Castilla y León

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Sociedad

Pide ayuda económica para repatriar a Colombia a su mujer, fallecida por COVID la semana pasada en Valladolid

1 mayo, 2021 16:16

“Ya no tenemos ni la fuerza ni la moral para continuar aquí”. El colombiano Daniel Cano, de 33 años, ha decidido lanzar un mensaje de ayuda económica para poder regresar a su país con la compañía de su hijo, de 15, y poder repatriar con ellos las cenizas de su mujer, fallecida por un paro cardíaco como consecuencia del COVID-19 el pasado 21 de abril. 

Ahora, ya no encuentran un horizonte que les ate a España, concretamente a Valladolid, donde han residido la mayor parte de este último año y medio, desde que viajaron desde Medellín en busca de una vida mejor… hasta que la pandemia se cruzó en su fatal camino.

Por ello, apelan a la solidaridad para recaudar fondos ante la falta de medios económicos por su parte. “Que cada uno aporte lo que pueda”, comenta Cano a Ical, solo unos días después de haber perdido a su mujer, Lorena Loaiza, con 37 años, cuyos restos se encuentran actualmente en una funeraria de Valladolid, y donde pueden estar hasta tres meses.

Desde el barrio de Delicias, este chófer de bus y camión reconoce “no haber tenido suerte en España” en el plano laboral. A ello se suma el “duro golpe” recibido por la muerte de su esposa para toda la familia residente en el país sudamericano.

Una semana después de la pérdida, Daniel Cano ya puede salir a la calle tras el fin de su cuarentena, pues él también fue infectado por COVID-19. Por el momento, el Consulado de Colombia en Madrid ha respondido que la decisión de la repatriación compete al Gobierno español, pero no obstante le han enviado la “documentación necesaria para gestionarla”. “Como hemos estado en cuarentena no he podido avanzar nada”, explica compungido.

En todo caso, añade, con “esos papeles” podrían ser repatriados, “pero se podría demorar más de tres meses”. “Pero es que no tengo documentos para estar en España, sin familiares, sin empleo… queremos salir lo más pronto posible. Quedar dos o tres meses por aquí nos va hacer más daño por los recuerdos y la situación. Y tengo tres meses para reclamar las cenizas. No me las van a dejar tener toda la vida ahí dentro”, expone. Por todo ello, ha iniciado una campaña en España y en Colombia a través de la plataforma Gofundme y mediante un número de cuenta en el BBVA (ES0701820720980201613040) “para que la gente pueda aportar lo que pueda”.

Por el momento no ha calculado cuanto necesitarían él y su hijo para regresar, poder trasladar las cenizas de su mujer y reunirse con su familia en Itagüi, junto a Medellín, entre los que se encuentra su hija mayor, quien prefirió no emigrar a España hace año y medio.

Cano rememora que tomaron la decisión porque en su país la situación era “complicada y decidieron salir fuera y dar una vuelta a la vida para encontrar un mejor futuro”. “Pero desde que llegamos a España no la hemos pasado bien, primero en Benidorm y luego en Valladolid”. La mala suerte quiso que tras arribar en octubre de 2019, en febrero la pandemia se cruzara por el medio y dificultara más la situación.

El paso a la ciudad del Pisuerga se produjo, precisamente, porque Lorena encontró un trabajo en un hogar para cuidar a una persona mayor. Ella viajó antes y cuando se asentó, el padre y el hijo se unieron. En Valladolid compartieron un piso con una mujer dominicana, pero otra mala noticia llegó en enero pasado tras negarles el asilo en España, con lo que la mujer “donde trabajaba Lorena ya no lo pudo renovar por no tener papeles”. “Yo trabajaba en empleos de semanas y ella también, de forma intermitente”, sostiene Cano, quien recuerda que la Asociación Colombiana de Valladolid (Ascolva) les ayudó con comida temporalmente.

Todo ha sido muy “rápido”

El lunes 19 de abril fueron sometidos a PCR al padecer “algo de malestar y dolor de cabeza”. “Nos comunicaron que éramos positivos nosotros dos, pero el hijo no. No sabemos cómo nos contagiamos”, sostiene. Fue al día siguiente por la noche cuando Lorena Loaiza sufrió una “recaída bastante considerable”.

“Se desmayó en casa a medianoche, la llevé a urgencias con un fuerte dolor en el pecho y al día siguiente falleció, cuando le iban a hacer análisis de corazón. Ella no tenía ninguna enfermedad. Gracias a Dios era una mujer aliviada. Parece ser que pudo ser por un paro en el corazón derivado del COVID”, asegura entre sollozos este padre, quien ahora solo espera poder desplazar a su esposa a Colombia y ofrecerle un entierro digno en su ciudad natal.