Trigueros del Valle es un municipio que se ubica a poco más de 20 kilómetros de Valladolid y que cuenta con una población de 322 habitantes, según la información actualizada del Instituto Nacional de Estadística (INE) y que cuenta, pese a sus escasos vecinos con un gran encanto que hace que sean miles los turistas que visitan el pueblo cada año.

Destaca, como elemento fundamental y atractivo principal su Castillo Encantado, una fortaleza del siglo XV que ha llevado el nombre de Trigueros del Valle más allá de las fronteras vallisoletanas. Un lugar que está habitado por todo tipo de criaturas fantásticas y en el que los más pequeños, acompañados de sus padres, se lo pasan en grande.

Sin embargo, el encanto del municipio vallisoletano también lo podemos encontrar lugares para remontarse años atrás en sus casas cueva o para tomar un café o una cerveza en distintos establecimientos hosteleros, solos o en compañía.

Castillo de Trigueros del Valle Wikipedia

Como no podía ser de otra manera, el lugar cuenta también con una tienda en la que poder comprar de todo y que gestiona, desde el pasado 1 de mayo, Jairo José Fernández Pérez. Lo dejó todo para lanzarse a una aventura necesaria y que da un servicio muy necesario a los vecinos del lugar.

El asturiano, hincha del Real Oviedo, que se enamoró de una vallisoletana

“Soy un asturiano afincado en Castilla que se define como una persona trabajadora, amigo de mis amigos y muy sociable. Hablo con todo el mundo, sea conocido o no. Me gusta mucho charlar con toda la gente del pueblo”, confiesa, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Jairo José.

Él nació en Salas, en Asturias. Tiene 43 años. Se declara fan, hasta la médula, del Real Oviedo, y también “criador de chihuahuas y pomeranias”, dos razas caninas. Ama a los perros como también nos confiesa.

“En el año 2019 llegué a Valladolid. Vivía en un pueblo de Asturias y era hijo de una familia empresaria y con ganado. Mi mujer es de aquí y, aunque nos conocimos en Asturias, decidí cambiar las madreñas por el mandil”, afirma nuestro entrevistado.

Da el pan, muchos otros productos necesarios para vivir y un servicio de quilates a los vecinos del pueblo desde el pasado 1 de mayo.

Las estanterías de La Tiendina de Trigueros del Valle, hasta arriba de productos Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

La historia de la tiendina

Llegamos a Trigueros del Valle porque mi mujer, que se había criado en los pueblos de alrededor, empezó a trabajar allí. Nos mudamos de Valladolid hasta el municipio. Cuando los anteriores dueños dejaron el negocio, nos llamó la atención y decidimos cogerla nosotros y dar un servicio de primera necesidad al lugar. En un principio la llevaba ella, pero desde el 1 de mayo me puse yo al frente”, añade el asturiano.

Se llama la tiendina. No podía tener otro nombre. Puro asturiano. Se ubica donde se situaban las antiguas escuelas, en el corazón del pueblo. En la plaza que lleva el mismo nombre y muy cerca del Castillo Encantado.

Allí, nuestro protagonista vende de todo. Panadería, alimentación, vinos de la tierra, queso, pastas y dulces artesanos. También bocadillos, pizzas, empanadas, embutidos, helados o chucherías, sin olvidarnos de las tartas por encargo.

“Los vecinos me dicen que es un lujo contar con una tienda en la que pueda comprar en el pueblo”, añade Jairo José.

Productos cárnicos en La Tiendina de Trigueros del Valle Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Vender y que la gente visite el pueblo

El objetivo que nos marcamos, pensando en el futuro, pasa por poder vender todos nuestros productos a la gente que venga a Trigueros del Valle y que se marchen contentos. Que repitan, que sería muy importante, tanto para nuestra tienda, como para la localidad en la que nos encontramos”, añade el amante del Real Oviedo.

Trabaja solo y busca dar la mejor calidad y, sobre todo, el mejor trato a los clientes que, cada día, pasan a verle y a comprar. Él los recibe con la mayor de las sonrisas y charla con todos ellos. Es lo que tiene el comercio de proximidad, más en el medio rural. El trato personal se multiplica, por mucho.

“La gente está respondiendo bastante bien, pero ahora cuesta mantener un negocio mucho”, finaliza nuestro entrevistado.

Seguro que con el buen hacer del asturiano consigue dar, durante muchos años, este servicio indispensable a los vecinos de Trigueros del Valle.

 

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