Cuatro quioscos que han cerrado y, en el medio, Juan Carlos García, presidente de la Asociación Vallisoletana de Vendedores de Prensa

Cuatro quioscos que han cerrado y, en el medio, Juan Carlos García, presidente de la Asociación Vallisoletana de Vendedores de Prensa

Valladolid

Los quioscos agonizan sin relevo y asfixiados por la competencia: "Es un trabajo esclavo de 14 horas diarias"

Los ciudadanos prefieren "no arriesgar su dinero" y cada vez es más habitual ver las persianas bajadas de estos lugares convertidos en el paraíso de las gominolas.

5 octubre, 2024 07:00

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Los quioscos están agonizando. Dando sus últimos coletazos de vida. No es atípico pasear por Valladolid y ver persianas bajadas, establecimientos abandonados o un cartel de 'se traspasa'.

La era digital ha provocado un declive en lo que era el refugio de muchos jóvenes. Todos los niños deseaban que llegara el momento de salir a jugar y comprar sus chucherías preferidas para disfrutar de una tarde libre o del fin de semana.

Era habitual encontrar un quiosco en cada punto estratégico de la ciudad. Y de eso, hoy en día, ya no queda nada. Los profesionales del sector ven como cada vez quedan menos compañeros. Y los que aún sobreviven lo hacen con muchas dificultades.

"Los quioscos de calle tiene un problema grande. Cuando los compraron, costaron cierto dinero. Ahora no los quiere nadie ni hay relevo para cogerlos", explica el presidente de la Asociación Vallisoletana de Vendedores de Prensa, Juan Carlos García, a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León.

Un trabajo que tilda de "esclavo" ya que son muchas las horas que pasan en él para poder vender sus productos. En total, unas "12 o 14 horas diarias". Una propuesta nada atractiva para los ciudadanos que está generando que nadie quiera coger el relevo de quienes se jubilan.

Esto propicia que sea más que habitual ver a las grúas sacando de raíz a estos pequeños establecimientos tan llenos de vida. "Prefieren irse a un trabajo que le paguen un sueldo a final de mes y no arriesgan su dinero", sostiene García.

Ahora han perdido su valor y, por eso, "los cierran y no los coge nadie". Aunque el quiosco sea tuyo, el suelo pertenece al Ayuntamiento. Y, si no eres capaz de venderlo, "te obligan a quitarlo y pierdes todo".

Uno de los principales retos a los que se enfrentan actualmente es la competencia. Antes eran la referencia para comprar gominolas o revistas, pero eso ha cambiado y mucho. 

Ahora, los costes han subido, y ellos no pueden hacer más que "subirlos también" para poder afrontar todos los gastos. A mayores, los supermercados están siendo un fuerte enemigo de los quiosqueros.

"Venden gominolas al peso y son muchos los que las compran allí. Cada vez hay menos quioscos y más supermercados. Andas medio metro por una calle y te encuentras uno. Es muy complicado", añade. 

Las revistas y periódicos en papel también van en declive. Ya no es como hace años, sostiene el presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa, "la gente joven no compra, lo lee online".

Un momento complicado para los quioscos y su supervivencia a los que solo les queda renovarse o morir. En ese aspecto, ya trabajan los profesionales del sector quienes buscan nuevas estrategias para mantenerse.

Actualmente, según avanza García, están trabajando en un proyecto relacionado con el 5G, servicios de paquetería, baterías y movilidad. Sin embargo, dependen del Ayuntamiento y les tienen que "dar permiso". Una iniciativa que están estudiando.

"Ya que pasamos muchas horas, hay que aprovecharlas y hacer lo posible para que los quioscos sobrevivan", añade.