La historia vuelve a repetirse una vez más. Valladolid se despide de otro quiosco histórico y emblemático de la ciudad, que echa el cierre después de 32 años al pie del cañón. 

Se trata de Kiosco Raúl, ubicado en el número tres de la calle Rastrojo, en el barrio vallisoletano de Huerta del Rey, y regentado por Raúl Rivas con la ayuda de sus padres hasta el pasado domingo, cuando, a sus 57 años, el empresario decidió bajar la persiana definitivamente. 

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Tal y como ha confesado el dueño del negocio a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, ha decidido traspasar el negocio por una cuestión de "cansancio y agotamiento más mental que físico". 

El último día de Raúl trabajando en su quiosco null

"Hace 32 años me surgió la oportunidad y lo cogí, pero han sido muchos días y horas sin apenas descanso y ha llegado un momento en el que he dicho: 'hasta aquí'. Ya estoy cansado y agotado", ha expresado. 

Raúl ha asegurado que se ha tratado de una decisión "complicada", pero que es consciente de que "tenía que tomarla ya". 

Si bien, le ha dado mucha pena dejar un quiosco que le ha permitido conocer a varias generaciones y fraguar grandes amistades con clientes y proveedores con los que piensa seguir manteniendo el contacto. 

De hecho, asegura que "lo que más voy a echar de menos es a la clientela", la cual ha recibido la noticia con "alegría y pena a la vez".

En cualquier caso, los más habituales no han querido dejar pasar la oportunidad de despedir al Kiosco Raúl como es debido, con una fiesta sorpresa que tuvo lugar el mismo día del cierre y que consistió en "una reunión en el local". 

"Han sido muchos años y les da pena, pero por otro lado están contentos de que me jubile", ha admitido. 

Porque sí, Raúl no es que vaya a cambiar de profesión, sino que se va a jubilar para así poder dedicarse "a vivir, descansar y viajar todo lo que no he podido hacerlo", aunque sin dejar de vivir en Valladolid, ya que para él "es donde mejor se vive". 

Fiesta de despedida en el Kiosco Raúl null

Sobre las posibilidades de que otra persona decida continuar con el quiosco, el empresario vallisoletano, residente en el mismo barrio de Huerta del Rey, ha aclarado que es algo que a él le "encantaría". Es más, "yo mismo iría a comprar allí". 

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El problema es que, "de momento, no lo va a coger nadie", ha admitido, reconociendo que él no tiene ningún conocido que esté dispuesto a seguir escribiendo la historia de este negocio tan querido y frecuentado por los vecinos de la zona. 

"Aunque la gente pregunta, no están interesados", ha añadido. Por ello, a Raúl no le queda más remedio que esperar a ver si el teléfono suena algún día para darle la gran noticia de que alguien quiere alquilarle o incluso comprarle el local, aunque sea para montar otro negocio. 

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