Diego en el Bar Las Kechu de Campaspero con una imagen de su hermana de fondo

Diego en el Bar Las Kechu de Campaspero con una imagen de su hermana de fondo

Valladolid

Un bar familiar con más de 20 años de historia en un pueblo vallisoletano y una promesa por Laura: “Va por ella”

Una de las tres hermanas que abrieron el negocio falleció de cáncer. Ahora, María Elena y Diego quieren seguir con el legado del establecimiento hostelero en honor a ella

15 septiembre, 2024 07:00

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Campaspero es un municipio vallisoletano que se ubica a medio camino entre la localidad pucelana de Peñafiel y la segoviana de Cuéllar. Conocido por su excelente calidad de la piedra blanca que se extrae de sus canteras, pasa por ser uno de los municipios más altos de la provincia y se halla en mitad de un páramo, junto al valle del río Duero.

Un pueblo que como informa el Instituto Nacional de Estadística (INE) cuenta en la actualidad con 1.035 vecinos y que cuenta con dos bonitas plazas, la Mayor y la de Santo Domingo, en la que disfrutar de toda la grandiosidad del lugar.

Un punto interesante, que no debemos dejar de visitar, pasa por ser el Museo de la Piedra, entre dos edificios unidos por la recreación de una cantera. Es uno de los lugares que merece la pena conocer.

Allí también nos damos de frente con el Bar Las Kechu, que abrió sus puertas allá por el año 2002, de la mano de tres hermanas como son Ana, Laura y María Elena. La primera se acabó desvinculando del negocio y a Laura, un terrible cáncer acabó llevándose su vida en febrero de 2012.

Fue entonces cuando María Elena, nuestra entrevistada, se acabó juntando con Diego, su hermano. En 2021 cambiaron de local y ahí siguen, en Campaspero, dando guerra y el mejor servicio a sus clientes. “Va por ella”, apuntan.

Cartel por Laura en el Bar Las Kechu de Campaspero

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Su vida y la idea del bar

“Soy una persona muy muy muy natural. Amiga de mis amigos. Gracias a ellos soy como soy. El bar ha hecho que haya podido conocer, a lo largo de todos estos años, a mucha gente que está en mi corazón ya de por vida”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, María Elena Martín García, de 46 años, que suma 22 en el mundo empresarial, los mismos que al frente del establecimiento hostelero, que nació y vive en Campaspero.

Recuerda su infancia con mucha nostalgia y “como la etapa más bonita” de su vida. Junto a sus hermanos y su abuela, Fila. Esta y Laura son “dos referentes de su vida” y maldice cada día que a su hermana se la llevo ese mal enemigo llamado cáncer.

“Casi siempre he vivido en Campaspero menos los dos años que me fui a estudiar a Segovia y después estuve trabajando en Coslada. Volví en septiembre de 2022 y, de momento, para quedarme”, confiesa María Elena.

La idea de poner en funcionamiento el bar surgió de Ana y Laura, las dos hermanas de nuestra entrevistada. Las tres se pusieron de acuerdo y abrieron las puertas de un establecimiento hostelero que se encontraba cerrado por jubilación desde hace tres años.

El Bar Las Kechu

“Antes de abrirlo no sabíamos cómo llamar a nuestro bar. La gente empezó a venir y nos llamó Las Kechu por la canción del ‘Aserejé’. Al final eran tres hermanas y la melodía decía: “Diego viene rumbeando”. Casualmente, así se llama nuestro hermano y así se bautizó el bar”, añade nuestra protagonista hablando del curioso nombre.

El bar se ubica en la carretera Peñafiel-Cuéllar. Mide, aproximadamente, unos 85 metros en su planta baja y cuenta con otra más acogedora para charlar y demás. Allí trabajan ella y su hermano Diego.

El Bar Las Kechu en Campaspero

El Bar Las Kechu en Campaspero Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León null

Desde el 5 de diciembre de 2022, que inauguramos el bar y hasta la fecha, no hemos dejado de trabajar para ofrecer a los clientes lo mejor. Es una cafetería con bar en la que, el que venga, podrá degustar nuestras ricas tapas variadas. Nunca falta algo para llevarse a la boca”, afirma nuestra entrevistada.

El toldo de la entrada deja ver cuál es la especialidad de la casa: “las sonrisas”. Mucha gente se hace fotos en el lugar y deja constancia de que el trato y la felicidad que se respiran en el lugar llaman la atención.

El toldo con el cartel de especialistas en sonrisas

El toldo con el cartel de especialistas en sonrisas Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León null

El futuro

Por lo general, y como corrobora una de las dos patas del negocio, la gente “está contenta” de que “den vidilla al pueblo”. Con lo complicado de sacar un bar adelante, más en el medio rural.

“Veo como está decayendo en picado tanto, en cuanto a población, Campaspero, que no me atrevo predecir el futuro. Soy chica de presente y vivo el día a día. Lo que tenga que pasar, acabará pasando”, añade María Elena.

El objetivo y el deseo de nuestra entrevistada pasa por lograr que su pueblo, ese al que tanto quiere, gane población y se vea más vida en el lugar.

Ella, y su hermano, trabajarán cada día para dar el mejor trato a los vecinos del lugar.