Fridays For Future Salamanca se suma a la acción global por el clima con 'Un Micro Abierto' en la Plaza Mayor
La pandemia nos ha trastocado a todos y todas. Las secuelas son evidentes y paliarlas se ha convertido en la prioridad de los gobiernos. Desde el minuto 1 en que apreciaron la gravedad de la pandemia pusieron a funcionar todos los recursos posibles con los que contaban los estados. La actuación fue rápida.
Por contra, desde los años 70 del siglo pasado, científicos y científicas de todo el mundo llevan advirtiendo de las terribles consecuencias del cambio climático en el caso de que no se actúe a tiempo. Han pasado 30 años y, aunque es cierto que la conciencia ambiental ha aumentado y se han logrado medidas y acuerdos históricos, las políticas continúan sin ser suficientes. Ya no hablamos de evitar el cambio climático, sino de mitigarlo. En el Acuerdo de París se pactó limitar el aumento de la temperatura a 1’5 °C; sin embargo, según las Naciones Unidas, la falta de ambición en los compromisos de los países nos lleva hacia un aumento de la temperatura global muy por encima de los 3 °C (1), lo que provocaría consecuencias catastróficas para las sociedades humanas y los ecosistemas. Ni siquiera la Ley de Cambio Climático nacional se acerca a los objetivos marcados por el IPCC, ni siquiera a los marcados por la propia Unión Europea.
La principal responsabilidad del calentamiento global la tenemos los países favorecidos. Basta con observar la huella ecológica por persona de cada país para comprobarlo: la población estadounidense precisaría 5 planetas, la francesa 3 y la española 2’3. Tenemos una deuda histórica con el planeta y somos nosotros y nosotras, nuestras empresas y nuestros gobiernos quienes mayores esfuerzos estamos obligados a llevar a cabo para frenar el cambio climático. Pero, ¿qué recibimos a cambio?: una descarbonización de la industria nacional para mejorar los resultados de emisiones contaminantes, mientras compran carbón a terceros países que no pagan derechos de CO2 (2).
Los fondos procedentes de la UE a causa de la pandemia pueden ser un impulso en el logro de un sistema sostenible, sin olvidar que las políticas contra el calentamiento deben pensarse en términos de justicia climática y no en beneficio de los de siempre. Vimos en la crisis de 2008 y en la actual que siempre es la ciudadanía más desfavorecida la que más sufre. Necesitamos un cambio de raíz, los viejos modelos no sirven. Desde una mentalidad de especie, no podemos dejar a nadie atrás.
Aterrizando más cerca, en Salamanca los compañeros y compañeras de Ecologistas en Acción publicaron hace dos meses los malos resultados obtenidos tras la medición de la calidad del aire de la ciudad (3). Evidenciaron no solo la inacción del consistorio en materia medioambiental, sino también el afán por ocultar los datos al ubicar las estaciones urbanas oficiales en las zonas menos contaminadas.
Por todo ello y mucho más, Fridays For Future Salamanca, en colaboración con otros colectivos de la ciudad como Stop Uranio, Ubuntu, Stop Desahucios Salamanca, Carnaval Cultural Brasileño, Amnistía Internacional Salamanca, etc., se han sumado este 19 de marzo a la acción global por el clima a través de Un Micro Abierto en la Plaza Mayor de Salamanca para expresar nuestras emociones, sensaciones y opiniones acerca de la inacción climática y la triste realidad que enfrentamos. Un espacio para la denuncia de las mentiras, las palabras vacías y las promesas rotas mediante distintas formas de arte.
Porque como dijo Naomi Klein, “el miedo solo paraliza si no se sabe hacia dónde correr.” Nosotros y nosotras sabemos hacia dónde correr. El futuro no está escrito, depende de lo que hagamos o lo que dejemos de hacer. La pandemia ha demostrado que cuando hay voluntad, se puede actuar a tiempo, lo hemos visto y no lo olvidaremos. La lucha por la vida continua.