Noa se queda. La niña de 6 años de Valladolid que comenzó, junto a muchos vecinos del barrio Parquesol, una lucha el pasado mes de abril contra la Consejería de Educación lo ha logrado, de momento. Noa tiene una discapacidad reconocida derivada del síndrome 5p-, y la falta de recursos y profesional cualificado en Educación Especial en el Colegio Tierno Galván dificultaba su escolarización el próximo curso. Desde la consejería la solución que habían dado era ofrece una escolarización combinada que pretendía que continuara su escolarización fuera de su colegio habitual, acudiendo dos días a otro colegio ordinario distinto y tres días en un colegio especial. Algo a lo que su madre Laura Jódar se negó siempre porque “eran los derechos de la niña y podría causarle un grave perjuicio, es frenar a Noa”, afirmó hace unos meses a este medio.
Pues bien, de momento han logrado el primer objetivo: Noa se queda en su colegio (Tierno Galván) junto con sus compañeros y en su entorno estable. “Este logro ha sido posible gracias al apoyo y la solidaridad de familias y personas tanto de Valladolid como de otras comunidades. Gracias a vuestra colaboración, Noa podrá continuar su desarrollo en un entorno donde es querida e integrada”, asegura agradecida su madre.
Sin embargo, este es sólo el primer paso. Aún deben esperar hasta septiembre para saber si se le asignarán los recursos necesarios para garantizar la igualdad de condiciones con el resto de sus compañeros, como establece la ley. El pasado viernes 31 de mayo recibió una llamada para reunirnos con la Directora Provincial el 10 de junio, algo que se venía demandando desde hace tiempo.
“Es crucial que la ley se cumpla y que el centro de Noa reciba el personal y los recursos necesarios para cubrir sus necesidades. Es importante destacar que lo que pedimos son recursos para el centro, los niños y los profesores, una causa común que debe de unirnos a todos”, expresa.
Laura Jódar Montilla también comparte que se ha sentido “juzgada” por algunas personas en estos meses. “Se me ha tachado de egoísta, de mala madre e incluso de empeñarme en que mi hija se quede en un colegio donde no la van a poder atender bien. Debo decir, que estas personas han sido la minoría, pero quiero aclarar que no sólo estoy luchando por los derechos de mi hija, sino por las familias que vienen detrás y por los profesionales educativos que están sufriendo por la falta de recursos. Estoy pidiendo por mi hija, pero también para que toda la comunidad educativa disponga de los recursos necesarios y se cumpla la ley, que en muchos casos no se está cumpliendo”, asegura a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.
“Incluso”, añade “se me ha acusado de estar en contra de los colegios especiales y de que, si los cierran, será por personas como yo. A estas personas quiero decirles que estoy luchando para que cada familia pueda elegir la modalidad de escolarización que considere mejor para su hijo. Que sean los recursos los que vayan a donde están los niños y no ellos los que tengan que ir donde están los recursos, ya sea en un colegio ordinario o en un colegio especial”.
“Esperemos que en septiembre se cumpla la ley y se dote al CEIP Tierno Galván con los recursos necesarios”, concluye.