El acusado de manipular a una nonagenaria alega que no se enteró hasta 2020 de que era su heredero universal
El vecino de Valladolid acusado de engatusar a una nonagenaria rica e incapacitada para que le dejara una fortuna millonaria, a pesar de no guardar ningún parentesco con ella, ha alegado este jueves que desconocía que la ya fallecida le hubiera dejado una herencia de más de 1.500.000 euros.
Su declaración, en calidad de investigado, ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 se enmarca en las pesquisas iniciadas a finales del pasado año a raíz de que una sobrina de la anciana, que inicialmente era su heredera universal y encargada de su custodia, denunciara ante la Guardia Civil la posible estafa cometida sobre su tía tras enterarse de que ya no figuraba en el testamento y sí el denunciado.
El investigado, J.C.V, camarero de profesión, ha sostenido ante la juez del caso que el 28 de julio de 2017 acompañó en taxi a la nonagenaria, A.Z.Z, clienta de su bar, hasta una notaría sin saber cuál era el motivo de dicho traslado, ya que, según ha añadido, ni siquiera subió con la anciana.
En su descargo, ha explicado que no sabía que la mujer le había dejado como heredero universal de su fortuna, algo de lo que no tuvo noticias hasta diciembre de 2020 cuando el caso acabó en el juzgado, momento en el que, como así también ha advertido su abogado, realizó una expresa renuncia a la fortuna, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
También han declarado, como perjudicada, la sobrina de la anciana y denunciante de los hechos, que ha ratificado la denuncia tras advertir de que su tía era una persona vulnerable, y, en calidad de testigo, la notaria en cuya notaría se efectuó el nuevo testamento.
Esta última ha relatado que el día de autos, el 28 de julio de 2017, recibió en su despacho únicamente a la anciana y un abogado y que en un momento dado permanecía a solas con la primera para efectuarle una serie de preguntas para comprobar su capacidad.
Una personas cercana
En este sentido, ha asegurado que la percepción obtenida es que no estaba incapacitada tras explicarle la mujer que estaba casada y que, al no tener descendientes, quería hacer testamento en favor de una persona cercana con la que no guardaba parentesco pero que era a la que acudía cuando necesitaba algo.
En este acto, la anciana, además de expresar su deseo de no acabar en una residencia, otorgó poderes al abogado para que acudiera en su nombre a los bancos para conocer el estado de sus cuentas y testó en favor del ahora investigado, sin que la notaria sospechara circunstancia irregular alguna.
El letrado que ejerce la acusación particular, el penalista Juan Gonzalo Ospina, a su salida de los juzgados, ha declinado desvelar el contenido de las declaraciones. "Hay que respetar el buen hacer de la juez instructora y quedar a la espera de las diligencias pendientes", ha advertido a Europa Press.
En el marco de esas pesquisas, la juez instructora cuenta ya en su poder con el informe encargado a los forense de los juzgados, basado en la documentación médica que obra en la causa, en el que los expertos confirman que la nonagenaria tenía mermadas sus capacidades para otorgar testamento el 28 de julio de 2017. "No presentaba libre capacidad para tomar decisiones ni actuar libremente en los asuntos que afectaran a su patrimonio personal", concluye el referido informe.
De hecho, consta una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Valladolid, de fecha 15 de febrero de 2018, en virtud de la cual se acordó incapacitar a la anciana debido a la enfermedad psíquica de carácter persistente que padecía--tenía una demencia degenerativa primaria avanzada--que anulaba sus capacidades de gobierno y administración de sus bienes.
Entre esas capacidades que ya no tenía estaba la de testar, y por ello se nombró como tutora a su sobrina, quien había cuidado de la entonces pareja de ancianos desde hacía varios años y quien los acompañó hasta su lecho de muerte, en el caso del varón en enero de 2020 y en el de ella unos cinco meses después, el 28 junio de ese mismo año, a los 95.
Tras la muerte de la nonagenaria y empresaria vallisoletana A.Z.Z, su sobrina, única familia y quien creía ser heredera universal, acudió a la notaría de cabecera para informarle sobre el fallecimiento de su tía.
En ese momento, se le informó de que no se le podía entregar el testamento pues, aunque años antes su tía le habría nombrado heredera universal de su fortuna, un par de semanas antes de que fuese declarada judicialmente incapaz creó un nuevo testamento en el que nombró como heredero universal de todos sus bienes al investigado y, en caso de morir antes éste, al hermano de esta persona.
Tras presentar la correspondiente denuncia ante la Comandancia de la Guardia Civil por la posible estafa cometida al haberse manipulado a una persona con Alzheimer y demencia senil que pocos días después sería declarada incapaz, los hechos delictivos comenzaron a investigarse en el Juzgado de Instrucción 3 de la capital, que continúa las pesquisas y donde queda pendiente, entre otras diligencias, la incorporación del proceso de incapacidad de la anciana.