La Guardia Civil desvela todos los detalles del crimen de Laura
La Guardia Civil ha procedido esta mañana a detallar en comparecencia pública la cronología y detalles del crimen de la zamorana Laura Luelmo, ocurrido en El Campillo (Huelva).
Según las declaraciones realizadas por el coronel Ezequiel Romero, jefe de la comandancia de Huelva, junto al teniente coronel Jesús García, de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil han informado que tras recibir la denuncia de la desaparición de Laura Luelmo, el día 12 de diciembre por su propio padre, se consigue permiso para entrar en la vivienda de la joven en El Campillo (Huelva).
Una vez en la casa, según relata el coronel Romero, los agentes descubren que no había movimientos raros que explicaran una desaparición así. Es por esto, y por los datos ofrecidos por su padre sobre la pareja de Laura, que se descarta que haya sido una desaparición voluntaria, y se trabaja en la hipótesis de que "se hubiera perdido o de que alguien se la hubiera llevado, por ello se inició una búsqueda y por otro lado una investigación".
Aunque en un primer momento, se indicó que la joven zamorana podría haber salido a correr, porque su pareja y el padre durante el reconocimiento de la vivienda "echaron en falta" unas zapatillas y unas mallas, "era muy difícil que Laura hubiera salido a correr, ya que por prescripción médica no debía hacer grandes esfuerzos físicos". Además, la Guardia Civil ha indicado que el último contacto de la zamorana fue a las 16.22 horas, cuando escribió un mensaje a su novio contándole que "no iba a salir a pasear, ya que hacía mucho viento".
Tras el registro de la vivienda de la profesora el jueves por la tarde, los agentes vieron a Bernardo Montoya, al que le preguntan si sabe algo de la joven, al parecer su respuesta fue que "ni siquiera sabía que allí vivía una joven". Pero ese supuesto desconocimiento de su propia vecina, hizo que la Guardia Civil solicitara los antecedentes de Montoya, y tras conocerlos, fue puesto bajo vigilancia, aunque este, según el coronel, "nunca volvió a la vivienda".
Tras no volver Montoya al domicilio, se inició una investigación sobre él, y se descubrió que "tenía familia en Cortegana, por lo que se le encomendó a las unidades de la zona, "la misión de seguir los movimientos de la familia para detectar si aparecía Bernardo", explica. Y en esa localidad, "fue descubierto su vehículo, el Alfa Romeo negro". El coche fue grabado por las cámaras de seguridad del cuartel de Cortegana, y en ellas "se ve a Bernardo Montoya saliendo con su vehículo en dirección a Sevilla".
El día 15 la Guardia Civil consigue la geolocalización del teléfono móvil de Laura, que indicaba que "se había encontrado por la parte norte de El Campillo".
Llegado el domingo, se realiza otra de las batidas en las que se amplía a 10 kilómetros de radio. En el operativo participaron tres perros de rastreo y drones. Ese día llegó a "abatirse la zona" donde fue encontrada Laura Luelmo, pero por la orografía del terreno "era fácil que se pasara desapercibida, porque el cuerpo no era visible "hasta encontrarse a medio metro de distancia".
Ese domingo, ha relatado en coronel, "unos vecinos relatan que observaron que el mismo jueves por la noche, el mismo día de su identificación, Bernardo Montoya volvió andando por una de las calles cercanas a la casa, ocultándose, y al ver las patrullas de la Guardia Civil se dio la vuelta y se marchó". El viernes Montoya acude al centro de salud de Cortegana, quejándose de un golpe "pensamos que pudo ser por un forcejeo con Laura". Por lo tanto, "al conocer estos hechos, y el paso de las horas, teníamos cada vez más claras nuestras sospechas. Entonces es cuando se decide poner un seguimiento permanente y pedimos refuerzos".
El lunes se establece un nuevo dispositivo de búsqueda, "centrados en aquellos lugares donde se podría haber caído o refugiado, y en cualquier casa de campo, por profesionales de búsqueda de refuerzo". Es en este día, cuando un voluntario de Cruz Roja divisó las prendas, y avisó a la central en búsqueda, y una patrulla del Seprona que estaba en la zona descubrió el cuerpo desnudo de cintura para abajo". Aunque la joven fue "encontrada sobre las 12.30 horas no se hizo el levantamiento del cadáver hasta las 18.30 horas, porque queríamos el equipo más especializado posible, visualizara el cadáver". Durante el levantamiento del cadáver, "se observaron claros indicios de agresión", relata el coronel.
Al día siguiente de este descubrimiento, los equipos de seguimiento observan los movimientos de Montoya, el cual "viaja hasta Huelva, da una vuelta por el Hospital, ve una patrulla y se vuelve en dirección a El Campillo, pero antes de llegar se mete en un camino y para el coche y es en ese momento cuando es detenido".
Los detalles del suceso, confesión de Montoya y conclusiones de la investigación
Durante el interrogatorio de Montoya esa noche "se inventó una serie de mentiras, aunque reconoce que ha tenido contacto con Laura". El asesino confeso relató que Laura "le pide señas sobre como llegar a un supermercado". El coronel relata que los registros del supermercado indican que "la joven estuvo comprando en el lugar a las 17.20 horas", y que además un vecino la ve sobre las 18.10 horas.
Por lo tanto, en el intervalo de las 17.20 a 18.10 Montoya ve a Laura, "y la espera en el coche para meterla en el maletero". Es en ese momento, según relata falsamente el asesino confeso, cuando "intenta meterla a la fuerza en el coche, y le da un fuerte golpe en la cabeza, por lo que este se asusta y la mete en el coche y la lleva a la zona de jaras donde fue encontrada". Durante el interrogatorio afirmó también que desnuda a Laura, pero que "no la viola". Hecho que desmentiría posteriormente la autopsia.
Durante el registro posterior de la vivienda de Montoya, la Guardia Civil encontró en casa de Montoya "la compra que Laura había realizado en el supermercado". También se detecta restos de sangre en una fregona de Laura y de él".
Por lo tanto, según las investigaciones y la retractación de la primera declaración de Montoya, el autor confeso del crimen "forzó a Laura a entrar en su domicilio, la maniató y amordazó y la tiró al suelo. En se acuerda de que ha dejado el brasero en la puerta y piensa que alguien puede verlo, vuelve a por el brasero y según él es cuando Laura se levanta y le da la patada en un costado". Según el coronel, "enfurecido por esa patada, Montoya golpea la cabeza de Laura contra el suelo, y ante la gravedad, se asusta, introduce a la joven en el maletero, tapada con una manta, y la traslada al campo". La geolocalización del móvil de Laura, corrobora estos hechos, puesto que indica que "pasó poco tiempo en el domicilio de Montoya".
Según la Guardia Civil, es en ese mismo lugar donde fue encontrada la joven, donde el asesino perpetra la violación, y así lo demuestran "las prendas encontradas y la semidesnudez del cuerpo de Laura".
Tras este relato, la Guardia Civil aún no ha podido detallar ciertos detalles del caso. Como por ejemplo, determinar si salió o no viva de la casa, ya que la autopsia no ha finalizado, aunque si han asegurado que Laura "no ha tenido sufrimiento, en el lugar donde fue encontrada, porque su posición no indicaba ese hecho y no podía haber estado consciente".