Imagen de archivo de María Jesús

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Valladolid

El grito de ayuda "urgente" de una paciente de cáncer de mama metastásico: "El tiempo corre en nuestra contra"

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Ejemplo de lucha, esfuerzo, sacrificio y superación. Hace 17 años la vida de la leonesa afincada en Valladolid, María Jesús Prada, dio un giro de 180 grados cuando, sin esperarlo ni poder creerlo, le diagnosticaron un delicado cáncer de mama en un reconocimiento médico del trabajo. 

Corría el año 2007. En aquel momento María Jesús trabajaba en la Administración y disfrutaba de una vida feliz junto a su marido y sus dos hijos, que por aquel entonces tenían cinco y siete años. 

Tal fue su sorpresa cuando fue a la revisión ginecológica y la ginecóloga le dijo que se fuera a otra clínica a hacer una biopsia.

Con la prueba, lo vieron todo claro, así que rápidamente le derivaron a un oncólogo de la sanidad pública. 

Tal y como ella misma ha confesado en una sincera y conmovedora entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, recuerda ese momento como "mortal", ya que no paraba de preguntarse "por qué a mí" y de pensar "esto no puede pasarme a mí". "Entonces te hundes", ha añadido. 

Una vez diagnosticada la enfermedad, María Jesús empezó con todo tipo de pruebas y tras ello con cuatro sesiones de quimioterapia, que precedieron a una operación y a otras dos sesiones de tratamiento. 

La leonesa asegura que, aunque esa etapa también fue "dura", una vez que comenzó el tratamiento decidió aceptar lo que le estaba pasando, cambiar la actitud y enfrentarse a la enfermedad con optimismo. 

Y es que María Jesús es de las que piensa que la actitud influye mucho en el desarrollo de una enfermedad. Por ello, siempre intenta ver el lado bueno de las cosas y sacar fuerzas de donde no las hay "para hacer todo lo que me mandan y para buscar ayuda, que también es importante". 

Si bien, para ella el hecho de que le hiciesen una mastectomía y se quedara sin pelo a causa de la quimio le dolió mucho, ya que vio cómo su físico iba cambiando sin poder hacer nada para evitarlo. 

"Pasas por distintas fases, días mejores y días peores, pero yo también contaba con el apoyo de mi familia y mis amigos, que no me dejaron caer mucho, y eso me ayudó", ha confesado. 

María Jesús sostiene que la situación fue "bastante dura durante un año". Además, a lo complicado de su enfermedad se sumó, además, que dio con un oncólogo del hospital Río Hortega, muy bueno a nivel profesional, "pero nefasto en cuanto a empatía". "No me cambié por miedo", ha confesado. 

Así, la paciente estuvo cinco años bajo controles médicos. Transcurrido ese tiempo, aunque le dijeron que "un cáncer nunca se cura", la leonesa volvía a respirar tranquila, dado que había logrado superar, en cierto modo, la enfermedad. 

Una inesperada recaída

"Estuve 10 años fenomenal hasta que el cáncer volvió a llamar a mi puerta, pero esta vez con la m de metastásico", ha expresado. 

Fue un dolor de espalda lo que le hizo volver a la consulta de oncología tras pasar por varios especialistas sin que ninguno lograse verla nada. 

Un nuevo oncólogo, esta vez del hospital Clínico de Valladolid, según María Jesús, mucho más empático que el anterior, le realizó una resonancia a través de la cual le detectó cáncer de mama metastásico. 

"No me imaginé que pudiese ser cáncer, pero lo fue. Resulta que mi cáncer era de estadio 4 y eso implica que tenía muchas posibilidades para que se convirtiera en metastásico, pero eso no me lo dijeron en su momento", ha revelado. 

Entonces le vieron que tenía tres vértebras afectadas y una de ellas a punto de romperse. De hecho, le comentaron que si se movía mucho podía llegar a quedar en silla de ruedas. 

Por ello, le operaron de urgencia y le pusieron otro tratamiento que funcionó bastante bien. Sin embargo, en 2019 le detectaron unas manchas en los pulmones. Las consiguieron reducir, pero a los tres años, en 2022, vieron que el cáncer le había afectado también a la médula, donde le vieron una mancha. 

Según ha compartido María Jesús con este periódico, hasta entonces, aunque el cáncer sí le había cambiado la vida a nivel físico y psicológico, en ningún momento se la había condicionado. 

"Yo siempre había hecho una vida normal, los tratamientos los había llevado bien, nunca había tenido efectos secundarios y, aunque sí iba a los controles con mis miedos y mucha incertidumbre porque no sabes lo que va a pasar con tu vida, en todo momento estuve bien y con calidad de vida", ha confesado. 

José Antonio Arranz Velasco, el gerente del Hospital Clínico Universitario de Valladolid; Pilar Fernández Pascual, la presidenta de la AECMM; Javier Arrés, criptoartista; José Miguel Hernández, director médico del Hospital Clínico Universitario de Valladolid; y María Jesús, paciente con cáncer de mama metastásico

José Antonio Arranz Velasco, el gerente del Hospital Clínico Universitario de Valladolid; Pilar Fernández Pascual, la presidenta de la AECMM; Javier Arrés, criptoartista; José Miguel Hernández, director médico del Hospital Clínico Universitario de Valladolid; y María Jesús, paciente con cáncer de mama metastásico

Pero todo esto cambió a raíz de la expansión del cáncer a la médula. Lo primero que sintió fue que tenía la pierna derecha "un poco adormecida", pero luego llegaron los dolores insoportables en la zona lumbar. 

A base de fármacos, los médicos han conseguido mitigarlos, pero no hacerlos desaparecer, lo que ha provocado que "desde hace un año y medio" no haya podido volver a llevar una vida normal. "Ahora estoy limitada", ha reconocido. 

No obstante, María Jesús sí confía en que sus médicos, quienes se encuentran investigando esta nueva dolencia, consigan, si no eliminarla, por lo menos reducir sus efectos al máximo. 

Y parece que las cosas van por buen camino, ya que en la última revisión han visto que la inflamación de la membrana de los nervios de la médula ha disminuido bastante y, además, la leonesa lleva una temporada en la que se siente algo más fuerte y mejor. "El ejercicio me está ayudando bastante", ha destacado. 

Llegados a este punto, María Jesús ha aprovechado para enviar un mensaje a todas aquellas mujeres que se encuentran en su misma situación o a las que les acaban de diagnosticar un cáncer de mama. 

En este sentido, ha querido animarlas a "asimilarlo, buscar información y ponerse en contacto con las asociaciones adecuadas en función de cada caso", además de a mantenerse "optimistas y esperanzadas". 

"Que no se queden en casa porque hay mucha ayuda y porque quedarse llorando y esperando a que te ayuden no ayuda", ha expresado. 

Reivindicaciones

En base a su experiencia personal, María Jesús también se ha atrevido a realizar sus propias reivindicaciones a las Administraciones públicas en calidad de paciente de cáncer de mama metastásico.

Una enfermedad que, tal y como ha confesado, en todo este tiempo le ha permitido darse cuenta de las grandes carencias que tienen las pacientes de esta terrible enfermedad que afecta a más de 2.000 personas cada año en España. 

En este sentido, la leonesa exige "más transparencia por parte de los médicos, acceso a un equipo multidisciplinar que favorezca la atención integral y un incremento del presupuesto para investigación y medios materiales y humanos". 

También "más concienciación a la sociedad, instituciones e industria farmacéutica, y una mayor agilidad en la aprobación e incorporación al mercado de los tratamientos". 

Y lo pide para ya, ya que, según María Jesús, "el tiempo corre siempre en nuestra contra". 

"Aunque a mí nunca me han puesto fecha de caducidad porque mis pruebas siempre han dado bien, lo cierto es que la supervivencia del cáncer de mama metastásico oscila entre cuatro y cinco años", ha expresado. 

En cuanto a la transparencia por parte de los profesionales, la paciente sostiene que su voluntad es que "si hay un tratamiento que me pueda venir bien, me informen de él, aunque no lo cubra la Seguridad Social". 

Sobre el acceso a un equipo multidisciplinar, ha confesado que son muchas las ocasiones en las que ha tenido preguntas para su oncólogo o incluso la necesidad de recurrir a otros especialistas como un psicólogo, un nutricionista o un fisioterapia, a causa del cáncer, pero no ha podido hacerlo fácilmente. 

Por este motivo, ella reclama "una atención integral que favorezca una mejora de la calidad de vida del paciente" y que permita controlar los efectos secundarios, cuidar la salud mental o tener mayor facilidad para resolver dudas con el oncólogo, "aunque sea a través del correo electrónico". 

La leonesa también pide más rapidez a la hora de incorporar los nuevos tratamientos al mercado desde que son aprobados por la Unión Europea, teniendo en cuenta que el plazo establecido es de 180 días y en materia oncológica estos "superan los 700". 

Asimismo, considera que es necesario que los pacientes deberían participar "más activamente" en la evolución de su enfermedad, si así lo desean, así como que los propios médicos "también apuesten por la investigación y que pidan ayuda, en caso de no dar abasto". 

A todo ello se suma la importancia de cronificar la enfermedad, una "prioridad" para las pacientes, teniendo en cuenta que esto les permitiría "ganar calidad de vida y tener más esperanza de vida". Casualmente, las dos cosas más valoradas y deseadas por todos los pacientes de cáncer.