“Boffard es la marca de queso más antigua de España con 144 años de historia. Su origen se remonta a 1880, cuando Claude Napoleón Boffard fundó su primera industria quesera de España en Reinosa, Cantabria. Gracias al buen hacer de esta industria se convirtió en proveedor oficial de la Casa Real con Alfonso XII en 1882 y, cada Navidad, se envía al Rey el número 0 de la edición limitada de Boffard Gran Reserva hoy en día”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Miguel Ángel Lozano Dueñas, director de la fábrica.
Boffard, que llegó a Castilla y León, allá por el año 1945, en busca de su preciada leche de oveja. En 1998 pasaría a formar parte de Mantequerías Arias, empresa líder en todo lo que tiene que ver con la fabricación y comercialización de alimentos lácteos, que cuenta con 176 años de experiencia en el mercado, ni más ni menos.
En la actualidad, Mantequerías Arias, cuenta con un total de 388 empleados repartidos en un total de seis centros de trabajo en España con la sede central en Madrid y otras cinco fábricas entre las que destacan las de Burgos y Valladolid, dentro de Castilla y León y comercializan a 11 países.
En la planta de Boffard en Corcos del Valle, una pequeña localidad que cuenta, en la actualidad y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con 218 habitantes, se dedican a la elaboración de quesos Boffard Curado, Reserva y Gran Reserva.
Su historia en el pequeño pueblo vallisoletano
“La planta de Corcos es de 1996. Por aquel entonces, la marca pertenecía al Grupo Osborne y la fábrica estaba en la ciudad de Valladolid, en el Callejón de la Alcoholera. Dado el asombroso éxito de Boffard, los dueños se plantearon aumentar su producción. Las instalaciones no eran suficientes y la dificultad de mantener una industria en el casco urbano llevó a la Dirección de la compañía a tomar la decisión de diseñar una nueva fábrica”, nos explica Miguel Ángel Lozano Dueñas.
El lugar elegido por la compañía fue una parcela que se ubica en la finca de Palazuelos El Viejo, que formaba parte del paraje natural de Soto de Aguilarejo y que se ubica en el término municipal de Corcos del Valle, a unos 18 kilómetros de la capital. La planta de Boffard en Corcos está en una parcela de 45.000 metros con una superficie construida de 8.500 metros cuadrados.
“Cuenta con cámaras de maduración, línea de producción, de descarga de leche, saladeros, línea de frotado y aceitado. Además, para garantizar la frescura y la calidad de la materia prima, cuenta con recogida propia de leche de oveja de ganaderías locales”, añade nuestro entrevistado.
El director de la nos confiesa, además y en algo de suma importancia, que “la planta es muy respetuosa con el medio ambiente”. La electricidad tiene garantía de origen renovable, dispone de planes de eficiencia energética, de reducción de consumos de agua y una eficiente estación de tratamiento de aguas para devolverla al río en excelentes condiciones.
Métodos de producción “absolutamente tradicionales”
“La principal característica de Boffard es que se utilizan y se siguen métodos absolutamente tradicionales en su producción, unas señas de identidad que nadie tiene”, asegura nuestro protagonista.
Entre ellos, el moldeado con paños de algodón y maduración en bodega durante meses, también con cepillados y aceitados periódicos hasta que los maestros queseros del lugar determinan que ha llegado el momento. “Solo entonces se seleccionan aquellos quesos que cumplen con nuestro exigente buen hacer”, señala nuestro entrevistado.
Las tres gamas que se elaboran en la planta de Corcos son: Boffard Reserva, que pasa por ser el producto estrella, un queso viejo elaborado únicamente con la mejor leche cruda de oveja siguiendo la tradición castellana. El Boffard Curado, que es la versión más suave en un queso que está elaborado con leche pasteurizada de vaca y con una maduración mínima de cuatro meses y, el Gran Reserva, que es el más selecto, un queso añejo elaborado al cien por cien con la mejor lecha cruda de oveja, que se recolecta durante el destete de primavera en una leche que recoge el aroma del tomillo y el espliego característico de los platos castellanos.
“Vendemos a nivel nacional y en las principales cadenas de distribución. En estos momentos, la fábrica de Corcos da empleo a 30 familias de la zona y genera otros tantos puestos de trabajo de carácter indirecto”, explica nuestro entrevistado.
El futuro
Miguel Ángel Lozano Dueñas nos cuenta que el mercado del queso “responde de una manera excepcional a las dos grandes tendencias de consumo que son el placer y la conveniencia”.
En lo que tiene que ver con el placer, el director de fábrica confiesa que “es uno de los indicadores que evoluciona con más crecimiento” en un comportamiento que “se ha incrementado con la crisis sanitaria del Covid-19”. “Vemos un consumidor en busca de productos únicos para disfrutar en casa”, asegura y, en este contexto, Boffard “ofrece quesos excepcionales que proporcionan momentos únicos de placer que no pueden encontrarse en otros productos”.
También destaca nuestro entrevistado el peso que tiene en el sector “la variación del precio de la leche” que influirá mucho en el futuro de cara a la evolución del negocio. “Boffard seguirá siendo fiel a la seña de identidad que le hace única, ofreciendo una grama de quesos fabricada utilizando métodos tradicionales que ya seguían los pastores castellanos hace más de 100 años”, añade.
España es un país en el que “la innovación en alimentación es, cada año, más complicada”, explica Miguel Ángel Lozano “dada la dificultad en acceder a los lineales de los supermercados”.
Sin embargo, desde Mantequerías Arias y Quesos Boffard “continuarán ofreciendo a los consumidores innovaciones que respondan a sus necesidades” y “la combinación entre innovación tradición la clave del éxito los próximos 176 años”.