En la provincia de Valladolid nos podemos encontrar y disfrutar, ahora que el sol y el calor agobiante aprietan, con un gran número, tanto de piscinas naturales, pozas y cascadas, playas fluviales y ríos en los que darnos un buen chapuzón y refrescarnos durante los días de verano. Todo, rodeados de un entorno natural especial.
Zonas de baño interior, piscinas naturales y playas fluviales en las que disfrutar acompañados de nuestra familia o nuestros amigos. En los que pasar una jornada perfecta rodeados de naturaleza y con bellísimos paisajes para disfrutar de una experiencia única sumergiéndonos en aguas cristalinas.
Valbuena de Duero, con su increíble isla. El embalse de Encinas de Esgueva. La Playa fluvial de Peñafiel, una localidad pucelana que quita el sentido en el que podemos combinar un buen chapuzón con un paseo por el municipio, La Barca en Quintanilla de Arriba, o el Embalse de San José, en Castronuño, son solo alguna de las opciones.
Sin embargo, EL ESPAÑOL de Castilla y León se marcha a conocer otra. Se ubica en Rábano, una pequeña localidad, de solo 182 habitantes, que cuenta con una playa fluvial única que tiene “más de 100 años de historia”, como asegura a nuestra llegada al lugar el alcalde del pueblo, Juan García Benito.
El cauce del río Duratón, a su paso por la localidad vallisoletana, ha creado una especie de microclima sumamente peculiar. Árboles centenarios y grandes campos que contrastan con un oasis verde en mitad de una llanura cerealística. Junto al río nos daremos de frente con una playa fluvial y un espacio recreativo habilitado con merendero, únicos para disfrutar de un picnic y un buen chapuzón en el agua.
Una localidad que se sitúa a 70 kilómetros de la capital de provincia, que presume también de su Iglesia de Santo Tomás, del siglo XVI, en el casco antiguo del lugar, y que tiene un espacio único con una playa fluvial que quita el sentido.
Una playa fluvial única y más de cien años de historia
“Se trata de una playa fluvial que tiene más de cien años de historia. Yo tengo 89 años y recuerdo que, de pequeño, me bañaba allí. Está ubicada en el Área Recreativa de Rábano, tiene cinco hectáreas y bordea el río Duratón”, confiesa, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, el alcalde de la localidad, Juan García Benito.
Una zona recreativa que cuenta con campo de fútbol, también pista de baloncesto, además de frontón y con todo tipo de juegos para los más pequeños, en un espacio cerrado para que no se puedan salir de él y evitar sustos indeseados. Una zona para que disfruten mayores y pequeños.
“La Junta de Castilla y León no nos ha mandado notificación, pero la gente se está bañando, como todos los años. Se trata de agua fría, pero que es cristalina y muy limpia. La playa, que está habilitada para el baño, tiene una zona de arena y otra de hierba que cada semana se corta y acondiciona para que la gente esté cómoda”, añade el primer edil
La Marbella de la provincia de Valladolid
El lugar dispone de servicios públicos cerca de un chiringuito que cuenta con un total de 400 sillas y 100 mesas en el que se puede comer, cenar o disfrutar del mejor refresco. También de un vino o de la mejor cervecita fresquita, esa que tan bien entra ahora con el calor asfixiante.
“Es un lugar con mucha historia. Antes venía una multitud de gente, cada fin de semana, desde Valladolid. No conozco ningún pueblo que tenga una cosa tan preciosa como el Área Recreativa de Rábano. Es la Marbella vallisoletana”, añade orgulloso Juan, el primer edil, que a sus 89 años pasa por ser el más longevo de la provincia.
Un pueblo de 182 habitantes que dobla su población durante estos meses con la gente de fuera que llega hasta su playa fluvial. En la época estival llegan, incluso, a alcanzar los 1.000 habitantes que se dice bien y pronto.
“Nuestra playa fluvial es muy importante. La gente llega, pasa un rato aquí, y después conoce también el pueblo. Algo clave para nosotros y nuestro turismo. Invitamos a todo el mundo a venir aquí, que se pegue un baño, y conozca Rábano”, apunta el alcalde.
Un pueblo “muy bien atendido”
Juan, el que ostenta el bastón de mando, nos confiesa que Rábano “es un pueblo que está muy bien atendido” y quiere ensalzar la labor de sus dos alguaciles que “lo limpian todo cada día” para que el municipio esté como la patena, como diría aquel. Algo que es de suma importancia.
“Además de nuestra zona recreativa con playa, contamos con dos bares. Uno en la plaza de la localidad y otro en la calle Platerías. Dan un gran servicio al pueblo. Son dos puntos de socialización entre los vecinos del pueblo que resultan magníficos.
Mirando al futuro, nuestro entrevistado quiere ver a su pueblo “vivo durante muchos años más”. Todo para que la playa fluvial de Rábano y todo el encanto que atesora el lugar, siga con vida muchos años más.
Larga vida a Rábano, y a su mágica playa fluvial.