El fresquito otoñal ya aprieta en Valladolid. Son días en los que apetece acurrucarse en el sofá con una manta calentita y disfrutar de una buena película. También son jornadas en las que el chocolate con churros está cotizado. Apetece disfrutar de este manjar a lo largo de todo el año, hay que decirlo todo, pero cuando el frío aprieta, más aún.
Ese churro crujiente, salado y aceitoso que acaba por combinar de forma perfecto con el dulzor oscuro de un buen chocolate caliente. El paladar se enamora de esa explosión de sensaciones en una simbiosis perfecta que llega hasta nuestro cerebro para llegar al placer más extremo, en un momento único y para deleitarse.
La tradición del chocolate con churros, también para desayunar y comenzar nuestra jornada laboral cargados de fuerzas, arrancó en Madrid, concretamente en el siglo XIX. Ahí es cuando la popularidad de esta sabrosa combinación alcanza su punto culmen. También las porras ganan terreno por aquel entonces y son una elección perfecta para combinar con el dulce chocolate.
En Valladolid, de dar el chocolate con churros más exquisito chocolate con churros saben mucho Carlos y Francisco Javier Ríos Álvarez, los dos hermanos que sacan adelante la Churrería Erchus que se ubica en la Avenida de Palencia número 24 de la ciudad del Pisuerga y que también toca la calle Penitencia del barrio de La Rondilla.
Suman 23 años al frente de un negocio abierto desde 1985 y se levantan, cada día, a las 3.30 horas de la madrugada para dar el mejor servicio a sus clientes.
Una historia que se remonta a 1985
“La Churrería Erchus nace en el año 1985. La pusimos en funcionamiento yo, con mi otro hermano. Después, hace 23 años, Francisco Javier entra en el negocio conmigo y nos quedamos los dos al frente con el fin de sacar adelante el negocio y aquí estamos dando guerra”, asegura Carlos Ríos Álvarez, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Carlos, de 60 años y Francisco Javier, de 57. Dos “currantes” que antes habían buscado la suerte abriendo dos pubs. Uno en Torrecilla y el otro en Santuario. Ambos estudiaron en el Barrio España de Valladolid para terminar luchando, día a día, por mantener con vida un negocio que es muy querido en el barrio.
“A base de trabajar, codo con codo con mi hermano, conseguimos sacar la churrería adelante. No estaba nada bien hace 23 años, pero, ahora, estamos fuertes. No nos quejamos de trabajo y esperemos que dure mucho tiempo más”, asegura nuestro protagonista que ensalza y agradece a la clientela que confíen en ellos.
Trabajando desde las 3.30 de la madrugada
Los dos hermanos se levantan, cada día, a las 3.30 horas de la madrugada. Abren en horario de 6.00 a 12.00, solo por la mañana este año, pero tienen que hacer un reparto previo por los bares aledaños que esperan la llegada de los mejores churros del barrio para que los clientes se deleiten con ellos.
En un local que cuenta con unos 110 metros cuadrados trabajan un total de siete personas, con la señora de la limpieza incluida. Todos, día a día, de forma ordenada, dispensan sus mejores sonrisas a los que hasta allí llegan para que se vayan contentos.
“El chocolate con churros se disfruta durante todo el año. Da igual que sea verano o invierno. Nosotros ofrecemos el chocolate con porras, churros, también tenemos tostadas y bollería, para que cada uno elija lo que quiera como acompañamiento al dulce placer”, añade Carlos.
Un solete de la Guía Repsol
La Churrería Erchus presume en su puerta de contar con un solete de la Guía Repsol. Lo obtuvieron el pasado año, 2022, en el mes de octubre. Para los hermanos fue una auténtica sorpresa, aunque, que te premien el trabajo bien hecho nunca viene mal, claro está.
“Nos mandaron el certificado. Nosotros no sabíamos nada. Fue totalmente sorpresivo. Es un empujón, te da alegría, y la verdad es que te anima a seguir adelante. Sin embargo, nuestro objetivo diario pasa por conseguir el solete de nuestros clientes, que son los que hacen que estemos aquí y los que nos permiten seguir adelante”, añade nuestro entrevistado.
Los hermanos han sufrido, en sus carnes, la subida de precios de las materias primas, también la del aceite. El precio de la luz también se nota. Sin embargo, siguen luchando para que el Erchus continúe con vida y dando el mejor servicio y los mejores chocolates con churros a sus clientes, muchos años más.