Alaejos pasa por ser un municipio de la provincia de Valladolid, alejado de la capital, a más de 50 minutos en coche y que está más cerca de tierras salmantinas. En la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) cuenta con una población de 1.380 habitantes.
Es un lugar perfecto para disfrutar del encanto de su cultura y de su patrimonio. Allí reinan dos iglesias. Por un lado, la de San Pedro, y por el otro, la de Santa María, con un retablo mayor que merece la pena ser admirado, al menos una vez en la vida. Sus calles están llenas de encanto y son muchos los turistas que se acercan, sobre todo el fin de semana, para contemplar toda esta riqueza.
También es un buen lugar para montar una floristería ya que el pueblo no disponía de ese servicio y Juan Manuel ha decidido dárselo a sus vecinos. Tiene solo 30 años y nos cuenta su historia.
Un joven muy formado
“Soy un joven de 30 años, nacido en Salamanca. Mi familia también es de allí. Me considero una persona responsable que siempre piensa en el futuro. Muy familiar y amigo de mis amigos. Me gusta estar pendiente de los que me rodean y ayudar a la gente que tengo cerca”, asegura Juan Manuel, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
El joven completó la carrera de Gestión de Pequeños y Medianas Empresas después de hacer el Grado Superior de Administración y Finanzas. Gracias a la insistencia de sus padres, se animó a dar continuidad a los estudios para terminar de formarse, por aquel entonces, sin saber que acabaría montando su propio negocio en un pueblo vallisoletano. Pero así es la vida, da muchas vueltas.
Nuestro protagonista ha realizado trabajos, tanto de administración como de comercio. Siempre le ha gustado aprovechar el tiempo y, mientras estudiaba, también trabajaba a tiempo parcial.
Finalmente abrió su propia empresa, esta vez relacionado con algo que le gustaba de verdad, las plantas y las flores.
La idea de abrir su negocio hecha realidad en Alaejos
“Siempre me han gustado mucho las plantas y mi pareja me animó a que montase mi propio negocio y que mejor que una floristería”. “Nos decantamos por Alaejos ya que es un pueblo grande y carece de este servicio”. Hablando con la gente que vive allí pude apreciar que el comentario habitual de los vecinos era el de que sentían pena por tener que desplazarse a otros municipios para poder encargar centros funerarios, plantas y ramos para regalo”, asegura Juanma.
Después de todos los trámites, el pasado 18 de abril, el joven salmantino abrió su negocio en la calle Fortaleza de Alaejos. Junto al ayuntamiento. Una ubicación privilegiada, muy cerca a la Plaza Mayor. El nombre de su nueva tienda: Floristería La Casita de Alaejos. Un local de 89 metros cuadrados. Prácticamente entero destinado a la venta de productos, con un espacio para el trabajo de centros personalizados y otro que usa de almacén.
“Vendo tanto flor natural como artificial. Tengo todo tipo de plantas y flores preservadas, que están teniendo bastante éxito. Hago coronas, centros y ramos de flores, también, vendo productos para regalo”, nos explica el dueño del negocio.
De momento, nos confiesa que va a trabajar solo y dependiendo la cantidad de trabajo con la que cuente se planteará el hecho de contratar a más trabajadores.
Abrir un negocio en el medio rural
“He tenido un gran recibimiento. Me ha gustado mucho que, los días previos a la apertura del negocio, mientras colocaba y organizaba, los vecinos entraban para darme la bienvenida y desearme suerte. Es un pequeño gesto que es de agradecer”, apunta nuestro protagonista.
Cuando los habitantes del lugar han ido viendo la gama de productos, ante la buena aceptación, Juanma lo tiene más claro todavía para asegurar que “el pueblo necesitaba esto”. Todos pedían una tienda de flores y ya la tienen en Alaejos.
“Estoy seguro de que, de haber abierto un local en la ciudad, habría sido más costoso y los trámites burocráticos habrían tardado más. Tras la buena aceptación por parte de los vecinos, veo futuro por muchos años. Es cierto que da miedo al principio porque es un cambio radical de trabajo. Más responsabilidad. Creo que merece la pena y que ganan los pros con respecto a los contras”, finaliza el dueño del nuevo negocio.