Cuatro lugares mágicos de la noche vallisoletana
“La noche sugiere, no enseña. La noche nos encuentra y nos sorprende por su extrañeza; ella libera en nosotros las fuerzas que, durante el día, son dominadas por la razón”, aseguró el fotógrafo, dibujante, escultor, escritor y periodista húngaro Brassai, pseudónimo de Gyula Halász.
En el caso de la noche pucelana, además de sugerir, ilustra y lo hace por su belleza, por la magia y el encanto que desprenden sus calles y por la historia que aportan sus monumentos y construcciones más emblemáticas que son adoradas por los ciudadanos de la capital del Pisuerga y envidiadas por los turistas que hasta aquí se acercan.
En esta ocasión nos adentramos, cuando el sol se pone, en cuatro lugares mágicos como son el Puente de la Hispanidad, la Plaza de la Universidad, la Catedral y la Plaza Zorrilla y sus alrededores y analizamos su encanto con María Martín, guía oficial de Valladolid.
El Punte de la Hispanidad, una construcción peculiar
De noche toma otra belleza mucho más apreciable. El Puente de la Hispanidad es un lugar precioso para perderse de noche, bien en pareja, con el viento golpeando los rostros de ambos en las noches de verano, con amigos, o incluso sin compañía alguna para disfrutar en silencio de su encanto.
Contruído entre los años 1996 y 1999, fue proyectado y dirigido, en lo que a la construcción se refiere, por Joan José Arenas y Marcos Pantaleón y su función pasaba por comunicar Vallsur, con las diversas urbanizaciones de Covaresa, e incluso con Arroyo de la Encomienda, gracias a sus 156 metros.
“Del Puente de la Hispanidad destacan los tirantes”, asegura María Martín, guía oficial de Valladolid, y es que estos están anclados de forma que la carga de tracción se transmite por el lado del marco más alejado al río hasta el contrapeso por lo que hacen una labor funcional además de estética.
La Plaza de la Universidad, historia en estado puro
Es una de las plazas más conocidas ya no solo a nivel local, sino regional, con un ambiente universitario y juvenil que llegan a su máximo esplendor los jueves, viernes y sábados por la noche, momentos en los que estos aprovechan para pasar un rato divertido.
También es un lugar con mucha historia, que en la época del Conde Ansúrez y como nos cuenta María Martín “correspondía a la Plaza del Mercado” y en la que se ubica la estatua de Miguel de Cervantes.
"La escultura de Miguel de Cervantes estaba delante de la casa que llevaba su nombre y se llevó después a la Plaza de la Universidad cuando se abre al tráfico Miguel Íscar. Posteriormente también podemos apreciar una placa dedicada al Camino de la Lengua, pergamino y pluma, con el fin de incluir a Valladolid dentro de este camino, ya que fue uno de los primeros lugares en los que se pudo ver los manuscritos en lengua castellana”, asegura la guía oficial de la capital del Pisuerga.
La Catedral de Valladolid, una obra inconclusa pero sumamente bella
Con la Catedral de Valladolid, que surgió en el S. XVI y fue la última obra de Felipe II, se pensaba construir “el monumento de estilo religioso más importante de Juan de Herrera”, a imagen y semejanza de El Escorial, la obra a nivel civil más importante del arquitecto, geómetra, matemático y militar de Roiz.
Todo parecía que iba a ir bien, al ser la capital castellano y leonesa la capital de la Corte, sin embargo, la falta de recursos provocó que esta preciosa construcción se quedara finalmente al 40-45%, que fue a lo que se llegó en el año 1668.
La Catedral es la sede de la Archidiócesis de Valladolid y un punto neurálgico muy importante durante la celebración de la Semana Santa. Además, el ambiente a sus alrededores es fantástico para disfrutar de un refresco en la mejor compañía.
Plaza Zorrilla y alrededores, un lugar con encanto
Nuestro repaso por estos cuatro enclaves mágicos de la noche vallisoletana concluye en la que anteriormente se conocía como Puerta del Campo, por “servir de entrada a la parte amurallada de la ciudad”, como nos cuenta María Martín, que ahora se conoce como la Plaza Zorrilla.
Precisamente el monumento del escritor, inaugurado en 1900 tras fallecer en 1893, preside un enclave privilegiado en el que se puede disfrutar del Campo Grande, andar por la Acera Recoletos hasta la Plaza Colón o disfrutar con cámara en mano de la Academia de Caballería.
Cuatro lugares espectaculares en resumen tanto para los vecinos de Valladolid, como para los turistas para disfrutar de una ciudad cargada de historia, con enclaves privilegiados dignos de ser contemplados.