Un collage de Carlos I junto a una imagen de un recién nacido

Un collage de Carlos I junto a una imagen de un recién nacido

Valladolid

La muerte de recién nacidos abandonados por las calles: la tragedia a la que se enfrentó Carlos I al llegar a Valladolid

Hubo dos niños que sobrevivieron hasta cuatro días, casi como un milagro, y Carlos I junto a Germana de Foix decidieron recogerlos y criarlos 

14 diciembre, 2023 07:00

Por todos los castellanos y leoneses es recordado el momento en el que Carlos I de España y V de Alemania puso un pie en el país por primera vez. Fue en el año 1517 cuando llegó a Valladolid. Sin embargo, a día de hoy, son muy pocos los que conocen la tragedia a la que se enfrentó en su llegada: la muerte de recién nacidos. 

El recuerdo de un episodio negro en la capital que se relata en el libro titulado 'Tal día como hoy. Calendario histórico de Valladolid' de Roberto Delgado García. Y que se rememora, precisamente, en este 14 de diciembre.

Seguro que muchos recuerdan, o les han contado, cómo fue esta visita. Un momento terriblemente especial en el que todo el mundo se engalonó para recibirle. Sin embargo, él se quedó "horrorizado" al ver a criaturas recién nacidas abandonadas en las calles en pleno invierno y expuestas tanto al frio como a la voracidad de cualquier animal. 

Así lo describe también Laurent Vital en su obra 'Relación del primer viaje de Carlos V a España'. Un joven de tan solo 17 años que acudía, por primera vez, a este país y, en concreto, a Valladolid, lugar donde años más tarde nació su hijo Felipe II, que fue coronado Rey de Castilla, en el Palacio Pimentel.

Esta era una práctica habitual en aquella época puesto que "importaba más la honra de la familia de la madre que la vida del niño". Motivo por el cual dejaban por las calles a estos bebés sin importar las condiciones, el lugar o el frio que pudieran pasar en una ciudad tan heladora como es esta.

El resultado de estos abandonos casi siempre era el mismo, que la criatura no pudiera resistir esta prueba y terminara falleciendo a los pocos días, si es que no lo hacía a las escasas horas de ser abandonado.

Una situación que provocó que la iglesia se enfrentara a problemas creando una "institución ejemplar" por su espíritu, aunque nunca pudo contar con una estructura eficaz. Pese a ello, sí que supuso un avance, no tanto para cambiar la mentalidad de los padres y esa falsa creencia de "honra", sino para que estuvieran cobijados y no expuestos a las bajas temperaturas, enfermedades, a lo que les pudiera pasar por la noche o a la muerte. 

Esta fue la lamentable situación con la que se encontraron los flamencos que acompañaron a Carlos I en su primer desplazamiento a España y, en concreto, a Valladolid, que en aquel momento era Corte de la Monarquía.

Episodio que también se recoge en el libro citado anteriormente de Vital y en el que afirman que el emperador presentaba un "cuadro sombrío" ante tal escalofriante situación. Pero, como en casi todas las historias, siempre hay un ápice de luz.

Resulta que hubo dos de esos bebés, gemelos, que lograron sobrevivir hasta cuatro días. Un hecho que se consideró prácticamente milagroso y cuya noticia corrió como la pólvora hacia la Corte. Y, por este motivo, Carlos I y Germana de Foix, entonces en su "plena aventura amorosa", actuaron y decidieron recogerlos y criarlos. 

Un relato que no es más que una pista de que por aquel entonces en Valladolid, hace 506 años, no había ninguna institución que cuidase a los niños, los protegiese y se hiciese cargo de ellos tras ser abandonados por sus progenitores.