El obispo de Zamora pide a sus sacerdotes que no caigan en ser "gruñones" y recuperen "el entusiasmo"
Este ha sido el mensaje de Fernando Varela a los sacerdotes de Zamora
13 abril, 2022 16:24El obispo de Zamora, Fernando Valera Sánchez, ha presidido esta mañana la Misa Crismal en la Catedral de Zamora, una celebración en la que se han bendecido los santos óleos y los sacerdotes han renovado sus promesas. Cerca de un centenar de presbíteros diocesanos han concelebrado la eucaristía a la que también han asistido decenas de fieles en la mañana de Miércoles Santo.
En su homilía, el obispo ha pedido a los sacerdotes que no se instalen en el “pesimismo” y la “murmuración” para no caer en la tención de ser “sacerdotes gruñones”. En ese sentido, ha urgido a los presbíteros a que renueven “el primer amor” o lo que es lo mismo “esa experiencia única donde el señor se convierte en el centro de nuestro ser”.
Monseñor Valera les ha recordado, en el día en el que renuevan sus promesas, que adoren y confíen “con humildad y sencillez” para dejar así emerger el espíritu que recibieron el día de su ordenación. “Hacedlo como nos pide el Papa: cercanía a Dios, cercanía al obispo, cercanía a los hermanos sacerdotes y cercanía al santo Pueblo de Dios, especialmente a los pobres”.
Por otra parte, el obispo ha recordado también a las víctimas de la guerra en Ucrania y a los enfermos de COVID-19: “Nuestro pueblo fiel está cansado de un mundo que agrede, que enfrenta a hermanos contra hermanos, que destruye y que calumnia. Nuestro pueblo no quiere sacerdotes crispados, nuestro pueblo fiel nos pide cercanía y mansedumbre”.
Finalizó su homilía en la Misa Crismal dando gracias a los presbíteros por su ministerio. “Gracias por ser sacerdotes, gracias por ser colaboradores fieles de mi ministerio episcopal. Gracias por vuestro servicio, vuestra entrega y tanta generosidad. Dios bendiga vuestro ministerio sacerdotal”.
Por otra parte, los asistentes a la celebración recibieron una publicación en la que se recoge un extracto del pregón de Semana Santa que pronunció el obispo el 2 de abril en la catedral de Astorga.