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Fallece el español Adolfo Nicolás, superior general de la Compañía de Jesús entre 2008 y 2016

20 mayo, 2020 13:42

El español Adolfo Nicolás, superior general de la Compañía de Jesús entre 2008 y 2016, ha fallecido este miércoles a los 84 años en Tokio, donde permanecía ingresado en un hospital desde que se le diagnosticó una grave enfermedad.

"Queridos hermanos: Con dolor, pero a la vez lleno de agradecimiento, quiero comunicarles que este 20 de mayo, en Tokio, el Señor ha llamado junto a Sí al P. Adolfo Nicolás, nuestro anterior Superior General", ha anunciado el actual general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, en un comunicado.

Según han informado desde la Compañía de Jesús, el funeral tendrá lugar en Tokio el 21 de mayo a las 17:00 hora local (en España las 10:00 h) y se retransmitirá por Internet.

Nicolás fue elegido general de la Compañía de Jesús el 19 de enero de 2008 y estuvo en el cargo hasta el 3 de octubre de 2016, cuando presentó su renuncia. "El padre Nicolás estuvo lleno de calidez, bondad y alegría", ha apuntado Sosa.

El actual responsable de los jesuitas ha destacado al "Adolfo más real", al que ha definido como "un hombre sabio, humilde y libre; entregado al servicio de modo total y generoso; conmovido por los que sufren en el mundo, pero a la vez rebosante de la esperanza que le infundía su fe en el Señor Resucitado; excelente amigo, de los que aman la risa y hacen reír a otros; un hombre del Evangelio".

"Es una bendición haberlo conocido. A la vez que oramos por su felicidad eterna junto al Señor, a quien tan bien sirvió, pedimos poder continuar nosotros igualmente sirviendo a la misión como lo hizo él, con bondad, con generosidad y con alegría", ha concluido Sosa.

Nacido en Villamuriel de Cerrato (Palencia) en 1936, entró en el noviciado de los jesuitas de Aranjuez en 1953. Con 24 años fue destinado a Japón. Desde ese momento hasta su elección como Superior General, en 2008, trabajó en Asia, sobretodo en Japón y Filipinas, desempeñando distintos cargos, entre ellos el de Provincial de Japón durante la década de los 90, o el de moderador de los Provinciales Jesuitas de Asia Oriental y Oceanía. También trabajó con población inmigrante y desfavorecida en una parroquia de Tokio.

En 2008, tras la renuncia del P. Peter-Hans Kolvenbach, fue elegido por la Congregación General 35 como Superior General de los jesuitas, convirtiéndose en el vigésimo noveno sucesor de San Ignacio y el séptimo jesuita de nacionalidad española que ocupa este cargo. A su generalato, según informa la Compañía, aportó su conocimiento y sensibilidad de las culturas orientales, la espiritualidad en diálogo con otras religiones y reafirmó el compromiso prioritario por la promoción de la justicia y la reconciliación.

A lo largo de estos años, lideró un trabajo de reestructuración de la provincias jesuíticas europeas y americanas y, sobretodo, insistió repetidamente en la necesidad de combatir la superficialidad, trabajando desde la profundidad y la creatividad. A lo largo de su gobierno, también animó a los jesuitas a redescubrir la dimensión universal de la Compañía de Jesús y a impulsar la colaboración con otros, creyentes o no. Algunos de los acentos de su generalato fueron el trabajo en favor de los más desfavorecidos, la ecología, la reconciliación y el trabajo por la paz como principio irrenunciable; o la educación de los jóvenes.

En 2014, a la edad de 78 años, anunció su voluntad de presentar la renuncia, lo que hizo ante la Congregación General 36, celebrada en Roma en 2016. Tras ello, regresó a Asia, primero a Filipinas y después a Japón, donde ha residido hasta ahora.

Se le ha definido como un hombre marcado por su larga trayectoria en Asia y el contacto con la cultura y religiones orientales: ecuménico, comprometido con el diálogo interreligioso y entre culturas. Asimismo, de su personalidad se ha reconocido siempre su gran apertura, su sencillez e inteligencia.