las Calabazas

La discoteca más lejana en la ciudad. Estaba situada en el Pinar de Antequera y regentada por un mítico de la noche como el DJ Curro Puertas.

Son solo algunos ejemplos que se pueden completar con la mítica Palladium, en el Paseo Zorrilla, discoteca Straus en la Plaza de los Arces o Pipol en la zona del Mercado del Val.

Las que cambiaron de nombre

La Maraca

En el Paseo Zorrilla, 48 es una de las más emblemáticas. Y eso que nació en los años 70 con el nombre de Pussy Cat. Durante los 80, conocida como Wall Street e Hippopotamus. A principios de los 90 un llegó La Maraca, en un lugar excepcional, en una de las calles más importantes de la ciudad. Con cierres y aperturas, ahora se ha apostado por la música latina.

La Rosaleda

Es otra de las discotecas más míticas de Valladolid y que es como el Guadiana, aparece y desaparece. Lo último es Moss.

Bagur

Dependiendo de la edad la puedes conocer como Atomium, Bagur o Cocoon. Eso sí, pasan los años y se sigue manteniendo en forma con sus diferentes ambientes.

Otras discotecas de zonas como la Plaza Martí  Monsó también han sobrevivido con cambios de nombres como Pierrot (Tintín).

Sea como sea, las discotecas de Valladolid siempre serán eternas, con nombres antiguos o modernos, y serán el testimonio de varias generaciones. Aunque de ellas lo único que queda ahora es un amor, un grupo de amigos o un buen recuerdo en la memoria.

Noticias relacionadas