Educados para el éxito y conviviendo con el fracaso: las vidas 'delicatessen' de la generación de cristal
Las situaciones actuales y una nueva forma de entender la vida hacen que los jóvenes tengan otros hábitos en comparación con sus antecesores
17 octubre, 2022 07:00Noticias relacionadas
Con el paso de los años las generaciones cambian. Las nuevas tecnologías y la forma de concebir la realidad por parte de las sociedades origina un pensamiento modernizado y unas expectativas que nada tienen que ver con lo propuesto en la infancia y adolescencia. Antaño, a base de esfuerzo y trabajo, la 'vida de éxito' se basaba en una buena posición social, formar una familia y un orden que en la actualidad está lejos de producirse, con un 19,5% de los españoles que sufren trastornos mentales, según el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental.
Los castellanos y leoneses no son ajenos a esta dura realidad. La cultura inculcada por padres y abuelos contrasta con el momento actual. Según ha publicado el Instituto Nacional de Estadística en los datos de 2021, los jóvenes entre 18 y 24 años no han terminado la segunda etapa de educación secundaria y otro tipo de formación, llegando a un porcentaje de abandono escolar del 12,4% en la Comunidad. Al mismo tiempo, la tasa de natalidad en base a datos oficiales del pasado año ha caído hasta el 5,5%, la peor desde 1975. Con estas cifras, esta generación poco tiene que ver con el estilo de vida 'exitoso' de los últimos años.
La coyuntura económica, con una tasa de desempleo en menores de 25 años del 35,1%, como informan fuentes oficiales, no permite a los jóvenes independizarse e imitar el estilo de vida de sus antepasados, generando frustración y otras emociones que derivan en enfermedades mentales graves, como indica la Organización Mundial de la Salud, que estima que 700 millones de personas del mundo padecen desórdenes psicológicos. "El fracaso se puede definir como la no consecución de unas metas planteadas en cualquier situación de la vida", ha indicado a este medio la reputada psiquiatra María Jesús Manchón, nominada en los años 2018, 2019 y 2020 a los prestigiosos premios Doctoralia y con clínicas en Castilla y León.
Y es que el fracaso como tal tiene un componente positivo: "Si bajamos las altas expectativas a las que se aspiran ahora y aceptamos con más naturalidad las vicisitudes normales de la vida, el fracaso sería tan solo un aliciente para seguir intentando superarse o trabajar más en aquellos objetivos o metas. Muchos empresarios poderosos a nivel mundial coinciden en que han llegado al éxito después de múltiples fracasos", ha remarcado.
Sin embargo, las generaciones pasadas también se tuvieron que enfrentar a unos problemas complejos. "Nuestros padres y abuelos pasaron muchas calamidades vitales pero aún así se animaron a vivir, a crear familias, tuvieron poco o mucho para comer, pero no tenían carreras, ni casa. Empezaron a trabajar muy pronto y la frustración estaba al orden del día desde niños, porque no había nada, el éxito era crear una familia en aquella época y conseguir un trabajo para mantenerla. Fueron los primeros que cruzaron las fronteras con miedo, pero con valor", ha subrayado la doctora Manchón.
Alta tolerancia a la frustación
Todo estos problemas estructurales, obligan a reinventarse a muchos jóvenes que buscan aproximarse a una vida ideal, difícilmente asequible. Ana Belén Silguero es vocal del Colegio Oficial de Psicología en Salamanca y tiene una clínica desde hace 25 años que lleva su nombre. "Los seres humanos nos adaptamos bien a los cambios. La capacidad del individuo o 'resiliencia' va a marcar la diferencia entre que se adapte a las nuevas circunstancias que le toque vivir o no. Creo que las personas que tienen una alta tolerancia a la frustración saben enfrentarse mejor a las situaciones adversas y a lo que les va tocando vivir, porque al final la vida siempre te trae cosas que no te gustan y no es lo que esperabas vivir. Si te adaptas vas a tener más probabilidades de sentirte feliz", asegura.
No obstante, los problemas llegan en edades tempranas, según la experiencia en su clínica. "A los niños los estamos educando en la idea de que todo es posible y que si lo quieres lo puedes tener. Creo que se les dan las cosas antes de que las necesiten. En este mundo de inmediatez que parece que todo lo que queremos lo tenemos que poseer al instante, lo que está generando en la sociedad propicia que te sientas una persona fracasada, que no ha hecho bien las cosas y nada más lejos de la realidad. La educación tiene que ir dirigida a la idea de que no siempre se consigue lo que se quiere, aunque uno se esfuerce. Lo que está claro es que sin esfuerzo no se consiguen las cosas, pero a veces hay personas que se esfuerzan mucho y no consiguen sus metas", ha afirmado la doctora Silguero.
En esta misma línea se encuentra 'Molo' Cebrián, el conocido locutor abandonó las radios musicales debido al alto ritmo de vida en el que el cuerpo ya le mandaba avisos. En la actualidad, estudia psicología, dirige el podcast 'Entiende tu Mente', programa de psicología más escuchado en Spotify y acaba de publicar su primer libro relacionado con el éxito entre otros apartados. "El fracaso hay que enfocarlo como una lección, como un aprendizaje. En general fallamos muchas veces en nuestro autoconcepto: lo que se nos da bien y lo que se nos da mal. También fallamos en lo que podemos controlar y en lo que no. Si tú tienes un autoconcepto en el que te crees un gran deportista, incluso mejor que tus compañeros y cuando llega la carrera de final de año que haces con todos ellos, llegas el último, te sientes bastante mal y bastante defraudado", ha subrayado ante el error que muchos cometen: "El gran problema es pensar que el 'éxito' es global y representa unas áreas muy determinadas. En general, podemos destacar en una o dos facetas de nuestra vida como mucho y en el resto tenemos que asumir que somos mediocres. Eso está bien, porque es bonito hacer cosas aunque no seas el mejor".
Un problema agravado muchas veces por los conocimientos y formas de entender la vida entre generaciones. "Percibo que han cambiado mucho los objetivos de las generaciones más antiguas a las nuevas. Siempre ha habido cambios y ha pasado lo mismo. Las generaciones antiguas invalidan a las nuevas y el problema es que no aprendemos y seguimos cometiendo el mismo error de criticar a la generación siguiente. Hay un verso de una canción de Mike and The Mechanics que dice: "Todas las generaciones se meten con la generación anterior", ha indicado Cebrián.
Aumento de trastornos
Así, con todos estos ingredientes, se generan enfermedades graves que van en aumento, tras no lograr gestionar unas expectativas difícilmente alcanzables. "Hay muchos trastornos adaptativos, de ansiedad o depresivos que están motivados por una intolerancia a que las cosas no sucedan cuando quiero, como quiero y en el momento en que quiero. En terapia tratamos de ayudar a nuestros pacientes a plantear objetivos realistas y a entender que la felicidad plena a veces no se consigue. Sin embargo, se puede disfrutar de muchísimas cosas", ha sentenciado la doctora Silguero.
Unas enfermedades que vive también en primera persona la doctora María Jesús Manchón en sus clínicas de Castilla y León. "Desde que nacemos el sistema familiar intenta catapultar al hijo para ser el mejor en todas las áreas para cubrir sus propias inseguridades. Se intenta proteger de cualquier problema y evitar que tengan que enfrentarse ellos solos, y en muchas ocasiones, 'ese enfrentarse a problemas' les ayuda cuando vienen situaciones más complicadas". Así, todo ello comienza desde la infancia. "En vez de crear vidas 'delicatessen', que es hacia donde la gente aspira, como señal de éxito, estamos creando seres humanos 'delicados', la llamada generación 'de cristal' y así ya les estamos predisponiendo al fracaso".
Los tres profesionales tienen algo en común: el estudio de la mente. Una labor necesaria que les permite poder sentirse realizadas y tener las herramientas necesarias para gestionar los malos momentos que suceden en la vida y, al mismo tiempo, ayudar a los demás con fórmulas eficaces.
Para María Jesús Manchón el éxito es "poder meterte en la cama y descansar sabiendo que lo que has hecho en tu día te ha ayudado a sentirte bien contigo mismo, a llegar más cerca de donde quieras estar y si es posible haber ayudado a tu familia y a la sociedad".
Lejos de esta definición se posiciona 'Molo' Cebrián, reacio a un término que genera controversia por su subjetividad y lo amplia que puede llegar a ser la palabra éxito. "Si tuviera que definir la palabra -que cada vez me parece más mentira- sería el estar a gusto cuando me levanto, contento, cómodo y sabiendo que estoy donde tengo que estar. Ahondando en la definición, suele ser algo vinculado a un apartado de tu vida con el ejemplo de 'es una persona de éxito' y quizás esa persona tiene una gran reputación en los negocios, en la literatura o en el deporte. Muchas veces hacemos la extrapolación: si a esta persona le va bien en los negocios le va bien al completo en su vida y no tiene por qué ser así. Solemos coger una cosa particular en un área determinada y lo extrapolamos al completo de su vida".
Por último, Ana Belén Silguero aboga por un componente de paz: "Para mí es el equilibrio. Con las circunstancias que a cada uno le toca vivir, sentirse en paz e ir aceptando las cosas que te va otorgando la vida sabiendo valorar lo bueno que te toca vivir y aceptando lo duro sin conformarte. Hay que buscar esa paz interior que todos ansiamos en el que hay que poner más el acento en la parte emocional".