Saltarse el estado de alarma les salió caro
La Policía Municipal de Valladolid ha impuesto 4.750 denuncias por incumplir las medidas establecidas para el confinamiento, la restricción de movimientos o la desescalada durante los más de tres meses en los que ha estado en vigor el estado de alarma por la pandemia del coronavirus.
Así han informado a Europa Press fuentes municipales en un balance que se cerró el pasado sábado, 20 de junio, última jornada en la que la ciudad de Valladolid estuvo en estado de alarma, 96 días después de aquel 15 de marzo en el que entró en vigor el decreto anunciado un día antes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El primer día del estado de alarma la Policía Municipal levantó 33 actas de denuncia y buena parte de ellas, un total de ocho, fueron a bares que habían abierto sus puertas ese domingo cuando su actividad estaba ya prohibida.
En esos primeros días con esta nueva normativa, la labor de los agentes se centró más en detectar empresas que estuvieran abiertas al público sin estar incluidas en las excepciones inicialmente previstas --incluida la sede de un sindicato--, y también atendieron varios casos, sobre todo de 'call center', en los que los trabajadores llamaban para reclamar que se hiciera a la empresa cumplir las medidas de distanciamiento y de seguridad.
Pronto comenzaron a aumentar las denuncias a particulares, sobre todo por encontrarse en la calle sin justificación, incluso reunidos en grupos "para fumar un porro", por pasear al perro demasiado lejos de casa o por circular sin justificación. Hubo detenciones también, sobre todo en casos en los que, además de encontrarse en la calle sin justificación, los individuos se resistían a la identificación o se ponían violentos con los agentes.
El 21 de marzo, sábado, ya se superó el centenar de denuncias diarias (131) y el día 30 de ese mes, un lunes, se alcanzó la cifra máxima de las que ha informado la Policía Municipal durante estos tres meses, con 147 actas, 19 de ellas a conductores.
El fin de semana del 21 y 22 de marzo fue el que concentró mayor cantidad de sanciones, con 234, y aunque ya no se volvieron a alcanzar esos niveles, todavía hubo varios días en el mes de abril en los que la Policía Municipal informó de más de 100 denuncias, como el Sábado Santo, cuando se alcanzó esa cifra. De hecho, entre los cuatro días de lo que habría sido la Semana Santa se levantaron 320 actas de denuncia.
La segunda mitad de abril observó un mejor cumplimiento de las normas por parte de los vallisoletanos y la cifra de denuncias diarias descendió hasta una media de entorno a 50 ó 60, aunque se hacía necesario, por parte del entonces concejal de Salud Pública y Seguridad Ciudadana, Antonio Otero, pedir una mayor responsabilidad.
El día 26 de abril se produjo el primer paso hacia la desescalada, con la novedad de que se permitía salir a los niños de hasta 14 años a dar un paseo acompañados por uno de sus progenitores, con unas condiciones que fueron también vigiladas por la Policía. Así, el día 28 se puso la primera denuncia a una pareja por haber salido los dos juntos a dar un paseo con su hijo.
Ya el 2 de mayo se permitían las salidas de la población adulta para hacer deporte o dar paseos, en el caso de los mayores, y con franjas horarias diferenciadas en función del grupo de edad. Con ello se observó un incremento de los incumplimientos de las normas y las denuncias volvieron a rondar las 100 diarias, con 114 el lunes 4 de mayo o 87 el sábado 9.
El día 11 de mayo Valladolid pasaba a la fase 0 de la denominada desescalada, pero todavía las actividades estaban muy limitadas, por lo que la Policía esa semana seguía con unas 70 denuncias diarias y tuvo que denunciar alguna fiesta en domicilios con reuniones de personas no convivientes, que seguían sin permitirse.
Los establecimientos hosteleros, que aún no podían abrir al público, sí que podían trabajar para atender pedidos a domicilio o para recoger en sus puertas, pero se detectó a alguno, como ocurrió el 10 de mayo, que tenía clientes en su interior, por lo que fue denunciado.
El cambio más acusado en la situación llegó el lunes 25 de mayo, cuando con el paso a la fase 1 de toda la provincia permitió por fin la apertura de las terrazas de los establecimientos hosteleros y de gran parte de los establecimientos comerciales, con lo que los motivos para estar en la calle eran ya numerosos.
Con ello, el 1 de junio fue el primer día en dos meses y medio en el que la Policía Municipal no notificó actas de denuncia por incumplir el estado de alarma.
Eso sí, los agentes ahora tenían que vigilar el cumplimiento de la normativa del nuevo estado de alarma en los bares, ya que no se podía atender a clientes en el interior de los locales y así se pusieron dos denuncias a establecimientos de este sector el propio 25 de mayo, mientras que a otros se les advertía de que debían cumplir las medidas de distanciamiento entre mesas en sus terrazas.
Además, seguía limitado el número de personas que podían estar reunidas, que no podía superar las diez, por ese motivo se denunciaron a varios grupos reunidos en la calle de once o doce personas. El 4 de junio todavía se levantaron 27 actas, la mayor parte a personas que se encontraban reunidas por encima de lo permitido.
Finalmente, con los pasos a Fase 2 (el 8 de junio) y 3 (el día 15), la ciudad fue recuperando una normalidad casi total, salvo por el uso de mascarillas de forma generalizada, y de esa forma se llegó al final del estado de alarma.