El militar herido en la pelea por el tobogán en Arroyo: "¡Si en lugar del pie me cogen del cuello, estoy muerto!"
El principal lesionado con motivo de los incidentes registrados en abril de 2018 en un parque infantil en Arroyo de la Encomienda (Valladolid), donde cuatro adultos cerraron a golpes una disputa previa entre sus hijos, ha asegurado que aquel día podía incluso haber muerto.
"¡Si en lugar del pie me cogen del cuello, estoy muerto!", ha mantenido este martes, durante el primero de tres días de juicio en la Audiencia de Valladolid, el militar Alejandro P.Ch, de 43 años, quien desde entonces sigue de baja por una grave lesión en el tobillo--sufrió una fractura del lisfranc de la que fue operada--y se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico y psicológico.
Del día de los hechos, por los que el militar comparte banquillo con sus supuestos agresores, el matrimonio formado por José Antonio P.G. y Carlota F.L. y un amigo de éstos, Daniel B.G, el principal lesionado ha negado que antes de la violenta pelea se dirigiera con insultos de contenido sexual a los hijos de los otros acusados al recriminarles por haber quitado el precinto de un tobogán en el que jugaban sus hijas.
En declaraciones recogidas por Europa Press, Alejandro P.Ch. ha rechazado que llamara "borracha" a la madre de unos de los hijos de sus contendientes o que se dirigiera a los menores en términos de "me chupas la punta de la polla" tras encaramarse con sus 100 kilos de peso a lo alto del tobogán y se sentara en él para, según sus palabras, evitar que sus niñas pudieran sufrir algún accidente al quedar el tobogán desprovisto del referido precinto.
Petición de seis años para dos acusados
El militar, cuyo letrado pide hasta seis años de cárcel para el matrimonio que le acompaña en el banquillo--tal petición es lo que ha motivado que el juicio se celebre en la Audiencia Provincial--, ha sostenido que al bajar del tobogán uno de los otros acusados, Daniel B.G, se abalanzó sobre él y le propinó un puñetazo en el rostro y que al caer al suelo estuvo a punto de aplastar a su propia hija, para entonces sumarse a la refriega el matrimonio compuesto por Carlota y José Antonio.
De la primera ha asegurado que trató de sacarle los ojos y de su cónyuge que le agarró del pie y comenzó a retorcérselo, de ahí la grave lesión sufrida que le mantiene apartado desde entonces de su profesión como militar. "¡Lo tengo grabado a fuego debido a la fuerza que emplearon contra mí. Si en lugar de pie me cogen del cuello, estoy muerto!", ha insistido el testigo y, a su vez, acusado.
Frente a su versión, Daniel B.G. ha recordado que aquel día él y su esposa celebraban el cumpleaños de ésta con el otro matrimonio acusado y que en un momento dado sus hijos llegaron muy alterados y les advirtieron de que un señor no les dejaba jugar en el tobogán y les había dirigido unos improperios muy feos de tipo sexual.
El acusado acudió entonces "alterado" al encuentro del militar para pedirle explicaciones y, según su testimonio, es cuando este último le dio un manotazo que le tiró las gafas. "Es cierto que entonces le di un puñetazo", ha reconocido Daniel, quien, sin embargo, asegura que al caer ambos al suelo Alejandro le hizo una llave propia de su formación militar y comenzó a tratar de asfixiarle, cosa que no pudo al acudir en su auxilio Carlota.
La aludida, por su parte, mantiene que el militar le propinó inicialmente una patada en el muslo y que ella se limitó luego a meterse en la pelea entre Alejandro y Daniel para tratar de separarles, sin que en la misma participara en momento alguno su marido, José Antonio.
"Es cierto que me puse a caballito sobre Alejandro y que al tratar de separarle de Daniel le tiré del pelo y pude meterle los dedos en los ojos, pero eso fue sin querer", ha explicado Carlota.
Su marido ha corroborado la versión de que no llegó a tener contacto físico con Alejandro, ya que ni siquiera se sumó a la pelea en el suelo, y que su única participación consistió en intercambiar varios puñetazos con dos amigos del militar a fin de que éstos no se inmiscuyeran en lo que estaba ocurriendo.
Una invención del militar
"Se ha inventado mi participación para justificar la lesión que tiene", ha denunciado José Antonio, mientras que su esposa sostiene que el militar finge el alcance de sus secuelas. "Le he visto llegar andando al edificio y para nada cojeaba, tenía que haberle grabado", ha asegurado a los tres magistrados que componían el tribunal.
También han testificado cuatro guardias civiles que acudieron al escenario de la pelea, dos de los cuales han indicado que al tomar declaración al militar, éste no identificó a José Antonio como el autor de su lesión en el tobillo, circunstancia que esgrimen las defensas como indiciaria de que Alejandro bien pudo causarse la fractura al bajarse de un salto del tobogán o accidentalmente al caer al suelo durante la refriega.
El juicio, en principio, se desarrollará hasta este jueves. Mientras que para el militar las acusaciones piden el pago de multas por delitos de lesiones leves, el matrimonio compuesto por José Antonio y Carlota y su amigo, Daniel, se exponen a penas de un año de prisión, tal y como solicita para ellos el fiscal, si bien el letrado del principal lesionado eleva hasta seis años las peticiones de pena para la referida pareja.