El Obispado de Valladolid cree que hay posibilidad de celebrar algún acto de Semana Santa en la calle, como el Sermón de las Siete Palabras
El obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, ha apuntado este lunes quizás algunos actos de la Semana Santa pudieran llevarse a cabo en espacios públicos, como podría ser el Sermón de las Siete Palabras del Viernes Santo, "con el permiso de las autoridades sanitarias y la colaboración del Ayuntamiento".
Así lo ha señalado el también portavoz de la Conferencia Episcopal Española en una entrevista en la programación local de la Cadena COPE de Valladolid, donde ha dado por hecho que la celebración de procesiones en su formato habitual no se va a propiciar "para que no haya una nueva ola" de la pandemia.
En sus declaraciones, Argüello ha empleado una metáfora con la lluvia, un elemento que suele ser habitual en la Semana Santa vallisoletana y a cuyas expensas están las procesiones, pues ha recordado que ha habido años en los que ha llovido "todos los días" y eso ha complicado mucho los desfiles. "Pues este año tenemos una lluvia de coronavirus que va a impedir salir a la calle en las procesiones y que tampoco depende de la autoridad eclesiástica", ha precisado.
Eso sí, ha matizado que "otra cosa es" que se puedan celebrar algunos actos de la semana de Pasión en espacios públicos de la ciudad, como sería el caso del Sermón de las Siete Palabras, que tradicionalmente se desarrolla si la lluvia no lo impide en la Plaza Mayor. "Con la colaboración del Ayuntamiento, con la autorización de la autoridad competente, distribuir sillas, controlando el acceso y poniendo distancia", ha añadido el obispo auxiliar.
De hecho, ha apuntado que en este acto incluso podría haber "menos riesgos" si se lleva a cabo en el exterior que si se agrupa un número similar de personas dentro de un templo.
Así, ha apuntado que en las próximas semanas se podría estudiar algún tipo de celebración que no suponga una aglomeración de personas, siempre que la evolución de la pandemia sea positiva en este tiempo, ha precisado.
La fe católica llega a unas semanas importantes, que arrancan este día 17 con el Miércoles de Ceniza, y la posterior Cuaresma, con el Triduo Pascual y la llegada de la Semana Santa a finales de marzo.
Ante ello, el obispo Argüello ha insistido en su posición ante las restricciones establecidas por la Junta de Castilla y León para las celebraciones religiosas en los templos, acerca de las cuales reclama que se modifiquen para establecerlas de una manera más proporcional, en función de la superficie de las iglesias.
"Es bueno reconocer que las autoridades están haciendo lo posible por evitar contagios y aceptamos las restricciones, queremos colaborar en que la pandemia no se extienda pero creemos que es mejor que haya medidas proporcionales", ha reflexionado Argüello, quien ya manifestó esta queja hace una semana cuando se conoció la denuncia impuesta en la iglesia de San Benito cuando en su interior se encontraban 50 personas, lo que duplica el máximo establecido actualmente en las medidas sanitarias.
Así, ha subrayado que "todavía es posible" que de cara la Cuaresma la Junta establezca criterios proporcionales "y no de númerus clausus" que permitan "vivir la cuaresma" a los fieles, después de que en 2020 "casi no se pudiera celebrar con un confinamiento mucho más estricto".
Este año, en cambio, sí que se podrá celebrar el culto, así como actos como la imposición 'a distancia' de la ceniza, el triduo pascual y espera que también al menos las eucaristías de la Semana Santa, "cuidando todas las medidas preventivas".
TEMPLOS ABIERTOS TODO EL DÍA EL MIÉRCOLES DE CENIZA
Ante la celebración más inminente, la del Miércoles de Ceniza, Argüello ha recordado que la Congregación para el Culto decretó hace unos meses que ante la dificultad para el contacto físico y, por lo tanto, para que el sacerdote dibuje la señal cruz con la ceniza en la frente de los feligreses, este año se derrame a cierta distancia sobre las cabezas.
Sobre esta celebración, ha añadido que ya hace unas semanas la Archidiócesis ha pedido a los sacerdotes y las personas que colaboran en las parroquias que los templos estén abiertos "a lo largo de la jornada", tanto para la eucaristía, como para que los fieles puedan acudir a los templos para reflexionar sobre los dos mensajes principales que, en su opinión, deja esta jornada: "Conviértete y cree en el Evangelio" o "Recuerda que eres polvo y que al polvo hay que volver".