Zamora es la segunda provincia de Castilla y León con mayor riesgo de sufrir un robo en el coche
Zamora es la segunda provincia de Castilla y León con mayor probabilidad de sufrir un robo en el coche, ya sea la sustracción del vehículo en sí, de alguna de sus piezas o de objetos que se encuentren en su interior, mientras que Salamanca se sitúa en el extremo opuesto, según un informe de la patronal del seguro Unespa, que ha elaborado un ranking en función del número denuncias que se presentan entre los vehículos asegurados, y donde Soria se lleva el top 1.
Aunque todas las provincias de la Comunidad presentan mejores datos que el promedio de España, la probabilidad de sufrir un robo en la Soria se sitúa en un -4,5 por ciento por debajo de la media nacional, mientras que en la provincia charra las probabilidades caen hasta el -40 por ciento. Tras Soria se encuentra Zamora (-20,47 por ciento), Valladolid (-26,18 por ciento), Burgos (-26,19 por ciento), Ávila (-26,38 por ciento), Segovia (-33,40 por ciento), León (-33,59 por ciento) y Palencia (38,01 por ciento).
A nivel nacional solo nueve provincias se sitúan por encima de la media. Sevilla aparece como la provincia con una mayor probabilidad de sufrir un robo en un vehículo asegurado y se sitúa con un 88 por ciento, por delante de Madrid (66 por ciento) y Huelva (44 por ciento). La lista de provincias más ‘peligrosas’ la completan Barcelona (37,92 por ciento), Guadalajara (16,30 por ciento), Toledo (15,70 por ciento), Cádiz (11,53 por ciento), Valencia (9,80 por ciento) y Tarragona (-4,39 por ciento).
De acuerdo con este estudio, los cinco modelos coches más robados en España fueron el Seat Ibiza, el Seat León, el Volkswagen Golf, el Ford Focus y el BMW Serie 3. La lista continúa con otros clásicos de las carreteras españolas como son el Citroën Xsara, el Peugeot 206, el Ford Fiesta, el Renault Mégane o el Opel Astra.
En el estudio se vuelve a poner de manifiesto que los amigos de lo ajeno codician vehículos que se pueden ver por las calles y carreteras del país de forma cotidiana, ya que su objetivo primordial es la venta de piezas para reparaciones. Así, seis de cada diez percances de robo se encuentran protagonizados por vehículos que tienen entre 11 y 25 años de antigüedad. Es decir, aquellos más propensos a necesitar un recambio. La incidencia de los robos entre los llamados ‘vehículos viejos’ es superior a su peso relativo en el conjunto del parque móvil nacional (57 por cieno).
Los vehículos más jóvenes, aquellos con menos de cinco años desde su matriculación, sufren un 18 por ciento de los robos. Esta magnitud es algo inferior a su representatividad (19 por ciento) entre todos los vehículos del país. Sobre este buen dato inciden, como es lógico, las mejoras en sistemas antirrobo que introducen los fabricantes en los nuevos más recientes.
Furgonetas
Si bien los vehículos que sufren más incidentes son los más comunes, los turismos de gama media, los modelos que sufren más percances de robo en términos relativos, es decir, aquellos que se sustraen más en relación con la cantidad de unidades existentes, son otros. Esta lista tampoco está dominada por los modelos de lujo. En su lugar, se encuentra trufada de modelos dedicados a la carga y el reparto. El ranking de vehículos con mayor probabilidad de robo lo conforman las furgonetas Citroën Jumper, Fiat Doblo Cargo y Fiat Fiorino; junto con el BMW X5 (este sí, un SUV de gama alta) y un utilitario de gran aceptación: el Ford Focus. Todos estos modelos tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de sufrir un robo que un vehículo cualquiera en España.
Los robos de vehículos asegurados siguen una senda descendente los últimos años. Si en el año 2014 se producían en torno a 160.000 percances, tanto de robos del vehículo en sí como en su interior, en 2019, último año del estudio, esta cifra descendió hasta los 128.000 percances. La misma tendencia se aprecia en el caso analizar sólo las sustracciones. Según datos del Ministerio del Interior, en el año 2014 se registraron en España 43.206 robos, mientras que en el pasado año fueron 36.152, lo que supone una caída del 16,32 por ciento. En el caso de Castilla y León el descenso fue del 22,45 por ciento, al pasar de 757 a 587.