El término historia de superación puede que esté muy manido, pero no se puede definir de otro modo la vida de Almudena Rodríguez. Una salmantina que decidió dejar una vida en Vizcaya para sacar adelante un nuevo proyecto laboral en Sayago (Zamora), que casi la arruina, pero que con gran tesón ha conseguido darle una vuelta y seguir adelante, en la tierra de la que se enamoró en solo un viaje. ¿Y cómo? Pues con una propuesta de turismo inmersivo rural con pastoreo de ovejas los fines de semana.
Todo comenzaba en 2010, Almudena y su marido tomaban la decisión de dejar Erandio (Euskadi), tras el nacimiento de su tercer hijo. La mujer estaba "cansada" de un trabajo completamente absorbente como mando intermedio de una gran superficie comercial y de "no poder ver casi a mis hijos a diario". Así que hicieron las maletas y tomaron rumbo a la provincia de Zamora. Pero no a cualquier sitio. La pareja se había "enamorado" tiempo atrás de la comarca de Sayago tras un viaje de Semana Santa. Ambos habían pasado una estancia en las Casitas de Merche y Víctor y la pasión de los dueños de estas casas rurales por su propia tierra embaucó a la pareja, que decidió iniciar una nueva vida en Argañín.
Su idea inicial fue comprar una casa, rehabilitarla y convertirla también en un centro rural o un bar-tienda. Pero la amistad con unos vecinos de Villamor de la Ladre que tenían ganado, acabó transformándose en un proyecto de negocio conjunto. Almudena y su marido pensaron que si "ellos tenían la experiencia y los activos" podría ser una buena idea para empezar a prosperar. Así que sin más compraron 400 ovejas y arrancaron la producción. Pero solo nueve meses más tarde, este negocio conjunto se vino al traste, y Almudena y su pareja se llevaron sus ovejas a Argañín. Sin experiencia y con 400 cabezas de ganado, la cosa se puso muy complicada. Además, esta mujer recuerda que "como no teníamos idea de nada compramos un mal ganado" y casi acabaron en la quiebra. Por no saber, no sabían que "las ovejas solo tienen dientes en la parte de abajo de sus bocas", recuerda entre risas.
"La gente pagaría por esto"
Las circunstancias vitales terminaban separando a Almudena y su marido. Así que completamente sola y con una ganado extensivo de 400 ovejas, esta mujer intentó continuar su sueño en solitario. Y un día que sus amigas de Vizcaya fueron a visitarla, dieron con la clave.
Leire y Blanca, dos profesoras del antiguo colegio de sus hijos, habitualmente pasan los veranos haciendo voluntariado en países como Guatemala o en Madrid, ayudando a las mujeres víctimas de violencia de género. Dos amigas de Almudena a las que un día les espetó: "¿Qué necesidad tenéis de iros tan lejos con la ayuda que yo necesito?" Y dicho y hecho. Leire y Blanca se plantaron en Argañín y ayudaron a su amiga en las tareas de pastoreo. Ambas quedaron sorprendidas por "el momento de desconexión" que suponía para ellas sentir de cerca la naturaleza y poder disfrutar de los bellos parajes de Sayago. Y así surgió la idea. "La gente pagaría por esto", le dijeron a la salmantina. Almudena tenía todo lo necesario: una casa grande y reformada, el ganado y, sobre todo, un amor infinito por lo que hace y por la propia comarca, de la que le "encanta" leer y aprender sobre ella. Así este verano de 2021 nacían las mañanas de pastoreo, también con un gran apoyo de Víctor, el liante que hizo que Almudena se enamorara de la zona.
Las mañanas de pastoreo
Por un precio de diez euros para adultos y cinco por niño, Almudena ofrece una jornada de turismo activo e inmersivo con su ganado en el bello entorno de la comarca sayaguesa. La actividad consiste en pasar una jornada laboral con la ganadera y poder participar en sus actividades de pastoreo. Esta mujer completa la experiencia con infinidad de informaciones sobre la comarca, el paraje que los rodea y, por supuesto, los entresijos de la producción ganadera a la que se dedica.
En verano, el horario comienza con el pastoreo de las ovejas a las ocho y hasta las 11.30 horas, donde procede a guardarlas por el intenso calor. Y, a partir del otoño, de diez y hasta la hora de comer. Una experiencia única y además cambiante según las estaciones, que permite al mismo grupo acudir en varios momentos del año, para vivir el proceso completo de la ganadería ovina para producción de corderos a la que se dedica Almudena. Depende el momento, los participantes pueden ver el momento de las pariciones (como ahora), con el nacimiento de los corderos o la época de la esquila, por ejemplo.
Y como añadido, durante toda la jornada, Almudena comparte todo tipo de conocimientos sobre Sayago, su cultura, paisajes, tradiciones y, por supuesto, sobre las propias ovejas y las tareas de sus cuidados. "Les cuento desde qué son las cortinas de piedra, sobre las platas y árboles de la zona, cuando pasamos por una fuente o un puente les explico que los construían los propios vecinos en los trabajos comunales y todo lo que va surgiendo durante la jornada". A veces hasta hay momento para filosofar. Almudena reconoce que se produce una sinergia muy especial con los grupos que vienen a visitarla. Nota que tienen "gran interés" en contectar con el sector primario, "del que se tiene un gran desconocimiento".
Por el momento, doce grupos han disfrutado de esta experiencia inmersiva y parece que la cosa va creciendo poco a poco. De hecho, Almudena cuenta que ha tenido un grupo de Murcia "que vino desde allí ex profeso solo para hacer la mañana de pastoreo". Por lo que, esta propuesta de la ganadera también puede ayudar a los negocios de la zona, si se producen pernoctaciones, comen por la comarca o compran en sus tiendas.
Los interesados en contactar con ella pueden hacerlo a través de Facebook con el nombre de Almudena Rodríguez Martín y en Instagram.
Pequeñas cosas para cambiar el mundo
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo". Una frase pronunciada por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, que para Almudena es clave para aquello que comarcas como Sayago o el resto de la provincia de Zamora necesitan para revitalizarse. La ganadera cree que los zamoranos "no valoramos lo que tenemos delante". Si ella quedó prendada de la belleza de Sayago, de sus costumbres, paisajes, gentes y modo de vida, esta mujer cree que "no tenemos que tener ningún complejo en presumir que somos parte del sector primario, la despensa de España". Almudena aboga por sentir orgullo por todo lo que nos rodea y venderlo como una "gran maravilla".
Entre risas, ella misma sigue su consejo: "Yo soy una pastora malísima, pero me encanta contarle a la gente sobre mis tareas, cómo es el trabajo, cómo es la vida en Sayago y las bondades de esta tierra". Así que igual no es mala idea seguir en consejo de Almudena y presumir un poco de provincia.