Nuestro organismo cuenta con un reloj biológico interno. Lleva el nombre de sistema circadiano, marca los ciclos del sueño y actúa como vigía las 24 horas del día. Se trata de un marcapasos o reloj interno que se encuentra influenciado, principalmente, por la luz. Es, además, el responsable de otros procesos como el estado de alerta, la somnolencia o la regulación del apetito, y también de la temperatura corporal.
Con el cambio horario que experimentamos en la noche del pasado sábado al domingo, cuando las manecillas del reloj fueron para atrás siendo a las 3.00, de nuevo las 2.00, la exposición solar cambia y desincroniza este cuentaminutos interno. Con ello, sufrimos un desfase en los ciclos de sueño-vigilia, hasta que nos readaptamos de nuevo, después de varios días. Podemos sufrir, hasta que nuestro cuerpo se aclimata a este nuevo horario, estados de somnolencia o insomnio, también falta de concentración y/o fatiga, o irritabilidad.
En el Hospital Clínico Universitario de Valladolid se encuentran “los guardianes del sueño”. Se trata de la Unidad del Sueño que se encarga de realizar estudios diagnósticos del sueño, como puede ser la poligrafía respiratoria nocturna o la polisomnografía, desde hace más de 18 años. Con las pruebas, se encargan de analizar los movimientos respiratorios y cuantifican las apneas. Todos los neumólogos participan en el diagnóstico y, también, en el tratamiento de los síntomas respiratorios de los pacientes que sufren estas apneas y en el diagnóstico diferencia de otras patologías.
En la actualidad, la Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño es la encargada de realizar estas pruebas diagnósticas y está formada por dos neumólogos, el doctor Santiago Juarros, que es coordinador, y el doctor Eugenio Alonso.
“En la actualidad sólo contamos con una enfermera a tiempo completo para el análisis preliminar de las polisomnografías, programación de los equipos y educación de los enfermos; dos enfermeras que se alternan para la realizaron de los estudios durante la noche, y una auxiliar de enfermería y administrativa a tiempo parcial”, explica a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Carlos Disdier Vicente, jefe de Servicio de Neumología del Hospital Clínico de Valladolid, desde el año 2010.
Charlamos con él sobre la importancia del buen dormir.
No realizar cambios horarios, lo ideal
“El horario de invierno facilita mayor exposición solar durante las actividades laborales, por lo que, en principio, sería más beneficioso. Lo ideal sería no realizar cambios horarios. Habitualmente, y en personas normales, el tiempo de adaptación al nuevo horario suele durar unos pocos días”, asegura nuestro entrevistado.
Son muchos los que sufren los efectos del cambio en las manecillas del reloj. Personas que ganan en irritabilidad. Que les cuesta adaptarse. Para hacerlo, cuanto antes, es muy eficaz intentar acostarnos ajustándonos al nuevo horario, aunque sea de forma progresiva. Aumentar la exposición a la luz solar de la mañana, y realizar ejercicio físico por la tarde.
“Una gran parte de las consultas en Neumología se producen por los trastornos respiratorios que sufrimos durante el sueño. La apnea obstructiva del sueño es la patología más importante y grave relacionada con el sueño en nuestras consultas. Por lo leve, y también por su carácter transitorio, los trastornos asociados por desfase del ritmo circadiano ocasionados por el cambio horario no suelen llegar a nuestras consultas”, apunta nuestro especialista.
Trucos para dormir bien
Para dormir bien, como apunta Carlos Disdier, resulta clave que “la habitación esté bien acondicionada”. Es decir, que no haya ruidos, luz excesiva y evitando temperaturas extremas. Es aconsejable “una buena higiene del sueño”. Para ello resulta sumamente eficaz “acostarse y levantarse de forma regular” y “dormir las horas necesarias que cada uno precisa”.
“Antes de dormir se debe evitar actividades como ejercicio físico muy intenso y cenas copiosas, así como la ingesta de café, alcohol o consumo de tabaco. Por último, es importante no utilizar móviles, tablets u ordenares sin filtros de luz azul inmediatamente antes de dormir”, matiza nuestro entrevistado.
Lo aconsejable es dormir entre 7 y 8 horas diarias ininterrumpidas, pero la necesidad de dormir más o menos puede ser variable y también depende de la edad. Si no se duerme lo suficientemente bien por malos hábitos o por enfermedades que interrumpen el sueño o que no permiten una calidad de sueño adecuada, puede aparecer somnolencia, irritabilidad, hiperactividad, cansancio o pérdida de atención. Si no descansamos bien, la somnolencia diurna excesiva puede ocasionar accidentes de tráfico o accidentes laborales en situaciones de riesgo
“En ocasiones, los trabajos por turnos o guardias pueden causar también desajustes. Los trastornos respiratorios del sueño como las apneas obstructivas por colapso de los músculos faríngeos son una de las patologías más frecuentes en las unidades de neumología, pero otras enfermedades entre las que se incluyen el síndrome de piernas inquietas, el movimiento periódico de piernas, la narcolepsia, parasomnias, trastornos neurológicos o psiquiátricos, patología prostática, y la administración de ciertos fármacos pueden influir con frecuencia en la calidad del sueño”, explica Carlos Disdier.
La importancia de la Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño
En España existe una red nacional de neumólogos dedicados a la patología del Sueño que realizan estudios para demostrar la eficacia de distintos tratamientos y mejorar con pruebas más sencillas el diagnóstico de estas enfermedades, así como su repercusión cardiaca, cerebral y de otros órganos. Los trabajos españoles han sido especialmente relevantes en demostrar la relación entre apneas y accidentes de tráfico. La Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño del Hospital Clínico de Valladolid ha trabajado en muchos de estos trabajos.
“Con la polisomnografía podemos certificar si el paciente está dormido y precisar la calidad y profundidad del sueño, así como otras causas de somnolencia como los movimientos periódicos de piernas, movimientos anormales, retención de carbónico y arritmias cardiacas. Fundamentalmente nos dedicamos al diagnóstico de trastornos respiratorios del sueño tanto en adultos como en niños”, añade el jefe de Servicio de Neumología del centro hospitalario pucelano.
Por tanto, podemos asegurar sin miedo a equivocarnos, que las Unidades del Sueño son fundamentales para el diagnóstico y tratamiento de las apneas obstructivas del sueño. Todos los Servicios y Unidades de Neumología cuentan con una unidad de este tipo puesto que se trata de una patología muy prevalente.
“Los neumólogos somos los únicos especialistas acreditados para el tratamiento con dispositivos CPAP, que utilizan generadores de aire que emiten una presión positiva que se transmite a través de mascarillas, por la nariz o nariz y boca, para evitar las apneas mientras se duerme”, finaliza nuestro entrevistado que pone de relieve la importancia del buen dormir.