El 6 de febrero de 1875, poco más de un mes después de su llegada al trono, el rey Alfonso XII se dio un baño de masas en Valladolid. La ciudad acogió con alegría el regreso de la monarquía de los Borbones, después del turbulento algo más de año y medio de la I República, entre febrero de 1873 y diciembre de 1874, y se engalanó como nunca para recibir al nuevo monarca.
El Ayuntamiento de Valladolid preparó espectáculos de gigantones, dulzainas, cucañas y música y decoró e iluminó la Plaza Mayor de la ciudad para la ocasión. Además, se repartieron 3.000 raciones de comida a los pobres durante tres días y hubo espectáculos de fuegos artificiales, a cargo de Don Manuel Alosno e hijos, naturales de Palencia. Por otro lado, tanto la Corredera de San Pablo como el Campo Grande se adornaron con escudos, gallardetes y banderolas para recibir a Alfonso XII.
La Diputación de Valladolid no se quedó atrás y ordenó levantar un arco monumental de orden árabe en la entrada de la calle de Santiago con el siguiente lema: "La provincia de Valladolid a su Majestad Alfonso XII". Además, se decoró e iluminó el edificio de la Diputación, en el que nació el monarca Felipe II, y se mandó decorar el hospicio provincial, el hospital y el manicomio, además de dar una comida extraordinaria a las personas acogidas en la beneficencia provincial a la entrada del Rey en la capital vallisoletana.
También se dio orden de dar "un socorro en efectivo" a cada una de las esposas de los hijos de la provincia casados sin hijos que se encontrasen en el batallón sedentario, que estaba de guarnición en la ciudad y conceder 1.000 reales a cada uno de los 10 heridos hijos de la provincia que resultasen en la primera acción a la que asistiese Alfonso XII.
Además, la señora de Reinoso, en nombre de la marquesa de Miraflores, dio un socorro extraordinario a todos los soldados heridos y enfermos que se encontraban en los hospitales de la ciudad. En la calle Lencería, por otro lado, se levantó otro arco con las inscripciones de 30 de diciembre de 1874 y 15 de febrero de 1875.
El regreso de los Borbones al trono
Alfonso XII había nacido el 28 de noviembre de 1857 en el Palacio Real de Madrid y era hijo de Isabel II y de Francisco de Asís de Borbón y Borbón. Junto con toda la familia real tuvo que marchar al exilio al triunfar la Revolución de 1868, cuando contaba con solo 11 años, y dos años después Isabel II le cedió los derechos a la corona y confió los asuntos dinásticos a Antonio Cánovas del Castillo.
El dirigente político conservador agrupó a los conocidos como 'alfonsinos', quienes conspiraron primero contra la monarquía de Amadeo de Saboya (1871-1873) y después contra la I República (1873-1874). Los intereses de Alfonso XII quedaron asegurados cuando el general Pavía dio un golpe de Estado contra el Gobierno republicano, en enero de 1874, y Cánovas se fue atrayendo a importantes sectores del ejército, proclamando Martínez Campos a Alfonso XII como rey el 29 de diciembre de 1874 en las cercanías de Sagunto, cuando contaba con 17 años.
El 11 de enero de 1875 el nuevo monarca llegó a Barcelona y el 14 del mismo mes a Madrid, un mes antes de su histórica visita a Valladolid. Durante su mandato quiso evitar la excesiva injerencia que había tenido Isabel II en la vida política del país y encomendó a Cánovas del Castillo, su hombre de confianza durante todo su reinado, que estructurara las bases institucionales del nuevo Estado.
Se elaboró una nueva Constitución en 1876, mucho moderada que la anterior de 1869, y se estableció el sistema de partidos turnantes, entre el Conservador y el Liberal, que funcionó con perfecta regularidad pero siempre al margen de la opinión del país. Alfonso XII se esforzó en conseguir una impresión favorable en las masas populares de España por sus formas desenvueltas y sencillas y se casó con su prima María de las Mercedes, hija de los duques de Montpensier, en 1878, aunque falleció pocos meses después. Al año siguiente contrajo matrimonio con María Cristina de Habsburgo.
En octubre de 1878 y en diciembre de 1879 sufrió dos atentados a manos de terroristas anarquistas, aunque resultó ileso en ambas ocasiones. Falleció prematuramente de tuberculosis el 25 de noviembre de 1885, con tan solo 27 años. La viuda de Alfonso XII, María Cristina, fue nombrada regente de España y ostentó el cargo hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII, en 1902.
Una visita corta pero intensa a Valladolid
La visita de Alfonso XII a Valladolid en febrero de 1875, poco más de un mes de haber sido proclamado rey, fue todo un acontecimiento en la ciudad del Pisuerga, deseosa del regreso de la monarquía y, sobre todo, de la estabilidad, después de unos años turbulentos. El monarca llegó a las 15:00 en punto a la ciudad en el ferrocarril y fue recibido por las autoridades del Ayuntamiento y la Diputación de Valladolid, además de por las corporaciones civiles, que dieron ardorosos vivas al nuevo Rey.
Alfonso XII no permaneció mucho tiempo en la ciudad y, al día siguiente, a las 11:00 de la mañana, se marchó, también en ferrocarril, y centenares de personas le aclamaron con entusiasmo a su partida. Como cuentan las crónicas de la época: "infinidad de personas corrieron a ese sitio donde se encuentra el Arco de Ladrillo, repitiéndose allí los vivas".