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ENTREVISTA | Antonio Largo: “Hemos logrado que la Universidad de Valladolid progrese pese a la situación excepcional que ha supuesto el coronavirus”

19 junio, 2021 09:22

Antonio Largo Cabrerizo (Valladolid, 12 de junio de 1960) recibe a El Español en un despacho amplio pero acogedor, con mucha historia, en un marco incomparable como es el Palacio de Santa Cruz y ataviado con una americana azul, corbata y camisa del mismo color y pantalón beige.

Con el rector de la Universidad de Valladolid hacemos balance de más de un año duro por la pandemia. De su apuesta por la presencialidad, de los nuevos grados y también de las elecciones del próximo año en su apuesta por revalidar triunfo hablamos en la siguiente entrevista:

Pregunta. Hace pocos días la Universidad de Valladolid presentaba dos nuevos grados en Biomedicina y Terapias Avanzadas y Criminología. ¿Cree que serán bien acogidos por los estudiantes?


Respuesta. Tenemos depositadas muchas expectativas porque hemos recibido un buen número de peticiones de información respecto a estos nuevos grados ya que completan las áreas de la oferta académica de la Universidad de Valladolid.

Criminología, que tiene un enfoque desde el punto de vista de las Ciencias Sociales y Jurídicas, del hecho criminal, centrado en la prevención, la atención a las víctimas y la rehabilitación de los delincuentes. Confluyen derecho, sociología, psicología, etc. y creo que tienen buena demanda y va a tener buena salida profesional en diferentes ámbitos.

El grado en Biomedicina y Terapias Avanzadas es un apunte de lo que va a ser la medicina del futuro: La aplicación de los avances científicos, trasladarlos a la propuesta de terapias y desarrollo de estas para afrontar enfermedades y demás. No hablamos ya de la situación actual de pandemia, que ensalza la importancia de este grado ante la situación en la que nos encontramos por el COVID, pero nos hemos dado cuenta de que el avance científico y la investigación son los que nos ayudan a solucionar estos problemas. También está generando mucha expectación y estamos teniendo mucha demanda de información. Esperamos que ambos grados tengan éxito en su puesta en escena.

P. El primer periodo de matriculación arranca el 29 de junio y llegará hasta el 15 de julio. ¿Con qué oferta de grados se va a poder encontrar un estudiante que llegue a la UVa?


R. Creemos y apostamos por todos nuestros grados. En total tenemos 74. Alguno está en varios campus, como Educación. También Enfermería en Valladolid y Soria. Es una amplia oferta que cubre las cinco áreas: ciencias, ciencias de la salud, ingeniería y arquitectura, ciencias sociales y jurídicas y artes y humanidades. Estamos en las cinco áreas con una buena presencia y con una oferta potente en todas ellas. Lo que un estudiante quiera estudiar lo va a poder encontrar en la Universidad de Valladolid.

P. ¿Tienen en mente ampliar los grados, además de estos dos nuevos que ya están anunciados para el curso próximo?


Hemos implantado en los últimos tres años seis nuevos grados después de un periodo en el que no se había ofertado ninguna titulación nueva


R. Hemos implantado en los últimos tres años seis nuevos grados después de un periodo en el que no se había ofertado ninguna titulación nueva. Ahora se abrirá, cuando marque la Consejería de Educación, la posibilidad de acordar y ofertar un nuevo mapa de titulaciones. No depende exclusivamente de nosotros, las Universidades de Castilla y León tenemos que llegar a un acuerdo con la Consejería y es algo que todavía está abierto. Cuando sepamos lo que podemos hacer trabajaremos en ello ya que tenemos algunas ideas que aún son embrionarias. 

P. En cuanto a la oferta de másteres, ¿Tienen en mente ampliar su cartera de posgrado?


R. Este curso implantamos tres nuevos másteres: Formación de Educadores para la Intervención Sociocomunitaria. Otro que lleva por nombre: Inspección, Dirección y Gestión de Organizaciones y programas educativos y, el tercero, Nutrición geriátrica, que se va a ofertar online, que es muy novedoso y que esperamos que tenga buena acogida. Estos se suman a nuestra oferta de másteres que asciende a 62. No hemos incrementado mucho la oferta en número pero lo que pretendemos es racionalizarla a las necesidades que nos traslada la sociedad. 

P. Desde la Universidad de Valladolid se ha apostado, como volvió a recalcar en la rueda de prensa de presentación de los dos nuevos grados, por una formación presencial. ¿Por qué?


Apostamos por una presencialidad adaptada y segura


R. Apostamos por una presencialidad adaptada y segura, manteniendo todas las condiciones de seguridad que nos permitan tener confianza en que la enseñanza presencial que pongamos sobre la mesa sea segura. Queremos desarrollar el mayor grado de presencialidad porque creemos que la mejor educación y la excelencia en esta enseñanza conlleva el contacto profesor-alumno y, también, colaborativamente, entre los propios alumnos. Creemos en el valor de la presencialidad en la educación y queremos alcanzar su mayor grado.

También porque es lo que asegura más la equidad e igualdad de oportunidades. Cuanto mayor presencialidad haya, más homogéneas serán las condiciones para todos los estudiantes al no depender de su condición social, de sus disponibilidades económicas, de su entorno o de la capacidad o no de conexión o de disponer de equipos.

Apostamos por ello y hemos hecho un gran esfuerzo para proporcionar a los estudiantes esa mejor formación.

P. Estos meses, con el coronavirus, no han sido fáciles a buen seguro para usted a la hora de aclimatar y ofrecer las clases más seguras a los alumnos. ¿Cuál ha sido el momento más duro?


R. Hemos trabajado con toda la comunidad educativa: centros, departamentos, Equipo de Gobierno… redoblando todos los esfuerzos. No quiero olvidarme de los profesores,  estudiantes, técnicos… que se han tenido que adaptar a los formatos de nueva docencia. Al final ha sido un trabajo de toda la comunidad universitaria.

Es cierto que hemos pasado momentos complicados. Sobre todo cuando teníamos una alta incidencia de casos en la Universidad de Valladolid, a mediados de noviembre. Las cuatro universidades públicas, que mantenemos un alto nivel de colaboración con la Consejería de Educación, estábamos preocupados por saber si íbamos a poder mantener el formato por el que habíamos apostado. Fue un momento crítico, pero decidimos seguir porque confiábamos en las medidas que estábamos tomando, ya que en las aulas no había contagios. El hecho de seguir apostando por ese modelo creo que fue muy positivo ya que nos permitió superar esa crisis, igual que la que tuvimos tras las vacaciones de Navidad con el repunte de casos.

Noviembre y enero fueron complicados, pero hay que poner el énfasis en que seguimos apostando por el modelo que creíamos que era el más adecuado, redoblando los esfuerzos de seguridad. El balance es positivo.

P. ¿Cómo se acondicionaron el curso pasado y este las aulas para que fueran lo más seguras posibles?


R. Lo primero que hicimos fue un mapa digitalizado de espacios docentes para, con el condicionamiento del distanciamiento interpersonal, hacer mapa de aulas, laboratorios y demás para acompasar los horarios y los grupos de esa manera. Esto nos ha exigido un esfuerzo tremendo y una incomodidad de tener que utilizar horarios poco habituales, pero ha habido comprensión por parte de la comunidad universitaria al pensar que el esfuerzo merecía la pena por el objetivo que nos marcábamos.

Fuimos introduciendo elementos como el refuerzo de la docencia online. Ha habido alumnos que han tenido todas sus clases presenciales pero otros no. Ha habido que hacer grupos bimodales: El 70% de las clases ha sido presencial y el 30% restante a distancia. Hemos fortalecido el Campus Virtual y nos hemos dotado de más medios. También hemos facilitado ordenadores, tarjetas de datos, conexiones y demás a los estudiantes que así lo precisaban para salvar la brecha digital. En algunos casos hemos incorporado aulas espejo y también, progresivamente, nos hemos ido dotando de otros elementos como medidores de CO2 para que la ventilación se haga de una forma racional. No hemos escatimado en esfuerzos para que nuestras aulas fueran seguras durante la pandemia.

P. ¿Y el próximo curso?


Por prudencia, lo que uno programa es lo que tenemos ahora porque no sabemos cómo va a evolucionar


R. En la reunión que tenemos todas las semanas las cuatro universidades con la Consejería de Educación coincidíamos en que es prematuro adelantarse a saber cómo vamos a iniciar el curso. Por prudencia, lo que uno programa es lo que tenemos ahora porque no sabemos cómo va a evolucionar. Esperemos que a mejor. Si todo evoluciona positivamente, nos adaptaremos a unas mejores circunstancias pero ahora mismo sabemos que partimos de una situación que podemos manejar, controlar y que se proporciona una enseñanza adecuada a nuestros estudiantes.

El punto de partida es el que tenemos este curso y a partir de ahí, a medida que el Gobierno y las autoridades sanitarias nos vayan indicando cuáles son las pautas de mejora que podemos implementar, nos adaptaremos. 

P. ¿En septiembre podríamos tener un curso parecido al de la vieja normalidad?


R. Parece prematuro pero lo podremos concretar mejor más adelante. Nosotros empezamos el curso el 13 de septiembre y ahora mismo parece difícil que ese día toda la población esté vacunada. O al menos una gran parte. Seguramente, salvo que nos indiquen lo contrario, el inicio de curso se parecerá más al final de este que al de hace dos años.

P. Hablando de vacunaciones, el Consejo de Gobierno de la Universidad de Valladolid, el pasado 4 de mayo, pedía la vacunación de los docentes.


R. Lo pedimos a través de la CRUE al Gobierno hace tiempo. Los cuatro rectores de las universidades públicas de Castilla y León reiteramos la petición porque aquí se había apostado por la presencialidad. Entendíamos que era un elemento importante y a tener en cuenta.

Hicimos la petición a la Consejería de Sanidad y al Ministerio de Sanidad y Universidades. No se ha atendido nuestra petición. En el Consejo de Gobierno volvimos a reiterar la petición, efectivamente. Pero tampoco se ha atendido a algo que creemos que está completamente justificado. Las plantillas universitarias deberían haber sido tratadas de manera similar a las de la docencia no universitaria que han sido vacunadas. Esto provoca un agravio comparativo entre plantillas docentes de un nivel educativo y otro que creemos que se podía haber solventado sin grandes esfuerzo,s porque la dimensión de las nuestras no es tan desorbitada como para no haber podido programarlo. No queremos privilegios pero tampoco queremos ser discriminados en relación a otros niveles educativos.

Sanidad irá vacunando a nuestro equipo docente cuando toque, según las franjas de edad que va marcando con la población en general.

P. También pedían la vacunación para estudiantes en prácticas en centros educativos de Infantil, Primaria y Secundaria…


R. Nos parecía lógico que si acudían a los centros de educación no universitaria a hacer sus prácticas y tutores suyos estaban vacunados… es lo mismo que ahora con la EBAU. Coinciden los de secundaria y bachillerato vacunados y los de la universidad, algunos vacunados por edad, pero no todos. Esto establece un agravio comparativo, como he mencionado anteriormente.

Sí que conseguimos, que era bastante lógico, la vacunación para los alumnos que hacen prácticas sanitarias y sociosanitarias. Era evidente que para acudir a los centros hospitalarios tenían que estar vacunados.

P. La UVa no ha parado los Erasmus. ¿Ha sido difícil gestionarlo durante la pandemia?


R. Sí, ha sido todo mucho más complicado con la pandemia y ha requerido más tiempo y dedicación por parte de todas las personas. Desde el Vicerrectorado de Internacionalización se ha intentado desarrollar un seguimiento, tanto de nuestros estudiantes Erasmus en el extranjero como de los estudiantes con movilidad internacional que estaban con nosotros en la UVa. Se les ha intentado atender a todos.

Con los Erasmus nuestros fuera se ha llevado a cabo un seguimiento casi individual. Cuando estábamos en plena pandemia mediamos para repatriar a los alumnos que así lo requerían. A los demás los íbamos siguiendo con detalle viendo su situación. A los que volvían intentábamos darles todas las facilidades para integrarse al curso académico. El trabajo ha sido grande.

La movilidad se ha reducido en un 50% a consecuencia de la situación. Tanto los que mandamos como los que enviamos. Representan un número similar de estudiantes, entre 350 y 380.

P. ¿Y controlar las residencias de estudiantes y demás? La UVa ha llegado incluso a financiar PCR a los Erasmus del segundo cuatrimestre para evitar contagios.


R. Para los estudiantes en movilidad financiábamos las PCR que necesitaban y les requerían para poder acudir a sus países de destino.

En las residencias hemos tenido brotes. Uno en la Alfonso VIII y otro en la Residencia Duques de Soria. El mayor, el primero, con 28-30 contagios. Tenían su origen en el contacto social y no en las aulas, como analizamos con epidemiología. Se tomaron las medidas oportunas, se confinó a los residentes y afortunadamente se controló. A partir de aquí tenemos que reconocer que el comportamiento ha sido mucho más responsable de todos, lo que es de agradecer en la colaboración de los estudiantes. Al final se ha impuesto el sentido común y la sensatez de todos.

P. El Consejo de Gobierno de la UVa ha aprobado, además, la creación de 82 plazas de profesores ayudantes doctores. Otro de los objetivos pasa por rejuvenecer la plantilla docente.


Necesitamos incorporar talento y profesores jóvenes porque tenemos una media de edad elevada y se nos van jubilando


R. Es uno de los objetivos porque consideramos que es absolutamente prioritario. Necesitamos incorporar talento y profesores jóvenes porque tenemos una media de edad elevada y se nos van jubilando. Queremos atender debidamente tanto la docencia como la investigación. La apuesta ha sido decidida por ofrecer plazas de este tipo. Habitualmente se sacaban unas 30 de profesor ayudante por año. El pasado año apostamos por 80, este intentaremos igualar y si podemos, ampliar. La apuesta por el reforzamiento y la renovación de la plantilla docente es absoluta y vamos a hacer todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance.

P. Le dan mucha importancia a este aspecto…


R. Para nosotros es vital por el futuro. Tenemos que actuar rápido porque si no nos vamos a encontrar con una descapitalización de las plantillas de profesorado, esenciales para la docencia y para que los grupos de investigación puedan seguir contribuyendo con su investigación e innovación. Es un tema crucial y por el que apostamos muy fuertemente.

P. Antonio Largo Cabrerizo suma ya tres años como rector de la UVa. ¿Cómo valora este tiempo?


Hemos salvado una situación excepcional consiguiendo que la Universidad de Valladolid siga progresando pese al coronavirus

R. Han sido tres años intensos y de mucho trabajo y dedicación. He exigido más allá de lo debido a mi equipo. Hay una situación que no podemos obviar y es que de estos tres años llevamos 15 meses en pandemia, lo que nos ha reclamado una dedicación no doble, sino triple. Ha sido más de un año muy intenso.

Las valoraciones creo que las tiene que hacer la comunidad universitaria. Ellos tienen que valorar lo que hemos hecho pero sí que, yo personalmente, estoy razonablemente satisfecho del trabajo que ha realizado el Equipo de Gobierno en unas circunstancias muy complicadas y exigentes.

Hemos salvado una situación excepcional consiguiendo que la Universidad de Valladolid siga progresando pese al coronavirus. Estoy razonablemente satisfecho de la tarea colectiva.

P. ¿Cuál cree que ha sido la mejor medida que se ha implantado desde que cogió las riendas como rector?


R. Por la excepcionalidad de la época que nos ha tocado gestionar te voy a decir dos medidas. Una, en el contexto de la pandemia, el haber conseguido que nuestros estudiantes progresen académicamente. Para nosotros, los estudiantes han sido prioritarios. Casi todos los esfuerzos se han volcado en ellos. El conseguir que, pese a unas circunstancias tan complejas, hayan progresado y que no hayan perdido el curso formándose de manera adecuada es muy importante.

Después, lo más importante ha sido la dinamización de la Universidad de Valladolid, que se traduce en la apuesta por el fortalecimiento de las plantillas, no solo en la incorporación de jóvenes, sino también que se puedan estabilizar, que esa es la segunda fase. Que no solo les ofrezcamos cinco años de contrato. Hemos adelantado la estabilización al tercer año sin esperar al quinto y si podemos avanzar y hacerlo en el segundo, lo intentaremos. La plantilla también se fortalece con la cualificación, con la promoción de las personas acreditadas.

Como institución, quiero destacar la modernización y la reforma de los estatutos, que había fracasado tres veces anteriormente. Era un compromiso que iba en mi programa de Gobierno. Se ha conseguido materializar y es importante.

La transparencia en la gestión y dar un aire moderno a la UVa también ha sido de suma importancia. 

P. La Universidad de Valladolid ha conseguido el primer puesto en transparencia entre las casi 700 administraciones públicas analizadas por Dyntra en su informe de transparencia con una puntuación de 92,7. Un orgullo, supongo.


Es un orgullo que la Universidad de Valladolid sea reconocida como una buena gestora que actúa de manera transparente


R. Es un orgullo que la Universidad de Valladolid sea reconocida como una buena gestora que actúa de manera transparente. Sobre todo, el reconocimiento que se hace a las personas que trabajan en administración y gestión. En esta labor han confluido distintas personas: los técnicos, que lo han desarrollado, orientados y coordinados desde el Equipo de Gobierno pero, en definitiva, es un logro importante como universidad porque no es fácil ser el número uno en algo. Entre 700 administraciones públicas evaluadas, la verdad es que es una satisfacción por el reconocimiento al trabajo bien hecho de tantas personas. 

P. Un objetivo que se marca a corto y medio plazo.


Quiero seguir contribuyendo a la dinamización y modernización de la Universidad de Valladolid

R. Queremos afrontar el próximo curso de la mejor forma posible para nuestros estudiantes, pensando siempre en su formación académica. Ese es el objetivo a corto plazo.

Hablando del medio plazo, yo me presenté con un programa ambicioso para desarrollar en diez o quince años, por lo que quiero seguir contribuyendo a la dinamización y modernización de la Universidad de Valladolid. Nuestra institución debe seguir un cauce que  le haga ser competitiva y con futuro y nuestro proyecto es ambicioso, que requiere desarrollo.