Es ya algo habitual en las calles más comerciales de Zamora. 'Se vende', 'Se alquila', 'Liquidación por cese de negocio'... Cada dos por tres los zamoranos se despiertan con un nuevo cierre comercial en la ciudad. Santa Clara, San Torcuato y otras zonas de comercio se inundan de persianas bajadas augurando que la ciudad de Zamora echa el cierre.
Y así lo reflejan los fríos datos. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2012 Zamora tenía 2.030 negocios relacionados directamente con el comercio, los talleres de reparación, el transporte y la hostelería. Un número cae hasta los 1.723 en el 2020 y refleja el vertiginoso descenso de los comercios en la capital zamorana. En solo ocho años, Zamora ha visto echar el cierre a 308 negocios de este tipo. 38 por año. Tres persianas bajadas cada mes. Un panorama desolador para un sector que lucha día a día por reinventarse mientras que el gigante de las ventas por Internet se lo lleva todo a su paso.
Y siendo aún un poco más concretos, la Cámara de Comercio de Zamora, en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, informa que, en 2015 y 2021, la actividad del comercio al por menor según el Registro de Actividades Económicas ha descendido un 15%. Este dato se refiere concretamente a locales comerciales que han echado el cierre en estos seis últimos años. Según facilita la Cámara de Comercio, los negocios relacionados con la ropa, los artículos de papelería, ferretería y calzado son los más afectados por esta bajada de persiana. Por otro lado, se mantienen en un número similar las jugueterías, las tiendas de deporte y los supermercados de más de 400 metros cuadrados. Y, además, de 2015 a 2021, Zamora ha vivido un aumento de negocios relacionados con el comercio al por menor de vehículos (nuevos y usados), las gasolineras y aquellas relacionadas con el menaje y los artículos para el hogar.
La asociación de comerciantes de Zamora Azeco ha dado la voz de alarma sobre esta problemática y en un comunicado advierte que "esta campaña navideña puede ser la última para muchas pymes". La crisis que el sector viene arrastrando desde 2007, no ha hecho más que añadir nuevas trabas que no dejan de dar el golpe de gracia a los comercios de toda la vida. Tras el ladrillazo, vino el auge de las grandes superficies comerciales, el aumento de las ventas por Internet, y para rematar, una pandemia sanitaria a escala mundial. El presidente de Azeco, Ruperto Prieto, ha analizado la situación de los comercios zamoranos para este periódico, en un intento de hacer una radiografía de la caída de los comercios zamoranos.
Sin duda, las ventas por Internet y las grandes superficies son la mayor herida de muerte para los pequeños comercios de la ciudad. Ruperto Prieto establece una cronología de la "enfermedad" que sufren los pequeños negocios de Zamora, y que arranca con la crisis de 2007. Un momento en el que todos los estratos económicos se vieron afectados, pero que el pequeño comercio sufrió especialmente con la explosión de las grandes superficies. Pero aún así, Ruperto Prieto recuerda que "resistimos" y fueron adaptándose a su aumento, con un cliente que aún valoraba la cercanía, el trato al detalle y la calidad del pequeño comercio. Pero luego llegó Internet.
Las ventas por Internet: el golpe definitivo
La comodidad del clic desde el sofá. La comparativa en apenas unos minutos en cientos de tiendas online. Las ofertas imbatibles. Internet ha cambiado por completo la forma de comprar en todo el mundo. Puede parecer un avance, sí, pero también es el golpe definitivo a los comercios de toda la vida en nuestras calles más emblemáticas. Ruperto Prieto explica que, con el aumento de clientes que ya son nativos digitales, mientras que el cliente "de siempre" va desapareciendo, el peso de las ventas por Internet no ha dejado de crecer en los últimos años. Las nuevas tecnologías han cambiado por completo la forma de comprar. Antes, se acudía al establecimiento, se miraba el producto, se probaba, se tocaba, se dejaban aconsejar por el vendedor. Pero ahora, la compra es más impulsiva, guiada por los comentarios de otros compradores y con la facilidad de los envíos en 24 horas y los cambios sin coste adicional.
¿Y qué les queda a los comercios de Santa Clara, San Torcuato o Tres Cruces? Jugar la baza de la especialización. Mientras la ciudad ve como muchos de sus negocios históricos cierran para siempre, los que resisten intentan ofrecer un valor añadido, que atraiga al cliente. Ruperto Prieto explica que la especialización, profesionalización y buscar sectores donde la presencia física sea un valor añadido, es "la última esperanza" para un comercio ahogado y en las últimas. A los comercios zamoranos ya solo les queda "tener ese producto que casi solo se pueda encontrar en su tienda, ofrecer cosas muy al detalle y esperar que el cliente lo valore".
Por otro lado, no se puede vivir al margen de Internet. El presidente de Azeco sí anima a tener presencia en Internet. Si bien no todos los comercios pueden ofrecer venta online, al menos sí, tener un catálogo en la red, que sirva como plataforma de anuncio y promoción de sus servicios. "Una web y presencia en redes sociales" como pilares básicos para hacer un David contra Goliat ante el gigante de las ventas online.
Y más cuando llega el tercer pilar de esta problemática: la llegada del coronavirus. Ruperto Prieto indica que el confinamiento a causa de la pandemia del COVID y la desescalada posterior han provocado que un gran nicho de población, que no utilizaba Internet para sus comprar, bien por edad, o simplemente por gusto, se hayan visto "forzados" a adaptarse a este tipo de comercio. Una costumbre que ya ha quedado con ellos y que perjudica aún mal al malherido comercio zamorano. Este tipo de consumidor que antes sí recorría las tiendas, se dejaba asesorar y confiaba en el tendero de toda la vida, se ha dejado engatusar por la rapidez y la comodidad de las compras online. Esa misma inmediatez también obliga a los comerciantes locales a hacer una reinvención más de su negocio y ser "tan rápidos" como Internet. Ruperto Prieto confiesa que él mismo se preocupa especialmente por elegir "al proveedor que te traiga la mercancía antes y tenga un buen catálogo para estar a disposición de cualquier petición".
Ayudas al comercio, sí, pero útiles
Sobre los paquetes de recuperación, ayudas o subvenciones que las instituciones públicas han ido generando en los diferentes gobiernos nacional, autonómico, provincial o local, el presidente de Azeco se muestra muy crítico. Ruperto Prieto señala que el pequeño comercio "no va a sobrevivir" con los grandes planes de recuperación, que incluyen largos procesos burocráticos, cumplir una lista interminable de condiciones y que, en muchos casos, casi dos años después de la pandemia, todavía no han llegado al bolsillo de los comerciantes.
El presidente de Azeco destaca como ejemplo positivo los bonos al comercio solidario impulsados por el Ayuntamiento de Zamora y gestionados por su propia organización. Una iniciativa que en su última edición ha generado compras por valor de más de 380.000 euros repartidos entre los 547 establecimientos participantes de la ciudad. En concreto, de cada euro invertido (150.000 euros en total) se ha generado 2,58 euros de actividad en el comercio local zamorano. Y eso solo en la última fase, Ruperto Prieto recuerda que este programa de bonos solidarios ha tenido un total de 280.000 euros en ayudas directas al comercio local, que han generado compras por valor de más de 650.000 euros en sus dos ediciones.
Una inyección directa a las cuentas de los comercios zamoranos que, además, ha servido para que muchos compradores "descubran o se reencuentren" con las tiendas de Zamora. La sensación general entre el colectivo de comerciantes es que estos clientes que han llegado gracias a los bonos solidarios volverán a comprar en sus tiendas, "porque los comerciantes se han preocupado por dar un trato exquisito y demostrar su valor añadido". Todo un trabajo titánico, diario, y muy sacrificado a nivel profesional y personal, con el que esperan que Zamora no tenga que echar el cierre.