Una persona fallece en accidente de tráfico en Castilla y León cada cuatro días en vías interurbanas. Cifras que en otros ámbitos de la vida harían saltar las alarmas y que, sin embargo, ya se empiezan a contemplar como algo habitual. En lo que va de año 2023 en las carreteras de las Comunidad han muerto 35 personas con un total de 32 siniestros mortales.

Pese a que desde la Dirección General de Tráfico se intenta concienciar año tras año a los conductores, las cifras se sigan manteniendo muy altas. Sin ir más lejos, esta misma semana, la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, avanzó que van a acometer y presentar públicamente “una evaluación global” de todos los efectos y la evolución de las acciones de tráfico en vías urbanas e interurbanas tras la modificación de la Ley de Seguridad Vial, con cambios como rebajar la circulación a 30 kilómetros por hora. Pero los datos dicen que ni radares, ni controles ni nada de nada, evitan esta lacra. También aseguró que los miembros de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil intensificarán las labores de vigilancia, así como el helicóptero de la propia DGT, en una de las carreteras más conflictivas, la N-122.

Barcones destacó el aumento de fallecidos vulnerables, en su mayoría motoristas, y por ello anunció que van a vigilar conductas tales como adelantamientos antirreglamentarios, los excesos de velocidad, el no usar del casco o el consumo de alcohol y drogas en la conducción, ya que constituyen los principales factores de riesgo.

El único dato para la esperanza, si en este aspecto puede haber algo de esto, es que se mantiene el mismo número de fallecidos en relación con 2022, cuando a estas alturas habían fallecido 35 con 33 accidentes mortales. Aunque poco consuelo existe cuando el salir a las carreteras se ha convertido en un riesgo para los castellanos y leoneses.

Estas 35 muertes sitúan a Castilla y León como la tercera comunidad donde más muertos ha habido en lo que va de año. Solo es superada por Cataluña con 55 muertos (también tres menos que el pasado año) y Andalucía con 53, donde hay un espectacular descenso de 24 fallecidos menos. El mayor incremento se ha vivido en Extremadura donde se ha pasado de 12 muertes a 24.

Por provincias

Palencia es la única provincia de Castilla y León que tiene algo que celebrar, ya que no ha muerto nada en sus vías interurbanas durante este 2023, descendiendo en cuatro personas. Así, en Ávila han muerto dos personas (frente a tres de 2022); en Burgos han sido cuatro los fallecimientos (+1); en Soria es donde sigue habiendo un problema en sus carreteras con diez muertos, la que más de la Comunidad, y con un incremento de cuatro en estos cinco primeros meses. Mientras que en la provincia de León han perdido la vida siete personas (+3). Salamanca ha tenido que despedir a tres personas (-3), Segovia a una (-2), Valladolid lamenta dos fallecidos (0) y Zamora seis, uno más que en 2022.En el cómputo global de España, es Barcelona donde más personas mueren en accidentes de tráfico con 24. 

Las últimas tragedias se han vivido en Soria y Salamanca este fin de semana. Un hombre de 54 años falleció en la madrugada de este domingo tras salirse de la vía y, a consecuencia de esto, volcar con su turismo en el camino terrizo de la DSA-107 entre las localidades salmantinas de Machacón y Villagonzalo de Tormes. Mientras que un hombre falleció este sábado sobre las 21:50 de la tarde tras colisionar con su coche contra una edificación en el kilómetro 177 de la N-2 en Santa María de Huerta, en Soria.

Así, seis personas perdieron la vida en accidente de tráfico durante la operación especial de tráfico de Semana Santa. La misma cifra que en 2022. Tres víctimas hubo en carreteras zamoranas en dos accidentes. Una en Ávila y otras dos en un suceso en León.

[Fallece una mujer tras el vuelco de un turismo en la provincia de León]

Carreteras mortales

Hay puntos de la red de carreteras que son negros para los conductores. La carretera que acumula un mayor número de víctimas mortales es la A-62, que en los últimos tres años ha sumado 18, concentrados especialmente en los tramos entre Fuentes de Oñoro y Martín de Yeltes, en la provincia de Salamanca. Por supuesto que en esta lista negra aparece la N-122, siempre temida por sus siniestros y que sigue clamando por un desdoblamiento que es más que necesario ante las 14 muertes que ha visto en su asfalto. La tercera carretera más mortal es la A-66 (Zamora, Salamanca y León), con once fallecidos, por delante de la N-120 (Burgos, Palencia y León) con diez muertos.