Hay apasionados de lo que hacen. Entusiastas de mantener el legado. De perseverar para hacer que la llama de la historia se mantenga viva. Marcos Calvo Muñoz, es un claro ejemplo de ello. Él busca que la Edad de Oro del juguete en España, esa que se produjo entre los años 70 y 80 del siglo pasado, no muera. Que sigan viviendo con el paso de los años.
Nuestro entrevistado es vallisoletano de nacimiento. De 50 años. En la actualidad vive en Zaratán, una localidad próxima a la capital, a tan solo cinco kilómetros, que cuenta con una población, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, de 6.342 habitantes. Allí es feliz.
Y allí tiene su negocio: ‘Rincón del Juguete’ (rincondeljuguete.com). Bueno, más bien se podría decir que allí tiene su almacén. Marcos cuenta con una página web también en la que gente, de toda España, pero también de todo el mundo, puede comprar y vender sus juguetes antiguos. Una idea que arrancó hace 14 años y que promete vivir muchos años más.
EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con Marcos para conocer los secretos del éxito de su negocio.
Un amante de los juguetes antiguos y el comienzo de su idea
“Me considero un apasionado de los juguetes antiguos. De lo retro, de lo vintage. Soy padre de dos niñas y me dedico a lo que me gusta. Se podría decir que disfruto con lo que hago. Que, cada día a día, soy más feliz”, confiesa Marcos en declaraciones a este periódico con una sonrisa en la cara.
Él suma 17 años en Zaratán. No es nacido en la localidad pucelana, pero da la casualidad de que sus tatarabuelos sí, y que se casaron, a finales del siglo XIX en la misma iglesia que lo hizo él 130 años después. Cosas de la vida. Viene de familia de comerciantes y nos confiesa que: “Me he criado detrás de un mostrador”.
“En el 2000 a trabajar en una juguetería. Estoy ocho años. Me doy cuenta de que la industria del juguete se ha trasladado a China. Nací en los 70 y me crié en los 80 con los juguetes que pertenecen a la Edad de Oro del Juguete en España. Me doy cuenta de que, por aquel entonces, no existen. Después pasó por una multinacional de videojuegos y en el 2010 abro Rincón del Juguete”, nos explica nuestro entrevistado.
Añade que lo hace con el fin de “intentar recuperar esos juguetes de su infancia”. Los que van desde la década de los 70 a los 90. Fue ahí cuando empieza a recuperarlos y a comprarlos y se da cuenta de que “hay un mercado” para empezar a “vendérselos a coleccionistas y nostálgicos”. Ahí comienza su historia.
Funcionamiento y auténticas joyas
Comenzó participando en ferias de coleccionismo, de videojuegos, vintage y, de forma paralela, vendiendo por Internet con el fin de llevar estas joyas a todos los hogares que quieran contar con un trocito de historia.
“Compramos y vendemos los juguetes que están en las casas de la gente. Las diferentes personas tienen sus juguetes de la infancia abandonados o metidos en una caja. Nosotros nos encargamos de comprarlos con el fin de recuperarlos. Son historia y deben tener una segunda vida. Están en museos, porque trabajamos con los más importantes de España, también con productoras de cine, teatro o televisión y los vendemos por internet”, nos explica Marcos.
Nuestro entrevistado suma 14 años al frente de su negocio. Su mujer, Raquel, es el otro 50% del negocio. Hacen un buen tándem para sacar adelante su idea. Cuentan con un almacén en Zaratán, de 100 metros cuadrados, que se va quedando, cada vez, más pequeño.
“El precio de los juguetes va de los 50 a los 300 euros. Cuanto más antiguo y curioso, más valor tiene. Hemos vendido, hace poco, un juguete del siglo XIX. Era una muñeca francesa de la marca Bru y del año 1890”, confiesa nuestro entrevistado que también recuerda un juguete de hojalata, una moto con sidecar de la marca Payá que también pasó por sus manos.
Que la edad de oro del juguete español no muera
“Espero que las nuevas generaciones sigan coleccionando este tipo de juguetes para que, de alguna manera, podamos mantener vivo el legado de la industria juguetera que tantos éxitos cosechó en España y a nivel internacional en los años 70 y 80, en esa edad de oro del juguete en España”, apunta Marcos.
El objetivo pasa por ser ese, que haya coleccionistas y que los museos que se abren sean, cada vez, más importantes. Que se hagan exposiciones y que fructifique algún proyecto para llegar al público, no solo a través de las ferias.
“Espero que los padres se lo transmitan a sus hijos y estos también. Mantener el legado y que esta industria perdure en el tiempo es el objetivo”, finaliza nuestro protagonista.
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