Los negocios de Zamora que más echan de menos sus vecinos: de Reglero a Ramses II
Y tú, ¿qué comercios, bares, restaurantes o locales extrañas de Zamora?
26 enero, 2024 07:00Noticias relacionadas
- La fábrica de Reglero, cuando Zamora fue el imperio nacional de las galletas
- Ramses II, un viaje por la nostalgia a la discoteca más importante y querida de Zamora
- La Ley del Ruido se carga de un plumazo tres negocios de Zamora
- Del comercio tradicional a las cadenas: las franquicias se quedan con los locales de los negocios zamoranos cerrados
Con el paso de los años las esplendorosas calles comerciales de Zamora van apagando ese brillo que tan fuerte lucía en las décadas de los 60, 70, 80 o 90. Santa Clara, San Torcuato o San Andrés gozaban de una salud económica que muchos miran ahora con añoranza y, por qué no decirlo, con pena de lo que un día fue el tejido comercial de Zamora.
Hoy los industriales de la capital luchan a brazo partido junto a las instituciones públicas y otras entidades como Caja Rural de Zamora por mantener ese preciado bien que es el comercio local para una ciudad. Aunque muchos de los famosos negocios que tanto quisieron los zamoranos ya no están, otros han ocupado su lugar, reinventándose o con alguna franquicia. Así que para no seguir echando de menos negocios de la tierra, lo mejor es apoyarlos día a día para seguir teniéndolos con nosotros.
Pero el tema que nos ocupa hoy es la nostalgia. EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León ha hecho un viaje por la memoria zamorana para recoger algunos de los negocios que los vecinos de la Perla del Duero añoran y recuerdan fervientemente, por mucho que pasen lo años.
Reglero
Como no empezar este repaso por la historia con una de las empresas más queridas de Zamora. Y es que durante treinta años la capital zamorana fue sede de uno de los imperios galleteros más importantes de nuestro país.
Esta familia de pasteleros artesanos erigió durante tres décadas la penúltima última gran factoría de la ciudad en pleno corazón de Zamora, concretamente en la avenida Portugal, a un paso del parque de La Marina.
De esta próspera historia hoy queda la Confitería El esquiador, que recibe el nombre de la imagen corporativa más conocida de la familia galletera de Reglero, y que mantiene vivo el recuerdo de una de las factorías más potentes que tuvo jamás Zamora.
La historia de Reglero comienza con su patriarca, Gregorio quien inició su andadura pastelera en Moraleja del Vino. No fue hasta 1910 cuando este abrió su primera confitería en la capital zamorana, en la calle San Torcuato, ofreciendo una variedad de pasteles y dulces. Con el tiempo, la familia expandió su negocio y abrió varias confiterías en Zamora y una en Salamanca.
En los primeros años de la década de 1960, José Reglero, hijo de Gregorio, junto con sus hermanos, impulsó la creación de una fábrica en la avenida Portugal. Esta factoría se convirtió en una de las más importantes de Castilla y León, empleando a alrededor de 300 trabajadores y distribuyendo sus productos por toda España. La fama de los dulces, como las mayucas, nevaditos y pastas, contribuyó a consolidar el apellido Reglero como una insignia de la industria galletera.
Como olvidar también una de sus más insignes creaciones, los 'Caprichos de Reina'. José Reglero ideó estos bombones artesanales que se hicieron muy populares en la ciudad. La fama de estos dulces llegó a tal punto que José Reglero se presentó delante de la reina Sofía con una caja bajo el brazo durante la reinauguración del Teatro Principal de Zamora. El confitero no dudó en entregarle una caja de estas exquisiteces de café, almendra, piñones, licor de cereza, flan y turrón.
A medida que la fama y la producción de Reglero crecían, la ciudad de Zamora creía en población y tráfico, lo que dificultaba entrada y salida de la fábrica en el centro. Así que en los años 80 y 90, Galletas Reglero vendió la mayor parte de sus acciones y trasladó la producción al polígono industrial de Toro. Un hecho que marcó el fin de una era, ya que la fábrica en la avenida Portugal cerró sus puertas para siempre, aunque el edificio original se mantiene como bloque de viviendas y local comercial, tras ser demolida la fábrica en 2002.
Pero antes de eso, en 1993, el Grupo Siro adquirió todas las acciones de Reglero, manteniendo su nombre en sus conocidos productos. Posteriormente, en 2009, el gigante Arluy compró la marca de Reglero y continuó produciendo las galletas que todos conocían.
Afortunadamente, José Reglero hijo revivió la tradición familiar en 2013 al abrir la Confitería El Esquiador en uno de los locales. Un nombre que procede de la primera imagen de marca que su padre utilizó tanto en el escaparate como en todos los envoltorios de sus ya míticos dulces. Además, retomó la fabricación de los 'Caprichos de Reina', continuando la tradición de estos famosos bombones artesanales, para alimentar no solo el estómago, sino la añoranza de los zamoranos.
Almacenes Emilio Prieto
En 2010, Zamora se despedía de los Almacenes Emilio Prieto tras 134 años de historia en la plaza de Sagasta. Casi un siglo y medio de vida decían adiós tras recibir a miles de zamoranos, que acudían a su local para encontrar todo lo que necesitaban para ponerse de lo más elegantes a buen precio.
Eso sí, solo dos años después las cristaleras de los almacenes volvían a la vida con una oferta textil, aunque esta vez de la mano del gigante de la moda United Colors of Benetton. Un negocio que también ha abandonado recientemente la ciudad, concretamente en enero de 2023, para dar paso a una nueva librería.
Pub 43
El Pub 43 hubiera cumplido 20 años en Zamora si el pasado junio de 2022 sus dueños, Mario Carnero y Roberto Cisneros, no hubieran decidido cerrar sus puertas. El propio Mario explicó por entonces en redes sociales que el exceso de celo en la aplicación de la Ley del Ruido de Castilla y León fue la estocada definitiva a una situación económica muy dura a causa de la pandemia del COVID.
La pareja de hosteleros había cerrado temporalmente el local durante los toques de queda y la retahíla de restricciones que se sucedieron entre 2020 y 2021. Pero pasado lo peor del temporal, volvieron para regocijo de los zamoranos que tenían en ese local su templo del rock.
Una alegría que duró poco puesto que ese verano de 2022, Mario y Roberto despedían a sus paisanos para siempre por no poder asumir unas reformas en su local en base a esa Ley de Ruidos de 2009. En aquellas fechas, Mario explicaba que "el poder de un funcionario del Ayuntamiento de Zamora nos dio la estocada final, y ya no estamos para batallas absurdas".
Un cierre que aún duele para aquellos que entran en las galerías comerciales de La Marina y ven el que fue el Pub 43 cerrado, sin su tan característico cartel. Ya nada es lo mismo allí sin Mario fumando y charlando animadamente a la puerta, sin su impresionante colección de guitarras colgadas firmadas por los más grandes del mundo del rock, sin sus terroríficas fiestas de Halloween. Todos añoran al 'bro' cada noche de fiesta en Zamora.
Ramses II
Y cierra este viaje por la nostalgia el local de fiesta más famoso de Zamora de todos los tiempos: Ramses II. Inaugurado el 28 de diciembre de 1978, este negocio siempre tendrá un lugar especial en el corazón de los zamoranos especialmente para aquellos que vivieron su juventud en las décadas de los 80 y 90. Con 1.400 metros cuadrados de establecimiento, esta icónica sala de fiestas dejó una marca imborrable en la memoria de los vecinos de Zamora y sus alrededores.
Más de veinte años de historias de las que fueron testigo las paredes exquisitamente decoradas por Bardiales, a base de escayola labrada, con sus sinuosas paredes en formas curvas y detalles dorados. A esto le acompañaban algunos motivos egipcios, como sus cañeros de cerveza o la decoración de sus cristaleras. Ramses II fue un punto de encuentro para la diversión y la música, acogiendo a grandes artistas de la época como Bertín Osborne, Triana, María Jiménez, Francisco y muchos más
La sala, con capacidad para 1.650 personas, se convirtió en la discoteca más grande de la provincia, eclipsando incluso a ciudades vecinas como Salamanca y Valladolid. Además de las actuaciones musicales, Ramses II fue pionero en la organización de eventos temáticos, desfiles y concursos de baile, karaoke y DJ, contribuyendo al surgimiento de talentos locales.
Un episodio que a buen seguro sigue grabado en la mente de muchos fue la historia ocurrida en abril de 1994, cuando la discoteca intentó realizar la primera fiesta exclusivamente para mujeres con un striptease de hombres. Pero las cosas no salieron muy bien. los responsables de la sala no contrataron inicialmente a Los Sex Boys de verdad, "sino cuatro tíos que no tenían ni carnes", relata entre risas el pincha de la época Jesús Rodrigos. Algo que no gustó nada al público femenino zamorano que "casi nos mata", recuerda el antiguo DJ.
Tal fue el lío que la discoteca tuvo que cancelar el evento y, semanas más tarde, por fin llegaron Los Sex Boys de verdad, los originales. Hasta 1.450 mujeres abarrotaron la Ramses II, que se hicieron dueñas y señoras del local durante toda esa rocambolesca noche.
Ramses II supo adaptarse a las tendencias musicales de cada época, desde las canciones de moda juvenil hasta los ritmos más exigentes para un público adulto. Los viernes eran especialmente destacados con eventos de karaoke, baile y fiestas de estudiantes, convirtiendo a Ramses II en el lugar de elección para las primeras noches de fiesta de toda una generación.
Más que una simple discoteca, Ramses II se convirtió en también en el "salón de congresos de Zamora", albergando eventos, negocios, desfiles de moda, concursos e incluso bodas. El lugar sirvió como punto de encuentro para socializar, hacer amigos, ligar y simplemente disfrutar de la compañía de los demás.
Hoy en día, el cariño hacia Ramses II perdura en el corazón de los zamoranos, manteniendo vivo el recuerdo a través de grupos en redes sociales donde comparten fotos y anécdotas. Es más, hace solo unas semanas, Jesús Rodrigos decidió homenajear a toda aquella época con una fiesta en recuerdo a Ramses II en Ifeza, que resultó todo un éxito.
Este local, que abrazó dos décadas de la historia de la ciudad, sigue siendo recordado como un espacio único que unió a generaciones y dejó una huella imborrable en la cultura y la memoria colectiva de Zamora.
Y muchos más
La nostalgia es infinita y podríamos seguir recordando y recordando sin parar. Pero no queremos despedirnos sin nombrar otros históricos negocios como los Almacenes García Casado, el Corte Inglés zamorano que ahora está en ahora en proceso de volver a la vida en forma de viviendas y una franqucia de Ale-Hop.
Tampoco olvidamos a la Camisería Hernández, que llegó a vender sombreros al mismísimo rey Alfonso XII y ahora sigue el legado familiar en forma de restaurante, La Baraka. O el querido pub Molly Malone, cerrado en pandemia tras 18 años de historia y ahora convertido en una de las pizzerías más populares de la ciudad.
Y, como no, la mítica sala de recreativos Olimpiada, cerrada en 2011. Un local que pudo sumar 25 años viendo a generaciones de zamoranos echar sus partidas a las 'maquinitas'; y que a diferencia del resto nunca más ha albergado otro negocio.