Castilla y León es un lugar ideal para rodajes. La variedad de los paisajes y espacios de nuestra Comunidad lo hacen un lugar ideal para dar rienda suelta a la imaginación de directores y productores. No hay que irse muy lejos para recordar que, este mismo año, Valladolid ha sido el escenario de la serie de Amazon Prime Video, 'Memento Mori', el thriller escrito por el exitoso César Pérez Gellida. También lo fue Salamanca, en 2019, con la película del oscarizado Alejandro Amenábar, 'Mientras dure la guerra', que representaba los últimos días de Miguel de Unamuno. 

Pero el gusto de los productores cinematográficos por los escenarios de la Comunidad se remonta a muchas décadas atrás y ejemplo de ello es el Castillo de Villalonso, ubicado en la provincia de Zamora. Se trata de una joya arquitectónica que se alza majestuosamente sobre una llanura en la comarca de Toro, a corta distancia de la pequeña localidad del mismo nombre con apenas 70 habitantes (INE 2022).

Y no es de extrañar que este castillo medieval llamara su atención. Esta construcción, reedificada en el siglo XV, es un ejemplo destacado de la escuela de Valladolid. Sus orígenes se remontan al siglo XIII; y lo largo del tiempo ha ido cambiando de manos en varias ocasiones hasta que Alonso Pérez de Vivero adquirió la propiedad. 

Fue con este caballero con quien Juan de Ulloa hizo una permuta en 1470, para obtener el título de señor de la villa de Villalonso, fundando su mayorazgo, y erigiendo el castillo que perdura hasta nuestros días. Juan de Ulloa fue regidor y alcaide de la ciudad de Toro por aquellos tiempos y cuando se desató la Guerra de Sucesión Castellana se decantó por el lado portugués, tomando partido por Juana 'la Beltraneja' y su prometido Alfonso V de Portugal; y firmando así su sentencia de muerte mientras defendió este castillo en 1476.

Escena de la película 'Robin y Marian' Columbia Pictures

Tras su trágico final, su viuda, María Sarmiento, continuó con la lucha y siguió defendiendo el castillo durante un mes. Pero fue derrotada y tuvo que entregar la fortaleza el 19 de octubre de 1476, así como Mota del Marqués y Toro. Finalmente, María Sarmiento firmó un pacto de rendición que le aseguró el perdón real y el derecho a conservar el Castillo de Villalonso.

En el siglo XVI, su hijo, Diego Sarmiento de Mendoza también se enfrentó a un desafío similar al unirse a los comuneros, que le llevó a ser condenado a muerte en 1524. El noble logró conmutar la pena y recuperar sus bienes, incluyendo este Castillo de Villalonso. La alegría de Diego por recuperar tan magna construcción le llevó a colocar el escudo de sus armas sobre la entrada del castillo.

La vuelta al cine de una estrella

Y así llegamos al siglo XX, cuando el Castillo de Villalonso pasó a manos de la duquesa de Osuna, Ángela María Téllez-Girón. Más adelante, durante los años sesenta, se convirtió en espacio cinematográfico para varias películas medievales y la más señalada fue la película que supuso la vuelta a los escenarios de nada menos que la gran diva del cine Audrey Hepburn. 

Hacía nueve años que Audrey Hepburn no había actuado en ninguna película. Two for the road (Dos en la carretera) en 1967 había sido el último film de la estrella de Hollywood y por el que había sido nominada al Globo de Oro. La actriz tenía por entonces 38 años y solo volvería a la gran pantalla para cuatro papeles más, entre ellos este de 1976. Audrey Hepburn volvía a rodar junto al mítico Sean Connery la película Robin y Marian, dirigida por Richard Lester.

Sean Connery y Audrey Hepburn, en una foto publicitaria de la película

El filme se iba a llamar originalmente The Death of Robin Hood, pero Columbia Pictures cambió el nombre para que fuera más comercial y sugiriera romance. Y es que la película relataba el regreso de Robin Hood de las cruzadas, donde había combatido por Ricardo Corazón de León. El héroe se encontraba con que su adorada Lady Marian ahora era monja y vivía en un convento, tras renunciar a una vida con su amado. Además, se encuentra con la desagradable sorpresa de que Inglaterra ha sido tomada por el rey Juan, quien ha usurpado el trono de su hermano Ricardo.

Las leyendas de Hollywood relatan que esta vuelta al cine de Audrey Hepburn casi una década después fue cosa de sus hijos, Sean y Luca. La actriz se había retirado de los focos precisamente para cuidar de ellos, pero sus retoños insistieron una y otra vez en que aceptara el papel para que "actuara con James Bond", o lo que es lo mismo con Sean Connery. Y es que los pequeños estaban emocionadísimos con la posibilidad de conocer al Agente 007. 

Sean Connery recibe la visita de Audrey Hepburn y Richard Lester, director de 'Robin y Marian' RTVE

La película se rodó fundamentalmente en España, entre Zamora y Navarra. Sean Connery y Audrey Hepburn recorrieron los municipios navarros de Artajona, Urbasa, Quinto Real y Orgi; y rodaron algunas de las escenas más recordadas, como el asedio, en este castillo zamorano.

Escena del asedio en la película de 'Robin y Marian' Columbia Pictures

Rehabilitación

En 1984, la duquesa de Osuna vendió el castillo a los hermanos Jesús y Elizabeth Cueto Vallejo, quienes, después de años de cierre, iniciaron en 2006 una ambiciosa restauración con la colaboración de la Fundación de Patrimonio Histórico de Castilla y León, concluyendo en 2011.

Tras décadas cerrado, las excavaciones arqueológicas realizadas a partir de 2006 descubrieron modificaciones realizadas a principios del siglo XVI, incluyendo un foso alterado y ampliado sobre uno aún más antiguo.

En el lado sur, al desmantelar una estructura moderna, apareció una antigua puerta de entrada a la liza, revelando capas de historia acumuladas en los cimientos. En el interior del patio, un hoyo utilizado como basurero contenía vestigios de vajillas del siglo XV y principios del XVI, junto con huesos de animales y pulseras de vidrio.

Sean Connery y Audrey Hepburn, en 'Robin y Marian' Columbia Pictures

Los arqueólogos también descubrieron estructuras domésticas ajenas al castillo, datadas entre los siglos XI y XV, catalogadas como propiedades de la orden de Alcántara, incluyendo silos subterráneos. La barrera exterior, una segunda defensa, permanece inalterada, dejando posibles obras futuras para desentrañar más secretos de este cautivador lugar.

Desde su restauración en 2011, el Castillo de Villalonso se encuentra abierto al público, permitiendo a los visitantes sumergirse en la riqueza histórica y arquitectónica que guarda entre sus muros. Este puede visitarse los domingos, de 12 a 14.30 horas del 23 abril al 1 noviembre; por un precio de 2,5 euros (1,5 euros en entrada reducida).

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