Una obra de arte con 1.300 figuras y 33 pasos que exhibe lo mejor de la Semana Santa de Valladolid: "He tardado 20 años en hacerla"
José Antonio Otero es el autor de esta espectacular maqueta de 30 metros, que muestra las 20 cofradías de Semana Santa de la ciudad y los pasos con los que procesionan el Viernes Santo
24 marzo, 2024 07:00La Semana Santa de Valladolid es, desde hace tiempo, un auténtico reclamo tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Tanto, que en 1980 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, convirtiéndose así en la primera Semana Santa de Castilla y León en obtener semejante título.
Esta se compone de un gran número de procesiones, pasos y actos religiosos, al tiempo que está integrada por 20 cofradías, centenares de cofrades y miles de fieles vallisoletanos que viven con gran sentimiento y emoción estas festividades tan significativas.
Si bien, una de las principales señas de identidad de la Semana Santa vallisoletana, es, sin lugar a dudas, la procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor del Viernes Santo, por ser en ella donde procesionan la veintena de cofradías de Semana Santa existentes en la denominada ciudad del Pisuerga, con 33 pasos que representan la Sagrada Pasión del Redentor.
Este es, precisamente, uno de los principales motivos que explican que el vallisoletano José Antonio Otero García se decidiese a hacer una exposición, a modo de maqueta, que, más allá de mostrar al público esta procesión, exhibe todas y cada una de las cofradías de la Semana Santa de Valladolid con todos los pasos con los que procesionan el Viernes Santo.
Y es que, esta cobra aún más relevancia, teniendo en cuenta que se trata de la única exposición completa en miniatura que existe de la Semana Santa vallisoletana.
Se puede visitar en el Palacio Real de la ciudad hasta el próximo Domingo de Resurrección y en horario de 12:00 a 14:00 horas y de 18:00 a 20:00 horas, a excepción del Sábado de Pasión, ya que es cuando el Palacio saca de sus instalaciones el paso del Cristo de la Misión. Si bien, lo más curioso de todo es la historia y los detalles que se ocultan entre las casi 1.300 figuras y los 33 pasos que componen esta obra de arte.
Tal y como ha confesado su artífice en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, su origen se remonta nada más y nada menos que a 1984, cuando, al observar una exposición de playmobil y figuras de plomo y cartulina, que conmemoraba el 50 aniversario de la cofradía de las Siete Palabras, se propuso realizar maquetas de diferentes cofradías de Valladolid y sus correspondientes pasos.
En sus inicios, detrás de este proyecto no había ninguna intención, más allá de la de entretenerse y decorar una de las habitaciones de su casa, a través de la mezcla de dos de sus principales aficiones, las manualidades y la Semana Santa, pese a no haber pertenecido nunca a ninguna cofradía. Porque él "es un cofrade de acera".
Así, dado que su verdadero oficio era funcionario de correos, año a año y en sus ratos libres iba haciendo una cofradía y sus pasos, hasta que llegó un momento en el que decidió hacerlas todas y representar así la Procesión General: "Cuando empecé a hacer esto en ningún momento me planteé hacer ninguna exposición. De hecho, ni siquiera las fui haciendo por orden, sino que hacía la que me apetecía, las iba juntando y las ponía en una habitación de mi casa, aunque sin ningún tipo de idea de hacerlas todas", ha confesado.
Sin embargo, todo cambió en el año 90, cuando "empecé a ver que había comercios que exponían motivos de Semana Santa". Entonces, José Antonio decidió ofrecerles sus maquetas, llegando a tener hasta 30 comercios a los que les iba cambiando la cofradía cada año.
Así estuvo nueve años hasta que, en 1999, la Junta de Cofradías se hizo eco de su trabajo y le ofreció hacer una exposición conjunta con las 14 cofradías que por aquel entonces ya tenía hechas: "A partir de ahí me alié con la Junta de Cofradías y ya hemos hecho, con la de este año, 30 exposiciones. Cada año iba ampliando una cofradía con sus pasos, hasta que sobre el 2006 la terminé. Desde entonces, siempre la hemos expuesto completa y colocada en función del orden en el que procesionan las cofradías en la Procesión General. He tardado más de 20 años en hacerla", ha añadido el artista.
Cabe destacar que su maqueta, la cual abarca una superficie de 30 metros con 50 tableros de 60 centímetros cada uno, no solo ha sido exhibida en diferentes lugares de Valladolid, como en espacios del Ayuntamiento, la Diputación o el Palacio Real, sino que esta también ha viajado a ciudades como Salamanca, Cáceres, Plasencia, Vitoria, Haro y hasta Bilbao, con el fin de promocionar la Semana Santa vallisoletana: "Si no llega a ser por las exposiciones, lo más probable es que hubiese hecho 10 o 12 cofradías y lo hubiese dejado", ha admitido José Antonio.
En este sentido, el artífice de la exposición ha destacado que, aunque la maqueta lleva completa varios años, una vez que la terminó, decidió sustituir todos los cofrades, que entonces estaban hechos de papel y cartulina, por otros elaborados a base de telas auténticas, las cuales consigue de sus capas y capirotes. "He ido haciendo una al año y ahora ya solo me quedan cuatro, la de Las Lágrimas de San Pedro, La Cena, El Descendimiento y El Sepulcro", ha matizado.
"El sistema de los pasos es diferente al de los cofrades. En las tallas, lo que lleva tela, si que son retales de tela tratadas con látex, como la de los cofrades, para endurecerla, pero lo que es la parte del cuerpo de las figuras, está hecha con celulosa. Los faroles están hechos con plásticos, papel albal y diodos, que no se funden y no se calientan, y que están conectados a la red con un cable. Además, cada paso lleva su pergamino, donde figura el nombre del paso, el año en el que se hizo, el autor y el nombre de la cofradía", ha explicado.
A todo ello, José Antonio ha añadido que los sistemas de manualidades que utiliza son "cosas que se me han ido ocurriendo a mí y que he ido perfeccionando con el paso del tiempo, sin que nadie me haya enseñado", así como que "el 80% del material de la maqueta es 100% reciclado".
Llegados a este punto, es necesario mencionar que José Antonio es el único artífice de toda la obra, pese a que su mujer se haya encargado de "las poquitas cosas que van cosidas" y su amigo Luis Miguel Ortega le ayude "todos los años y de manera desinteresada" a montar la exposición. También, que todas y cada una de las exposiciones realizadas las ha hecho de manera completamente altruista.
"Yo no recibo nada y lo único que pido es que se me proporcione un vehículo para desplazarla y un sitio en el que exponerla. De hecho, he tenido muchos encargos de gente que quería maquetas y que me ofrecía dinero por ellas, pero nunca los he admitido, ni tengo interés en cobrar nada. Yo no puedo comprometerme a hacer más maquetas, tampoco de otras temáticas, porque no le dedico una jornada laboral, si no que lo hago por entretenimiento, y ya todos los años tengo que ocuparme de arreglar las cosas que se van rompiendo en cada exposición, que son muchas. Creo que con esto ya he cumplido y que para empezar de cero otro proyecto necesitaría otra vida", ha reconocido.
José Antonio no ha querido finalizar la entrevista sin mostrar su profundo agradecimiento al Palacio Real, donde lleva exponiendo cuatro años, "por lo bien que me tratan", así como a todas las cofradías, "porque siempre han sido muy generosas y me han ayudado con todo esto".
"Las primeras exposiciones en Valladolid las vivía con miedo, sobre todo, porque no es una exposición que se ajuste a la realidad y en la que figuren todos los cofrades, emblemas, estandartes y guiones que forman cada cofradía, sino que opté por una representación para que no quede todo amontonado. Entonces, pensaba que mucha gente me sacaría 'peros', pero todo lo contrario, ha gustado mucho y siempre me han felicitado por ello", ha concluido.