La Guía Repsol recomienda, por tercer año consecutivo, uno de los restaurantes más conocidos de la provincia de Valladolid. Su nombre: La Dama de la Motilla. Su ubicación, perfecta, en la bella localidad de Fuensaldaña, municipio archiconocido por su castillo y que es tierra de buen comer, y de buen beber, con el vino clarete en el centro de todo.

“El propietario y director de sala, Quini López Villate, ejerce con la maestría de la experiencia en este restaurante con muchos años de trayectoria que ha sabido combinar las grandes celebraciones con menús que reflejan los cambios de estación y los productos de temporada. En la cocina está Carlos Piñero que sabe aplicar a la cocina tradicional un refrescante toque innovador que la actualiza, la hace más acorde a los tiempos y más atractiva, sin perder su esencia ni sus raíces”, asegura la prestigiosa guía describiendo al restaurante.

Un establecimiento hostelero de quilates que abrió sus puertas en el año 1996. Todo, después de una gran reforma. Cabe destacar que el lugar era una antigua discoteca, la 2001. Desde ese momento se convirtió en un espectacular restaurante que sigue cosechando éxitos pero que busca el ansiado sol, como asegura el dueño en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.

La tercera recomendación consecutiva y el ansiado sol

“La Guía Repsol nos ha recomendado por tercer año consecutivo. Está muy bien y nos llena de alegría. Ahora buscamos el sol porque, creo, que llevamos mucho tiempo haciendo las cosas bien y nos lo merecemos. Hay que dar visibilidad a los negocios del mundo rural porque aquí cuesta todo un poquito más”, afirma, en declaraciones a este periódico, Joaquín López, aunque todo el mundo le conoce como Quini.

En marzo, en la primera semana del tercer mes del año, la Guía Repsol siempre ha tenido un recuerdo para La Dama de la Motilla en los años 2022, 2023, y también en este 2024 que avanza que vuela. Algo que acogen con mucha ilusión y que ayuda a seguir mirando el futuro con optimismo, con más aún.

“Es un premio al trabajo y al esfuerzo. La Guía Repsol valora la calidad, el producto, los platos, y el servicio. Es un análisis minucioso de todo. Por eso, la recomendación es de calidad, pero buscamos ese ansiado sol que esperemos que algún día llegue”, añade nuestro entrevistado.

De una discoteca a un restaurante de oro

Quini tiene, ahora mismo, 55 años. Nació en Valladolid, pasó su infancia en Cabezón de Pisuerga y vive en Mucientes tras casarse cuando tenía 24 años. Comenzó con solo 14 primaveras en el mundo de la hostelería, en el Bodegón del Labrador de Cabezón. Ya por aquel entonces le picaba el mundo de la hostelería.

Pasó por cafeterías y por varios hoteles hasta que, a finales de 1995, el padre de su novia, dueño de la Discoteca 2001, le propuso transformar el local de ocio en un restaurante. Así lo hizo nuestro protagonista para, en diciembre de 1996, hace ya 28 años, abrir La Dama de la Motilla en Fuensaldaña.

Un establecimiento hostelero que se ubica en La Travesía de la Motilla del pueblo pucelano. En concreto en el número 2.

Apuesta firme por el producto de temporada

Cuando le preguntamos a Quini por el plato estrella del lugar, nuestro entrevistado no quiere darnos uno en concreto. “No hay”, apunta, asegurando que “elaboramos una cocina con sabor, no tradicional” que “tiene toques de vanguardia y de autor”.

Si que nos habla de su apuesta por el producto de temporada y por menús que giran alrededor de las diversas estaciones del año. De hecho, desde este jueves, 21 de marzo, ponen en marcha el menú de primavera que incluye platos deliciosos como salmorejo de fresones, ensalada de burrata con tomate y jamón o croquetas de espárragos verdes y trufa de primavera. Auténticas delicias para el paladar.

Quini quiere tener una mención especial para Carlos Piñero, el jefe de cocina que le ha acompañado a lo largo de todos estos años y, mirando al futuro, busca “continuar cosechando las buenas valoraciones en TripAdvisor y Google”, con las que cuenta ahora y “lograr el tan ansiado sol de la Guía Repsol”.

Con ese esfuerzo y trabajo incansable que realiza, día a día, seguro que lo consigue.