Valladolid es cuna de grandes promesas del ciclismo. Con el recuerdo aún muy presente entre la sociedad vallisoletana de Estela Domínguez, que con solo 19 años perdía la vida tras un trágico accidente vial cuando entrenaba en tierras salmantinas, son muchas las futuras promesas que apuntan maneras en el mundo de las dos ruedas.
Una de esas pequeñas que despuntan ya en categorías inferiores, y que apuntan maneras, es Lidia Castro. Con solo 15 años, la pucelana conseguía, el pasado fin de semana, proclamarse campeona de España de ciclocross en categoría cadete, subiendo a lo más alto del podio en el Campeonato de España que se celebró en Amurrio. Ya había triunfado, previamente en la Copa nacional.
Una prueba, la de su categoría, que tuvo como clara protagonista a Lidia. La pucelana se destacó, de principio a fin, para no dar opción a los rivales. Conseguía imponerse con autoridad por delante de Carla Bañuls, ciclista de la Comunidad Valenciana, y de la vasca Ane Zubeldia. La primera entraba a meta a 33 segundos de Castro y la segunda a 49.
EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con la campeona que está a punto de cumplir los 16 años y que tiene las cosas claras. Con permiso de unos estudios a los que no piensa dejar de lado, a Lidia le “gustaría vivir del ciclismo”. Una tarea sumamente complicada en los tiempos que corren. Con esfuerzo y constancia seguro que lo consigue.
Una joven “simpática y ambiciosa”
“Soy una chica de solo 15 años que nació en Valladolid. Me considero responsable, simpática y ambiciosa. También agradable y disciplinada”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Lidia Castro de la Serna, que en apenas un mes cumplirá años para llegar a los 16, como nos confiesa su padre, Ángel.
Nuestra entrevistada vive en la localidad vallisoletana de Arroyo de la Encomienda. Por las mañanas va a clase en el municipio, cursando 4º de la ESO, y por la tarde estudia, pero, además, entrena. Suma ocho años en el mundo del ciclismo y, aunque no tiene claro lo que quiere ser de mayor, hablando de los estudios, sí que se orienta ya al mundo del deporte.
A los seis años entró al Club Ciclista Arroyo de Juan Carlos Domínguez y, tras ocho años compitiendo en ciclocross y carretera, aunque también hace algo de pista, ahora mismo su club actual es el Río Miera-Meruelo, al que está dando grandes alegrías con su buen hacer y sus victorias, brillantes.
Campeona de España de ciclocross en categoría cadete
“Ganar el Campeonato de España de ciclocross en categoría cadete para mí supuso una gran satisfacción y un orgullo muy grande. Pude conseguir mi objetivo después de mucho esfuerzo y con un trabajo diario que no cesa”, explica Lidia Castro a este periódico, con la visión futura de no parar y conseguir nuevas victorias.
El triunfo que consiguió nuestra entrevistada, que es una amante de la cocina, y que se pone al fogón, cuando tiene tiempo, y también de salir y pasar tiempo con sus amigos, fue único. Sin paliativos. El 13 de enero Lidia brilló y reinó en Amurrio como la que más, dejando a sus rivales sin aliento.
Al triunfo de Lidia, ese día, hay que sumarle también el que consiguió Felisa Ares, otra vallisoletana que se impuso en la categoría de Máster 40. Eso sí, en este caso tras una lucha hasta el final con Eva Valero.
Dos joyas del ciclismo vallisoletano que se van puliendo a ritmo de triunfos.
Vivir del ciclismo
“Para mí, la bicicleta es una forma de vida y de disfrutar encima de ella. Participar en las diversas pruebas me motiva para seguir creciendo como profesional y si es ganando, mejor todavía”, asegura nuestra joven protagonista, dejando claro que este deporte es su pasión y que va, día a día, a más.
Mirando al futuro, y tras este último triunfo, Lidia quiere “seguir el mismo camino” que está cumplimentando hasta ahora “invirtiendo el tiempo posible y necesario para compaginarlo con los estudios”.
“Mi objetivo pasa por llegar a profesionales y poder vivir del ciclismo en el futuro porque es lo que me llena y me hace realmente feliz”, finaliza nuestra entrevistada, con las cosas claras y apostando por continuar un camino que es muy prometedor a su corta edad.