Castilla y León

Castilla y León

Sociedad

En su mejor momento hasta que llegó el coronavirus

24 abril, 2021 08:55

“Si por marzo del año pasado hubiéramos sabido cuánto iba a durar esta situación, todo habría sido más traumático. Me encontraba en mi mejor momento laboral hasta que llegó el coronavirus”, asegura Beatriz Herreras Torres, en declaraciones a El Español Noticias de Castilla y León.

Esta vallisoletana de 44 años es diplomada en Empresas y Actividades Turísticas y es guía turística autónoma. Nos cuenta cómo ha cambiado su vida desde la llegada de la pandemia que ha afectado de una manera cruel al sector turístico de Castilla y León, en la siguiente entrevista.

Pregunta. ¿Cómo vive una guía certificada la pandemia del COVID-19 tras un año de pesadilla?


No sabemos cómo va a evolucionar, pero todavía no vemos la luz al final del túnel


Respuesta. De manera muy complicada, con apenas nada de trabajo. Ha habido meses sin ningún ingreso y teniendo que vivir de ahorros. El trabajo como guía es muy estacional, y con la pandemia ya hemos perdido tres temporadas. No sabemos cómo va a evolucionar, pero todavía no vemos la luz al final del túnel.

P. Diplomada en turismo, aprobó la habilitación como Guía Oficial de Castilla y León, trabajó en bodegas pero luego se volcó a esa función como guía desde 2019. ¿Cómo recuerda sus inicios?


R.Así es. Aprobé la convocatoria de la Junta de Castilla y León del año 2011, pero todavía no había trabajado formalmente porque tuve anteriormente la oportunidad de ejercer en el mundo del enoturismo. En 2019 lo cogí con bastante ilusión y la verdad que he de agradecer a mis compañeros guías que ya llevaban más tiempo trabajando y con los cuales ya tenía contacto y me tuvieron en cuenta a la hora de repartir algo de trabajo. Poco a poco fui creciendo. Me sentí bastante bien al poder ejercer mi verdadera profesión, que además es preciosa.

P. ¿Qué labor realizaba como guía allá por el año 2019?


R. Anteriormente ocupaba el puesto de “responsable de enoturismo” en una bodega en Ribera del Duero. Un trabajo que también me completaba bastante, pero por ciertas circunstancias finalicé mi contrato y decidí quitarme el gusanillo de trabajar en lo que realmente era lo mío y tanto me había costado conseguir.

Las pruebas para la habilitación fueron muy completas y tardé bastante tiempo en prepararme y formarme. Es similar a una oposición. Además, acreditando dos idiomas y con varias pruebas escritas y orales. Por lo tanto, fue una gran satisfacción ejercer en lo que realmente me merecía y había ganado con mi esfuerzo. Todo un orgullo.

P. Y cuando llegó el coronavirus…


Me encontraba en mi mejor momento 


R. Todo al traste. Efectivamente, me encontraba en mi mejor momento. Ya había fidelizado clientela, agencias de viajes, etcétera, y por fin despegaba en mi profesión. Además, coincidió con el inicio de la primavera, que es la temporada más alta. Ya tenía la agenda bastante completa. Se fueron anulando todas las reservas en cuestión de tres y cuatro días. Si en aquel momento hubiéramos sabido cuanto iba a durar esta situación hubiera sido todo más traumático.

P. ¿Cómo ha cambiado su vida con el coronavirus?


R. Bastante. Me he volcado más en la vida familiar ya que tengo una familia numerosa y estoy activa en todo momento. A su vez no olvido mi profesión, ya que es algo que me gusta y me hace sentir más útil y mejor. Intento hacer formación y actualizarme continuamente. La profesión de guía necesita reciclaje constante. A su vez dirijo un portal turístico en Instagram, que, aunque no me reporta ningún beneficio, me ayuda a tener la mente ocupada y me entretiene. Intento también estar presente en mis redes sociales para ir sembrando, en cuestión de contactos, de cara al futuro. Al final estoy bastante ocupada, aunque sin obtener beneficios económicos. Por lo tanto, hay momentos en los que caigo en la desmotivación y la desgana. Imagino que es normal dada la situación.

P. La situación “es penosa” asegura y las ayudas son muy pocas. ¿Reclama más para el sector?


R. Sí, realmente es penosa porque tenemos que seguir pagando impuestos a pesar de no tener ingresos. Algunas cuotas, al menos a mí, nos han sido devueltas pero la mayoría no. Ya de por sí, la cuota de autónomos resulta muy elevada para una profesión tan estacional y que hay meses en los que no ganamos para pagarla. Si que es cierto que al menos hemos conseguido una pequeña ayuda a través de las mutuas, pero la cantidad es mínima y además de no ayudarnos a sobrevivir, en ocasiones han sido denegadas.

P. Hábleme de esas ayudas de las mutuas.


R. Ha habido algunos casos en los que se ha solicitado pero por algún requisito nos han sido denegadas. En mi caso, recibí la ayuda durante los meses de abril, mayo y junio pero entre julio y noviembre se solicitó el requisito de llevar un año como profesional autónomo desde la fecha de inicio de la pandemia y a mí me faltaban 16 días. Por lo tanto, no tuve ningún tipo de ayuda y nada de trabajo durante esos cinco meses.

P. ¿Qué medidas cree que deberían implantarse en el sector turístico hasta que desaparezca definitivamente el coronavirus?


R. Creo que, como mínimo, deberían ampliar el plazo de ayuda de las mutuas, y devolver la cuota de autónomos en los casos de profesionales que demuestren muy pocos ingresos. Y también es importante que amplíen el número de personas permitidas por grupo turístico. Actualmente se permiten seis, cinco más guía. Consideramos que el número se podría ampliar en espacios abiertos al menos a 10, como ya estuvo anteriormente, sin tener que perder seguridad. Además, los guías utilizamos  amplificadores de sonido que permiten que se nos escuche a mayor distancia, pudiendo, de esta manera, adoptar la debida separación entre personas y ocupando más espacio al aire libre. Es lógico que quizás en museos o espacios cerrados no se amplíe el número, pero sí en visitas en entornos abiertos.

P. ¿Cree que cuando el coronavirus logre ser batido el repunte del sector turístico va a ser histórico?


Por fin nos estamos dedicando a conocer más lo nuestro, lo cercano


R. Ojalá. Me gusta pensar que pueda ser así y quiero ser optimista porque nos hace falta. Creo que estamos, y me incluyo, deseando viajar, escapar, visitar... ahora más que nunca. Aunque siempre habrá cierto miedo, sobre todo a los grandes grupos, creo que cambiará el tipo de turismo, algo que ya se está notando. Creo que buscaremos turismo de mayor calidad, con grupos más reducidos y contaremos con turistas más cercanos. Como dice el refrán: “no hay mal que por bien no venga”. Por fin nos estamos dedicando a conocer más lo nuestro, lo cercano, ahora mismo porque no nos queda más remedio. Pero esto podría tener una parte positiva, valorar más nuestro patrimonio y nuestra cultura, y hacernos sentir más orgullosos. Soy una persona que me gusta viajar, y tengo una gran relación con varios países vecinos, y siempre he considerado que los españoles, y mucho más los castellanos, no somos muy orgullosos de lo nuestro. Quizás esto nos haga cambiar para bien.

P. Como comentaba anteriormente, en la actualidad solo puede hacer rutas con cinco personas más usted, en total grupos de 6 personas.


R. La verdad es que las visitas son muy agradables, empatizas más con los turistas y son visitas mucho más amables y familiares. También con mayor calidad, ya que disponen de mayor oportunidad de hacer preguntas y resolver dudas e incluso los guías nos adaptamos mejor a su disposición y horarios. En este sentido es positivo para ambos, pero en cualquier caso creo que se podría ampliar en espacios abiertos como ya he comentado anteriormente. A los guías no nos afecta demasiado esta medida, pero imagino que los turoperadores y agencias de viajes les supondrá un problema mucho mayor que a nosotros. Ellos están atravesando un momento más crítico aún. La mayoría tiene personal, locales, y otros gastos que cubrir que les resultará imposible en estos momentos.

P. ¿Ve más cerca la luz al final del túnel?


R. Ahora mismo no, he de ser sincera. Mi agenda sigue completamente en blanco. En mi opinión, no creo que comencemos a ver la luz mínimamente hasta el próximo otoño. Esperamos poder contar con la ayuda de las administraciones, como por ejemplo las diputaciones. Varias de ellas, incluidas la de Palencia y Valladolid, estuvieron realizando visitas gratuitas por nuestros pueblos durante este verano. Eligieron a los guías profesionales por sorteo y al menos nos ayudaron a seguir un poco en activo. Tuvieron mucho éxito y, al menos, nos levantaron algo la moral. Esperemos que este verano vuelvan a repetirse.