Ponferrada se reencuentra con el Lambrión Chupacandiles
D. Álvarez
El Lambrión Chupacandiles, el nazareno que anuncia con el repicar de su campana el inicio de la Semana Santa en Ponferrada, volvió hoy a recorrer las calles del casco antiguo de la ciudad y a dar vida a una tradición que se remonta al siglo XVII. En 2020, la crisis sanitaria que acababa de estallar obligó a suspender la tradicional salida del Lambrión, cuya campana pudo oírse, no obstante, a través de los altavoces de un coche de la Policía Municipal. Un año más tarde, Vicente Parra, el cofrade que desde hace más de 30 años se enfunda la túnica y el pucho negros, pudo volver a cumplir con el cometido que la tradición le asigna, aunque sin la habitual comitiva de niños que acompaña su caminar.
Hijo y nieto de ‘lambriones’, Parra cumple este año tres décadas dando vida a un personaje que fue clave para que Ponferrada consiguiera en 2015 el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Nacional para sus celebraciones de Pascua. “Para mí lo significa todo”, resume el cofrade, integrante de la tercera generación de una saga familiar de nazarenos íntimamente ligada a la figura del Lambrión. Su abuelo se enfundó la vestimenta de este personaje hasta 1963 y más tarde lo hizo su padre, hasta su fallecimiento en 1990. “Yo personalmente llevo 30 años realizando esa labor para la Hermandad y tanto mi abuelo como mi padre lo hicieron antes que yo. Tras el fallecimiento de mi padre, los cofrades me ofrecieron muy amablemente seguir desarrollando esa función y por supuesto dije que sí”, recuerda.
A lo largo de estas tres décadas, su única ausencia se produjo el año pasado, cuando el confinamiento causado por la pandemia le obligó a grabar el sonido de la campana del Lambrión en su domicilio para que fuera después un coche de la Policía Municipal el que lo reprodujera por toda la ciudad. Fue la solución de emergencia con la que la Hermandad más antigua de la ciudad y el Ayuntamiento trataron de mantener la tradición en un 2020 en el que la Semana Santa llegó pocos días después de la declaración del estado de alarma.
Este año, las medidas sanitarias que siguen vigentes para evitar rebrotes de la pandemia forzaron al Lambrión a completar su recorrido por las estrechas calles del casco antiguo en soledad, cuando habitualmente suele hacerlo acompañado por un gran número de niños. “Aún habrá que vivirlo a distancia”, lamenta el mayordomo de la Hermandad, Salvador Fernández, que en cualquier caso destaca la “ilusión tremenda” de los cofrades al recuperar este acto que da, en la tarde del sábado anterior al Viernes de Dolores, el pistoletazo de salida a las celebraciones del la Semana Santa.
La figura del Lambrión Chupacandiles es el símbolo más reconocible de las fiestas en la capital berciana y uno de los cuatro personajes emblemáticos en la Semana Santa de Castilla y León, junto al Barandales de Zamora, el Pardal de Medina de Rioseco (Valladolid) y el Tararú de Palencia. Según cuenta la leyenda, los muchachos de la villa le gritaban a su paso para que hiciera parada en las bodegas y le invitaban a probar el vino nuevo, lo que explicaría la primera parte del nombre, ya que ‘lambrión’ es una de las palabra con las que tradicionalmente se designa a los golosos en la comarca berciana. Su ‘apellido’ haría referencia a que el nazareno se bebía hasta el aceite de los candiles que iluminaban casas y calles antes de la llegada de la luz eléctrica.
Desde hace tres años, coincidiendo con la Semana Santa de 2018, la ciudad de Ponferrada dedica un espacio a esta figura, con una placa de bronce situada ante la iglesia de San Andrés, a las puertas del Castillo de los Templarios y en pleno recorrido del Camino de Santiago. Además, la Real Hermandad de Jesús Nazareno, creadora de la figura, consiguió registrar ese mismo año en la Oficina de Patentes la marca 'Lambrión Chupacandiles', de manera que disfruta desde entonces de derecho económico exclusivo sobre la emblemática figura, cuya campana original descansa desde su última restauración en el Museo de las Cofradías de Ponferrada, situado en la antigua iglesia de San Antonio.
Una Semana Santa diferente
Aunque la menor incidencia de la pandemia permite recuperar alguno de los actos tradicionales, la Semana Santa de Ponferrada volverá a estar condicionada en este 2021 por la situación sanitaria generada por el COVID-19. Así, además del recorrido del Lambrión Chupacandiles, la ciudad también recuperará el espectacular Viacrucis Penitencial en el Castillo de los Templarios, que se celebrará a puerta cerrada el lunes 29 y estará presidido por el obispo de Astorga, Jesús Fernández.
El resto de actos se celebrarán en el interior de la Basílica de La Encina, donde el aforo estará limitado a un tercio de la capacidad, según indican las limitaciones de la Junta para lugares de culto. En la jornada de mañana, los actos continuarán con el pregón a cargo del historiador y profesor jubilado Miguel José García González, más conocido como ‘Jota’, que hará un repaso a la historia de las festividades de Semana Santa en la ciudad.