Unas 15 personas eran, este domingo 21 de enero, desalojadas en el municipio vallisoletano de Viana de Cega debido al aumento del caudal en los ríos de la provincia pucelana que generaban inundaciones en varios puntos de la localidad en horas de tensión en las que el miedo ha inundado los corazones de los vecinos.

El Ayuntamiento del pueblo vallisoletano facilitaba las instalaciones de la Casa de Cultura y, también, el polideportivo a varias familias que acudían a casas de familiares y amigos tras ver como sus casas se llenaban de agua.

Eran varios los puntos de Viana de Cega que se anegaban por el desbordamiento del río Cega. Allí, la Confederación Hidrográfica del Duero pedía extremar la precaución ante posibles desbordamientos.

Gustavo Pedraza, de 55 años y que lleva 25 viviendo en Viana de Cega, es uno de los afectados. Él vive en la calle Río 21, en una vivienda que acabará de pagar el próximo mes de agosto. La hipoteca ya agoniza. Él es uno de los damnificados que ha tenido que ver como el agua entraba en su vivienda sin poder hacer nada para evitarlo. Fue en la madrugada del domingo, 21 de enero. En la mañana de este lunes, 22 del mismo mes, seguía limpiando.

“Llevamos toda la semana en pie de guerra. Habíamos visto que el jueves había bajado el caudal del río Cega. Los caudales se mantenían. Incluso, el sábado a las 21.00 horas estuvimos midiendo el caudal del río, un grupo de vecinos que llevamos el control y cuadraban los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero. Sin embargo, desde las 22.00 horas y hasta las 1.00 se multiplicaba por tres el caudal en un río a 30 kilómetros de Viana”, asegura nuestro entrevistado.

Todo cambió desde la 1.00 horas de ese domingo, 21 de enero.  A la 1.30 el caudal del Cega a su paso por Viana estaba a punto de desbordarse, mientras que a las 2.00 estaba entrando ya en todas las casas.

El margen ha sido de media hora. Estábamos vigilantes pero la punta ha sido muy rápida. En media hora nos ha puesto la casa patas arriba. Nosotros estábamos cenando en casa de unos amigos. Entramos a salvar todo lo que pudimos y las subimos al piso de arriba para que no se mojaran”, asegura nuestro entrevistado.

A las 2.00 ya salían por la puerta de la cochera con el agua por las rodillas hasta que el domingo, a eso de las 9.00 horas el caudal del río había bajado del máximo y a las 11.00 horas pudo volver a casa a las 23.00 de la noche del domingo.

“Los daños son muy grandes. La casa está patas arriba, tanto el mobiliario, electrodomésticos y demás. Pudimos salvar alguna cosa y doy las gracias a los vecinos que me ayudaron”, apunta Gustavo.

Ahora están, con cierta incertidumbre. “No sabemos si continuar limpiando o no”, añade nuestro entrevistado. Ahora toca “armarnos de paciencia y dos meses de limpieza hasta poner la casa bien”, añade el de Viana.

“Esto es un rollo. Igual las casas no deberían de estar aquí pero el que las construyó, que dé la cara y expliquen por qué dejaron hacer las casas aquí. Que no seamos nosotros los que carguemos con esto. Vamos a estar dos meses jodidos”, finaliza Gustavo.

Nuestro entrevistado vuelve a agradecer la labor de los vecinos que le han ayudado y también habla de la labor del alcalde, Alberto Collantes, que se ha volcado para que sus vecinos sufran lo menos posible.

 

 

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