Ruiz Muñoz y Carmona a hombros en la novillada de Santa María la Real de Nieva
El viejo coso de “Los Noques”, de Santa María la Real de Nieva, inauguró la temporada taurina en Segovia con una novillada del que fuera matador de toros José Miguel Arroyo “Joselito”. Desiguales de presentación, nobles, justos de fuerza y de casta.
La ficha del festejo es la siguiente: José Ruiz Muñoz, de azul marino y oro, vuelta al ruedo y dos orejas. Manolo Vázquez, de blanco y oro viejo, oreja y silencio y Carlos Enrique Carmona, que debutaba con picadores, oreja y dos orejas. Puerta grande para Ruiz Muñoz y Carmona.
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Tres cuartos de entrada sobre el aforo permitido con las medidas sanitarias correspondientes, al entrar al coso se le tomó la temperatura a cada espectador.
José Ruiz Muñoz tuvo el mejor lote, correcto con el percal, se lució con la muleta en ambos toros. Ligazón en los pases y temple. Mató a su primero de estocada trasera y caída. En su segundo, destacar dos series al natural de bella factura. Dos orejas excesivas.
Manolo Vázquez tuvo peor suerte, capoteó con gusto a su primero, que acabó derrumbándose tras el encuentro con el caballo. Toreó a media altura con pases solitarios. Gracias a una buena estocada paseó una oreja. Al quinto le cuidó en la primera suerte, pero el novillo se trastailleaba en el encuentro y la faena no cuajó. El sainete con los aceros silenció su labor.
Carlos Enrique Carmona, que debutaba con caballos, es hijo del que fuera matador de toros jienense Lázaro Carmona, quien se encontraba en el tendido.
A su primero le recibió a puerta gayola, de espaldas, con pase cambiado. Se lució con el capote en una media extraordinaria. El novillo se acabó enseguida, muletazos de arriba a abajo con temple. Una estocada contraria efectiva le valió la oreja. Aunque se le nota un poco verde, estuvo en novillero con sus dos oponentes, por encima de ellos. Con el sexto, un jabonero más rematado que sus hermanos, logró tres series excelentes con la mano izquierda. Sufrió una cogida sin consecuencias al entrar a matar. La estocada fue caída pero fulminante haciendo rodar al burel. Le concedieron las dos orejas.