Marta Fraile, con cáncer metastásico: "Venden el rosa como algo positivo, pero esta enfermedad es un marrón muy grande"
La vallisoletana tiene 39 años y estudia un máster en investigación biomédica para "manejar la incertidumbre" que el cáncer le da
18 octubre, 2022 07:00Marta Fraile tiene 39 años y en el 2014 le dieron la noticia de que padecía cáncer de mama. El inicio fue “complicado”. Tras acudir a la consulta del hospital por un sospechoso bulto y decirle que no tenía nada, preparó las maletas y se fue a Inglaterra.
Mientras estaba haciendo el postdoctorado en este país, decidió ir al médico para que le volvieran a analizar las molestias que tenía. Fue en ese momento cuando le dijeron que tenía cáncer de mama. Con toda la ilusión en la maleta, tuvo que volverse a España a recibir el tratamiento y enfrentarse a la enfermedad.
Todo parecía que mejoraba y que “iba normal”, pero de nuevo un imprevisto marcó la vida de esta vallisoletana: “Estaba trabajando como gestora de un programa en la Comunidad de Madrid, en una universidad. Todo iba bien, pero empecé a notar nuevamente un malestar y me miraron rápidamente. Fue ahí, en 2019, cuando me dijeron que tenía metástasis”.
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Una noticia “muy dura al inicio” que “me partió”. A nivel profesional, se encontraba en un gran momento y esta enfermedad le hizo tener que alejarse de todo. A nivel humano, el diagnóstico de una enfermedad así "te hunde porque es muy duro lo que se te viene encima”. A mayores de los tratamientos, otro de los aspectos en los que incide es a nivel estético porque "es necesario verse bien ya que la imagen es importante".
Ahora mismo el cáncer “ya no está en la mama, sino que se ha ido expandiendo al hígado”. Esta vallisoletana sigue teniendo esperanza porque los tratamientos están funcionando bastante bien, por ahora. “Tengo fe o, al menos, vivo con esperanza en la investigación. Está claro que más investigación sirve para más vida, necesitamos que los fármacos lleguen antes. Por eso peleamos para que continúen investigando sobre la enfermedad. Yo siempre me intento cuidar al máximo”, afirma Marta.
“El pronóstico de vida es de cinco años” sentencia la vallisoletana. Una información con la que a veces es complicado lidiar: “Es difícil saber la probabilidad de vida, pero también hay que tener en cuenta que hay personas que viven más años. Son estadísticas”.
Entender la enfermedad
Marta acaba de terminar sus estudios en psicología. Una carrera que ha decidido cursar por dos razones: una de ellas ha sido mantener la mente activa porque “con los tratamientos pierdes memoria” y otro de ellos ha sido que le permitía “tener un enganche a la vida”.
En la actualidad, estudia un máster de investigación biomédica. Las asignaturas le sirven para acercarse a la enfermedad, “a la actualidad de las investigaciones, saber más sobre el tema y manejar la incertidumbre que te genera el propio cáncer”. Asimismo, le permite “tener una normalidad dentro de esa inestabilidad” con la que convive.
Uno de sus pilares fundamentales es su familia, que le ayuda cada día a distraerse y a disfrutar de los pequeños ratos que la vida ofrece. Su madre también pasó por un cáncer de mama y eso le ha permitido tener un mayor conocimiento sobre el proceso.
Huir del rosa
“Ha habido muchas campañas que han vendido el rosa del cáncer de mama como algo positivo y no lo es. Tener esta enfermedad es un marrón muy grande. Se crean campañas en torno a esta situación para generar beneficios”, afirma la vallisoletana.
Por eso, la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico reflejan el verde que simula la esperanza y el triunfo de la vida; el turquesa que significa curación y espiritualidad; el amarillo que representa al sol y las ganas de vivir y, finalmente, el rosa como el origen del cáncer de mama. “Nosotras, como el Ave Fénix, resurgimos porque tenemos ganas de seguir viviendo”.
Ellas huyen en parte del rosa y de esta asociación porque “muchas ya se han curado y lo nuestro es más grave”. Algunas compañeras se han quedado por el camino, como es el caso de dos vallisoletanas que han fallecido recientemente y de las que guardan "un recuerdo muy especial"; una de ellas tenía poco más de 40 años. “Nuestro problema es mayor y nos olvidan”.
Su lema de vida, al igual que el de la asociación, es ‘Más investigación para más vida’. A todas aquellas que están pasando por la misma situación, esta vallisoletana les dice que “no están solas” y que comprende lo difícil que puede llegar a ser “dar la cara y reconocer la enfermedad a nivel social”. Para ello está la asociación, donde todas son una y con los testimonios de otras personas “pueden llevar mucho mejor el tratamiento”.
A veces son los momentos complicados los que te enseñan tu lado más guerrero y no cabe duda de que Marta es toda una luchadora. Ella planta cara a la enfermedad cada día y no deja que le impida seguir viviendo y avanzando. Seguirá “peleando por sus sueños” y agarrándose a la investigación como la “única opción” para que todas estas mujeres se puedan recuperar.