Domingo 17 de julio de 2022. Una fecha que Villanueva de Valrojo nunca podrá olvidar. Ninguno de los pueblos de la Sierra de la Culebra tienen menos importancia en este desastre, pero esta pequeña localidad de apenas cien habitantes ha quedado marcada para siempre en la historia de este desastre por su unión, solidaridad vecinal y fuerza colectiva. Hasta aquí regresa El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León para conocer el origen y los próximos pasos del movimiento vecinal que surgió tras el desastre: La Culebra no se calla.
Cuando el fuego comenzó a descontrolarse en varias zonas del territorio, los medios de extinción (que no estaban trabajando al completo) se vieron desbordados. Zonas sin cubrir, las llamas avanzando sin miramientos y Villanueva de Valrojo vio las llamas llegar a sus puertas. En ese momento, el miedo dejó paso al sentido del deber y un grupo de vecinos se encargó de controlar el fuego aquella madrugada del 17 de julio. Así lo recuerda Lucas Ferrero, coordinador de la Asociación La Culebra no se calla.
Él mismo formó parte de esa unidad de acción improvisada que protegió los límites de Villanueva de Valrojo y logró dominar el fuego. Carecían de medios profesionales, pero no estaban solos. Lucas recuerda que "éramos siete defendiendo el pueblo de las llamas, pero contábamos con un chico que tiene familia aquí y un negocio, y es conductor de una carroceta, otro que trabaja en los helicópteros de extinción de incendios, otro que es bombero forestal, y el resto estamos acostumbrados a trabajar por el monte del pueblo".
Y así, a base de trabajar en equipo y coordinarse, salvaron su pueblo. Pero solo unas horas. Y es que a la mañana siguiente el fuego se tornó mucho más violento, con más propagaciones y "seguíamos sin medios". Lucas cree que se cometieron bastantes errores a la hora de distribuir a los equipos de extinción, aparte de la acreditada falta de medios. "No sabemos si es que estaban en la cabeza del fuego o repartidos en otras zonas, pero seguíamos solos, y se estaba quemando nuestro monte por otra zona", recuerda.
Bajo este escenario llegaron las evacuaciones y Lucas, su padre y varios vecinos se negaron a abandonar el pueblo. "Teníamos que quedarnos a defender lo nuestro, no podíamos abandonar el pueblo, porque iba a arder todo", justifica. Así que otro operativo vecinal se puso en marcha, ya incluso con maquinaria, que intentó tapar el fuego y cortarlo, "pero aún así saltó y era imposible pararlo". Al final, un vecino llamado Carlos llegó con su máquina y "si no llega a ser por eso se nos quema el pueblo".
La Culebra no se calla: por y para el pueblo
Y con ese mismo espíritu de colaboración y todavía con la sierra en llamas nacía la Asociación La Culebra no se calla. Una plataforma puramente ciudadana que se extendió por todos los territorios como una red de ayuda para los pueblos y vecinos de la zona cuando más perdidos se encontraban.
Al igual que ocurrió con los alcaldes, esta asociación fue una de las primeras respuestas a la situación desesperada de los vecinos. Sirvió de altavoz para informar de las necesidades de ganaderos, apicultores y vecinos en general. Comenzaron a canalizar la oleada de solidaridad que comenzaba a llegar desde Zamora y otros puntos de España, para recoger material o alimento para los animales, ofrecer apoyo a los desplazados y, en definitiva, para todo lo que hiciera falta.
También fueron la primera voz de la reivindicación, la canalización de la rabia sentida al ver quemarse la historia de su vida. La Culebra no se calla, junto a otras asociaciones agrarias y algún partido político colmaron el parque de la Marina en Zamora, frente a la Delegación Territorial de la Junta, para protestar por la gestión del primer incendio en Ferreras de Arriba.
Una vez pasada la pesadilla y con vistas a la recuperación, La Culebra no se calla se ha extendido como una red de apoyo mutuo y un canal de información muy efectivo para los vecinos de la zona. Lucas Ferrero explica que utilizan sus redes sociales y canales de mensajería para informar y ayudar en todo lo que sea útil para ellos. "Avisamos de las ayudas, subvenciones, de cómo rellenar los impresos, de las iniciativas solidarias que van surgiendo, manifestaciones en los diferentes pueblos, si alguien pide ayuda en algún tema relacionado con el desastre o temas interesantes para el desarrollo de la zona como la llegada de la fibra óptica", detalla.
Pero la cosa no acaba aquí. La plataforma también tiene sus propias iniciativas y actividades. Desde el primer momento recogen donativos para ayudar a los damnificados por el incendio y crearon una marca oficial para vender merchandising, cuyos beneficios también se destinan a ayuda a los afectados. Una iniciativa que los tiene "desbordados", como reconoce Lucas Ferrero.
Ahora la asociación está trabajando en crear pasarelas de pago online para poder vender ese merchandising y recibir donaciones a través de Internet. "Porque no dejan de reclamarlo, nos escriben y nos llaman sin parar", explica. En un primer momento dos ingenieros informáticos crearon la web de forma altruista "y han estado pagando el dominio de su bolsillo". Pero ahora la asociación quiere hacerse cargo de su gestión y pagar por la página web pueda responder a todas estas peticiones.
Repoblar con verde esperanza
Pese a todo lo sufrido, La Culebra no se calla mira con esperanza al futuro. Tanto es así que, Lucas Ferrero bromea con la idea de que el actual logo de la asociación (con una llama roja rodeando la sierra) tendrá que pasar a ser "verde esperanza" en un futuro. Y es que la plataforma quiere seguir adelante con su actividad como un lugar de "unión entre los pueblos de la sierra, que tenemos algo en común". Una organización vecinal que vaya más allá que "una asociación de fiestas". Que sirva para "apoyar a los vecinos que viven aquí en todo lo que puedan necesitar".
También quieren seguir siendo esa presión social para las administraciones, sin partidos ni intereses políticos. Ser la voz en los altos despachos de quienes nos gobiernan para que les den esos servicios que este territorio ya necesitaba y que "ahora son aún más importantes".
Y mientras luchan por una mejora en su calidad de vida como ciudadanos no pierden de vista el gran objetivo: recuperar la Sierra de la Culebra. Si bien las Administraciones públicas aún no tienen un plan concreto en este sentido, esta plataforma ya ha ido dando sus pequeños pasos al respecto, en un proyecto que podría ser muy beneficioso para la zona.
La Culebra no se calla trabaja en conjunto con varios colegios de Madrid, Barcelona, Castilla y León y, por supuesto, de Zamora para crear semilleros con árboles autóctonos, que cuidan los propios alumnos. "Un proyecto importantísimo", explica Lucas, quien detalla que son los propios niños los que están cuidando las plantas para luego llevarlas a la sierra. "Esperamos contar con el permiso de la Junta para ello, y si no utilizaremos fincas privadas y algunos terrenos municipales", añade.
Una plantación que se realizará "con lógica", apunta Lucas. La idea es colocar robles, castaños o encinas en las zonas quemadas, donde habitualmente se den este tipo de árboles. Una iniciativa que, además, busca concienciar a los más pequeños sobre la importancia de proteger y valorar el entorno natural de la provincia y de España en general. "Creemos que es importante que las futuras generaciones no comentan los mismos errores que nosotros y aprendan a cuidar y proteger entornos como la Culebra, que será su herencia en el futuro", concluía Lucas.