¿Compensa abrir el bar para servir solo en terraza? Hablan los hosteleros de Zamora y provincia
Se ha cumplido el peor de los temores para los hosteleros de Castilla y León. La Junta ha vuelto a decretar el cierre de sus espacios interiores durante, al menos, los próximos quince días. En un Bocyl 'exprés' y sin casi poder prepararse para ello, los dueños de bares y restaurantes vuelve a tener que enfrentarse a las pérdidas económicas que supone poder atender a los clientes solo en sus terrazas, con el difícil añadido de la durísima bajada de temperaturas que vive la Comunidad estos días. Mínimas de -6 grados que hacen que tomar un café o una caña en una terraza sea, cuanto menos, 'deporte de riesgo'.
Una situación que pega de lleno con la ya castigada hostelería zamorana, que día a día lucha con el grave problema de la despoblación en la capital y provincia, donde cada cliente cuenta, y ahora vuelven a ver cómo las medidas restrictivas ponen contra las cuerdas su delicada situación económica. Noticiascyl Zamora recoge, este primer día de restricciones, los testimonios de cuatro hosteleros de la provincia, con visiones muy similares, pero que han tenido que decidir casi en 24 horas cómo afrontar, de nuevo, esta apertura a medias. La Cueva del Jazz y café Numancia, en Zamora capital; y bar Estudio Uno en Carbajales de Alba y bar Mavic en Torres del Carrizal afrontan como buenamente pueden las próximas dos semanas de restricciones.
La Cueva del Jazz
Una de las terrazas más acogedoras y especiales de la capital, que ya 'sobrevivió' a casi quedarse cerrada durante la primera de las restricciones de la Junta, por ser una terraza interior, afronta con relativa esperanza que la respuesta de sus clientes sea suficiente para mantenerse abiertos. En declaraciones a este periódico, Óscar Sotelo explica que de sus dos locales, solo la conocida como 'Cueva de Abajo' abrirá sus puertas, mientras que en la plaza del Seminario paran desde hoy completamente su actividad.
La familia regente de la sala de conciertos referencia en la ciudad considera que "cada euro que se gana merece la pena". Eso sí, a la duda de sí "sale o no a cuenta" la apertura solo en terrazas, la respuesta es clara: No. "Pero mientras las ayudas no llegan hay que comer", matiza Sotelo. Por ello, La Cueva del Jazz abrirá previsiblemente esta semana, a la espera de valorar si el apoyo de la clientela en estas difíciles circunstancias y "si nos números no salen", durante la segunda semana La Cueva echará el cierre. De hecho, a cuenta de esta desastrosa situación económica y en vista de estas nuevas restricciones, La Cueva del Jazz ha tenido que mandar al ERTE al único empleado que les quedaba, tras haber tenido que prescindir de otros dos camareros con anterioridad.
Por último, Óscar Sotelo hace referencia a la mala gestión de la propia Junta en materia de ayudas a su sector. Y es que el hostelero zamorano recuerda que "aún no ha salido la convocatoria de las ayudas para el cierre decretado en noviembre de 2020, "las pocas que han salido tienen requisistos casi imposibles de cumplir, y para cuando llegue el dinero, muchos de esos negocios ya habrán tenido que cerrar".
Café Numancia
También en la capital zamorana está la preciosa y ajardinada en primavera terraza del mítico café Numancia. Pero a varios grados bajo cero, para su regente Miguel resulta "un castigo" a sus fieles clientes obligarles a tomar una buena jarra de cerveza en esas condiciones. A diferencia de La Cueva, el Numancia no abrirá sus puertas en estos quince días de restricciones. Y es que a Miguel "no le compensa" abrir solo de esta forma teniendo en cuenta que su clientela "es de tarde-noche" y con las temperaturas actuales se hace "imposible" estar en su terraza de la plaza de Cristo Rey.
Algo que lamenta y que lleva lamentando desde que comenzaran las restricciones a la hostelería. Miguel denuncia que la Junta de Castilla y León "ha culpado" a los hosteleros del aumento de contagios, pero asegura que son ellos quienes "más y mejor" han acatado todas y cada una de las normas que el Gobierno Autonómico ha ido imponiendo a su sector. Y mientras, el hostelero zamorano explica que esa circunstancia también pasa factura mentalmente, tras una vida dedicada a la barra. "Yo no puedo estar en casa sin hacer nada, se me hace muy duro para la cabeza", asegura. De hecho, Miguel bromea sobre que es "la primera vez en su vida" que hace una jornada de cuatro horas, porque aunque actualmente abre sobre las 16 horas, su fiel clientela no acude hasta las 19 en adelante hasta el toque de queda a las 22 horas. Una difícil forma de ser rentable sumando, además, que con la restricción del 30% en el aforo "cuando la cosa se anima y tengo 20 clientes ya no puedo dejar entrar a nadie más", añade.
Bar Estudio UNO
"No puedo tener abierta la terraza a menos ocho grados que hacía esta misma mañana en mi calle, ¿quién va a sentarse a tomar un café así?". Tajante y claro se mostraba Rafael Lorenzo sobre la posibilidad de mantener su terraza abierta en el bar Estudio UNO, que regenta en Carbajales de Alba. Localidad muy afectada por las intensas nevadas de estos días y que aún mantiene varias de sus calles con nieve congelada, una de ellas, la del propio Estudio UNO.
Rafael Lorenzo asegura que no compensa "para nada" abrir en estas circunstancias, al menos en su caso. "Cuando vas a trabajar es para sacar tu negocio adelante, no solo para sentirte bien, porque tenemos muchos gastos y no puedes tener la terraza abierta para que solo de pérdidas", lamenta el hostelero. Algo que secundan los vecinos de Carbajales, que comprenden "perfectamente" la decisión del hostelero local, pero se muestran en total desacuerdo con la Junta en sus decisiones. Rafael Lorenzo reproduce las palabras de muchos de sus clientes que aseguran que "mientras en las salas de espera del hospital no se limpian en cada uso los asientos", bares como el de Carbajales "estamos balleta en mano todo el tiempo desinfectando mesas y sillas en cada uso".
El regente de uno de los bares más populares de Carbajales asegura "no conocer" ni un solo foco de contagio que provenga de bares o restaurantes en nuestra provincia, por lo que muestra su enfado por "el señalamiento" de la hostelería como "casi única culpable" del empeoramiento de la situación epidemiológica de Zamora.
Bar Mavic
Abrir aunque no compense, por no estar de brazos cruzados. Es la decisión que toma la familia de cuatro que regenta el bar Mavic en Torres del Carrizal, uno de los dos únicos que quedan en el pueblo. Ante esta nueva tesitura y cuatro trabajadores dados de alta, la familia Reguilón-Raigada intenta adaptar como puede su terraza con un cañón de aire caliente prestado y tapando solo un par de zonas de la terraza (acorde con la normativa).
Con estos "pequeños apaños" y una jornada que va de nueve de la mañana a diez de la noche luchan por sacar 20 o 30 euros de caja con las consumiciones de la terraza, que "para nada compensan los gastos diarios, pero no podemos estar mano sobre mano". Y es que Víctor Reguilón lamenta que mientras no facturan "ni la décima parte" de lo que habitualmente sacaban día a día, la Junta de Castilla y León "no ha sacado ni una sola ayuda, que llevan anunciadas desde hace más de un mes".
Enfado mayúsculo el de esta familia de hosteleros, que "dan gracias" a que no tienen que pagar alquiler o hipoteca ya de su local, pero que se solidarizan con otros compañeros que sí tienen que afrontar ese gasto "y no se puedan permitir abrir porque les ahoguen las deudas".
Por último, el hostelero de Torres del Carrizal critica duramente la eficacia real de esta medida restrictiva y que ve a diario en su propio negocio: "Si yo tengo ocho mesas en el interior puedo controlar que la gente esté separada, de seis en seis, pero en la terraza, con este frío que hace, la gente se termina juntando en las pocas zonas con sol y al final es contraproducente".